Casa de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, Paseo de Colón en Sevilla. Arquitecto Aníbal González (1927-1930)
Es todo un prodigio de arquitectura dieciochesca, la blancura de la cal y la sobriedad de balcones y ventanas y su sobria entrada, denotan una gran armonía en su conjunto.
La configuración del edificio se basa en dos plantas. En la planta baja se encuentra el despacho principal del Teniente del Hermano Mayor, la Biblioteca, la Capilla y las dependencias para la administración. En la planta alta se sitúa el Salón Principal, el Comedor y el Salón de Espejos, lugar por el que los Caballeros Maestrantes y familia acceden a la Plaza de Toros.
En su interior se custodia una importante colección de pinturas y esculturas, destacando los retratos de los distintos reyes y miembros de la Familia Real y los Tenientes de Hermano Mayor. En su Biblioteca, cubierta con bóveda decorada al temple con motivos taurinos, se conservan valiosos manuscritos sobre crónicas anales, pleitos de hidalguía muy curiosos, cartas de concesión de títulos nobiliarios y libros de gran importancia sobre el pasado de la Corporación. En cuanto al libro impreso versa sobre la genealogía y heráldica, todo lo relacionado con la literatura ecuestre y la tauromaquia, destacan los tratados de jineta y brida y distintas biografías.
El amplio fondo documental se subdivide en sectores, cómo el Archivo Histórico, importante no solo para la Corporación sino para la propia ciudad, los libros de cuentas y Datas, los expedientes de ingreso de los Caballeros Maestrantes, planos y Carteles de Toros.
Las alfombras que decoran las distintas estancias han sido elaboradas en la Real Fábrica de Tapices y las arañas que iluminan los salones han sido creadas en la Granja de San Ildefonso.
Los distintos salones lucen espléndidos muebles, lámparas y pinturas de diversa procedencia, todo en un conjunto le dan un toque refinado. Entre las pinturas destacan retratos de los primeros Hermanos Mayores pertenecientes a la Familia Real, entre ellos el de Alfonso XIII que pintó Gonzalo Bilbao, destaca también la magnífica colección de retratos de los distintos Tenientes de Hermano Mayor, proporcionalmente con ello una espléndida aportación histórica.
La Real Maestranza además presta un gran servicio a la cultura de la ciudad, realizando o patrocinando actos académicos, todo ello con la solemnidad que requiere, además es muy importante la acción solidaria que desarrolla entre aquellos sectores más necesitados, colaborando en multitud de actos benéficos, muchos de ellos llevados a cabo desde el silencio informativo.
La sede que hoy ocupa la institución es obra del arquitecto regionalista Aníbal González realizada entre 1927 y 1930. La decoración es del Conde de Bulnes inspirándose en los palacios existentes en Madrid y Aranjuez. Además se le dota de un pasaje elevado que le lleva directamente a la Plaza de Toros.
Sevilla es una ciudad milenaria, un crisol
de culturas que han visto pasar por sus calles desde enigmáticos tartessos hasta
orgullosos musulmanes... Una tierra llena de esperanza de intrigas, de secretos
y de misterios...
Uno de esos nuevos misterios de la ciudad hispalense
lo encontramos en una de las edificaciones “nuevas” de la ciudad. Un edificio
emblemático y de gran importancia administrativa. Se trata del edificio Viapol, edificio destinado, entre otras funciones, a ser los renovados
Juzgados de Sevilla.
El edificio
Viapol está en la avenida de Ramón y Cajal, junto al popular barrio
de San Bernardo, tiene una extensión dedicada a oficinas de 33.000 metros
cuadrados, albergan gran cantidad de empresas y servicios públicos y, sin
dudas, su nombre evoca innovación y nuevos tiempos para la ciudad. En el
Edificio Viapol encontramos la sede de los juzgados de primera instancia, el
registro civil y sala de bodas así como numerosas empresas que destacan en sus
respectivos sectores.
Pero no es que estemos actuando de agentes
inmobiliarios y tratemos de “colocar” en el mercado éste singular edificio. Lo
que nos ocupa del mismo son los hechos paranormales que en él han acontecido y
que son muy desconocidos para el ciudadano de Sevilla e incluso para el buscador de misterios.
Y es que los funcionarios que allí realizan su labor
aseguran que existe un fantasma en las instalaciones de Viapol. En el interior
del edificio los vigilantes que controlan las cámaras de seguridad han narrado
como a través de los monitores han observado una extraña sombra, oscura,
difusa, que pasea por la planta del mismo. Una noche fría decidieron
ir a ver que provocaba, o quién proyectaba, esa sombra y la sorpresa fue que la
planta estaba desierta, no había nadie, tal y como esperaban, en la misma...
Transcurre lentamente el tiempo para aquellos que
realizan su labor en Viapol, cada vez son más los trabajadores que inquietos
saben de la otra realidad que se manifiesta en su interior. Algunos vigilantes
de seguridad se dan de baja, los compañeros murmuran y rumorean: ascensores que
se ponen en funcionamiento de noche cuando no hay nadie en el edificio y se paran
todos en la misma planta, luces que tienen un comportamiento
anómalo, inteligente, objetos que se mueven solos... Un trabajador afectado por
estos incidentes comentaba haber tenido una extraña visión bastante desagradable “una visión de una persona descuartizada”... ¿Un sueño o
una cruda realidad de otros tiempos? En torno a todos estos fenómenos sólo hay
silencio y hermetismo, pero su existencia es tan real como la vida misma...
Uno de los empleados que allí desarrollan su labor
comentaban para esta revista: “aquí pasan cosas muy raras, a veces
sientes como te llaman por tu nombre y estás solo en la sala. En otras
ocasiones el aire acondicionado se pone solo o el ordenador arranca sin venir a
cuento... Todavía si se apaga solo pues tiene un pase...¡¿Pero encenderse?!
Otras veces vas al servicio y cuando te vas a ir las cisternas se accionan
solas, y no están mecanizadas o las luces parpadean...”
Y no es el único testimonio, una empleada (se preserva
la confidencialidad de las identidades), una empleada del edificio entro en los
servicios cuando de repente no podía salir de ellos... “Era como si una fuerza tirara de la puerta y no me dejara salir, de repente el secador
de mano de activó solo y las luces parpadearon... Fue todo como una pesadilla,
un mal sueño, cuando salí de allí no dejé de llorar. Allí hay algo”.
El más reciente de los testimonios apenas tiene unas
semanas, de nuevo una “víctima del misterio” se encuentra con lo extraño:
“estaba acabando mi trabajo cuando sentí un golpe detrás mía, miré y se habían
caído una pila de expedientes. Pensé que estarían mal asentados y se fueron
resbalando hasta caer. Los cogí del suelo, los puse bien y los coloqué en la
mesa del compañero... A los 5 minutos otra vez se cayeron. Esta vez me dejó más
mosqueado... Lo volví a coger, hice dos montones y los coloqué en la mesa, pero
nada, al rato ambos montones cayeron. Entonces me levanté y una fuerza
invisible me empujo sobre la silla sobre la que caí... Fue una experiencia
terrible, aquel lugar está maldito”.
Javier Ronda, experto en información de Juzgados,
escribía no hace demasiado tiempo de otros "fantasmas" en el
interior del edificio: “La sala, de unos 60 metros cuadrados y donde trabajan
once funcionarios, sufre temblores desde hace dos meses. Los técnicos de la
Junta de Andalucía ya la han revisado y, pese a las bromas entre los usuarios
sobre la posible existencia de fenómenos paranormales, la causa puede ser más
prosaica, ya que el origen de las vibraciones puede estar en el equipo de
refrigeración. Esta sala está ubicada en la cuarta planta del edificio de
Viapol y es la única que padece estos «fenómenos», unos temblores constantes
del suelo. Se espera que los arquitectos atajen el problema”.
Sin embargo el temor y la inquietud se cimentaban en las extraordinarias experiencias que muchos trabajadores están viviendo en su puesto de trabajo en este emblemático edificio llamado Viapol.
Fue realizado por Juan José López Sáez en 1933. Es un edificio realizado en un lenguaje ecléctico, probablemente se trate del último edificio construido en este estilo en Sevilla. Sin embargo, en su fachada encontramos referencias al Barroco madrileño con el que López Sáez había estado en contacto.
El edificio sorprende, sobre todo, por su balcón de forja que hace esquina. Esta magnífica obra de forja es una de las más interesantes de la época. En ella, encontramos referencias al estilo predominante del edificio como las ventanas con esquinas suavemente redondeadas , apareciendo rematada por jarroncillos.
Otro aspecto a destacar es la piel de su fachada simulando grandes bloques de piedra. Su decoración está muy simplificada, aunque sin poder calificarse de Art Decó, por sus pretensiones formales decimonónicas. se observa cierto pudor en el arquitecto en aplicar totalmente un diseño ecléctico. Por ello, se pueden ver numerosos con formas escalonadas.
En conclusión, se trata de una obra atípica, con un estilo peculiar que muestra el tira y afloja que existía en la ciudad entre el movimiento moderno y la arquitectura más tradicional. Una obra que, probablemente en los años treinta, solo podía realizar un arquitecto como José Luis López Sáez
La sucursal de Banco de España en Sevilla se inaugura el 15 de febrero de 1875, en una casa de la calle de la Estrella que se amplía mediante compra del edificio adyacente, pasando a tener su entrada por la calle de los Pajaritos. El Banco comienza su actividad con el ingreso de un millón de pesetas que realiza la viuda de D. José María Adalid, corresponsal hasta ese momento del Banco de España en Sevilla. De ese millón de las antiguas pesetas, se envían 750.000 a Madrid, destinándose el resto a las necesidades de la plaza.
El Banco de España inicia sus actividades bajo la dirección de D. Mario
de la Escosura. La sucursal permanece en la calle de los Pajaritos hasta 1928,
trasladándose entonces a su ubicación actual, en el n.º 17 de la plaza de San
Francisco.
El edificio actual del Banco de España en Sevilla se inaugura el 8 de diciembre de 1928. El proyecto ganador del concurso para su construcción es del arquitecto D. Antonio Illanes del Río. Dicha propuesta sufre algunas modificaciones durante su ejecución. La principal de ellas es la eliminación de las columnas de la fachada. Según el marqués de Cabra, subgobernador del Banco y académico de la Real de Bellas Artes de San Fernando, ofrecían al edificio un aire demasiado ostentoso.
Las obras son dirigidas por el arquitecto D. Ricardo Magdalena Gallifa, auxiliado por D. José Astiz. El director de la sucursal de Sevilla en ese momento es D. Luis García y Fernández.
El inmueble, de corte clasicista, tiene una superficie construida de 4.588 m2 , levantado sobre un solar de 1.210 m2 , ocupado anteriormente por un antiguo teatro. El edificio consta de tres plantas, planta sótano y azotea.
Frente a su fachada principal, se encuentra una de las fuentes más antiguas de Sevilla: la fuente de Mercurio. Fachada. Entrada principal.
El Banco de España desarrolla sus
funciones a través de sus centros de trabajo, ubicados en Madrid y en una red
de sucursales repartidas por toda la geografía nacional. La sucursal del Banco
de España en Sevilla ofrece, entre otros, los siguientes servicios al público:
recogida de billetes y monedas falsos, canje de billetes deteriorados, suscripción
de deuda pública, solicitud de información de la Central de Información de
Riesgos y presentación ante el Departamento de Conducta de Mercado y
Reclamaciones de quejas y consultas relativas a los servicios bancarios que
prestan las entidades de crédito. Otros servicios e información de interés
están a disposición del ciudadano en el sitio web del Banco de España.
Se levantó entre los años1914 y 1922 en la calle Cánovas del Castillo, actual Avenida de la Constitución. Pero todo el mundo lo ha conocido como Edificio Filella por la hasta ahora famosa confitería situada en su planta baja, punto de encuentro para muchos.
Proyectado por el arquitecto José Espiau y Muñoz para la importante Compañía de Seguros La Adriática, constituye un bello ejemplo de arquitectura ecléctica donde se combinan elementos de ascendencia islámica con otros de estilo plateresco y otros claramente regionalistas. El edificio se construye en pleno auge constructivo de la ciudad con motivo de la apertura y el ensanche de la Avenida y próximo al gran evento de la Exposición Iberoamericana de 1929.
La particularidad de su situación sobre un solar de planta triangular con ángulo muy acusado sobre una manzana muy bien ubicada en la configuración de la Avenida con la Plaza Nueva y la Plaza de San Francisco, fue aprovechada por la creatividad de su autor para diseñar un edificio único, con unas perspectivas poco comunes en la ciudad y con unas formas en las que predomina el estilo neomudéjar tan presente en la Sevilla de aquella época.
El elemento visualmente más potente del edificio es su logrado mirador de planta circular que presenta en la esquina, en el estrecho ángulo que forma en la confluencia entre las dos calles; un cuerpo cilíndrico de cuatro pisos con una espectacular galería de arcos sobre pórtico curvo en el segundo cuerpo, que se inspira en los antiguos minaretes árabes y que se corona con una vistosa cúpula de azulejos vidriados policromados recuperada de la original sustituida anteriormente por un cuerpo almenado.
Además de lo conseguido de esta composición es de admirar su esmerado estudio cromático, basado en la combinación de paños de ladrillo rojo con otros lisos en color crema; los tramos revestidos de cerámica policromada y las franjas blancas con relieves de jarrones y grutescos.
La fachada a la Avenida de la Constitución forma como un cuerpo aparte, organizado entre dos estrechos miradores verticales; el más extremo con una altura más que el resto. Entre ellos queda un cuerpo horizontal retranqueado que se aprovecha para incluir en el nivel principal otro mirador cerrado por columnas de mármol y barandillas de forja, similar al del cuerpo cilíndrico, sobre el que se crea un aterraza cubierta revestida de tejas vidriadas.
Lo curioso es que visualizamos rápidamente la fantástica cúpula que remata el edificio, sin embargo dicha cúpula original fue derribada a finales de los 70, siendo recuperada fielmente en 2003 a iniciativa de la empresa Renta Antigua López-Brea.
De carácter similar realizó el propio Espiau otro edificio llamativo en la ciudad de Sevilla -que pasa bastante más inadvertido-, conocido como Ciudad de Londres, en una de las esquinas de la calle Cuna.
En esta foto anterior a su construccion vemos que antes su solar estaba ocupado por otro bonito edificio de tres plantas, el cual contaba con un comercio en sus bajos y que fue derribado para dar paso al edificio que conocemos hoy en dia…
La fábrica de Gaseosas "El Progreso Industrial" constructora de este edificio en 1929 y presidida por el empresario Juan Lamadrid, fue adquirida, hacia 1950, por la empresa "La Casera". Con el tiempo esta fábrica de gaseosas desapareció y, entonces, el edificio fue adquirido por una entidad bancaria.
Construida por Antonio Arévalo Martínez (1921-1929) es de planta rectangular y se organiza originalmente en dos partes diferenciadas. En la crujía paralela a Luis Montoto se desarrollaba la producción, mientras que la zona de oficinas y laboratorios daba a la calle Santo Domingo.
La composición de la fachada recuerda la influencia historicista que se concreta en la ordenación simétrica a partir de un cuerpo central(portada en planta baja y triple hueco en la superior) que organiza cuatro módulos a cada lado definidos por los vanos y que remarcan las esquinas con un apilastramiento pronunciado a modo de torreones.
Utiliza un lenguaje neobarroco con elementos figurativos de tema industrial (ruedas dentadas, instrumentos científicos y el inevitable reloj del orden y el progreso). Las molduras son de ladrillo tallado.
Es uno de los escasos ejemplos de arquitectura industrial que se integra plenamente en la trama de la ciudad conformando el parcelario y que se resuelve a nivel estilístico en clave historicista con rasgos regionalistas.
Este edificio es un interesante testimonio del proceso industrializador llevado a cabo en la antigua calle Oriente, hoy Luis Montoto. Se encuentra en una zona de arquitectura residencial y comercial consolidada. Al igual que en el Porvenir, el barrio de Nervión también fue colonizado por pequeñas fábricas y almacenes. En Nervión apenas quedan edificaciones industriales debido sobre todo a la gran transformación sufrida por la antigua calle Oriente.
Este edificio es uno de los últimos de estética modernista que se construyó en Sevilla, en 1912,. Su arquitecto Antonio Arévalo Martínez, autor de otro edificios edificios modernistas como el laboratorio municipal, no realizaba habitualmente edificios particulares.
Se sitúa en un lugar emblemático, en el cruce de la calle Rioja y Sierpes. Y se caracteriza por un gran panel cerámico realizado por Mensaque y donde se ve, además la firma del arquitecto. Este paño cerámico representa al dios Mercurio arrodillado ofreciendo a una divinidad una bandeja con flores y una jarra.
La ornamentación floral está también presente en la forja de los balcones, balcones que en su planta superior son redondeados proporcionando movimiento a la fachada. Ciertamente la obra es una mezcla entre el modernismo y el clasicismo, este último está presente en la balaustrada que cierra la azotea o en los capiteles de volutas de las pilastras que recorren la fachada.
Ubicado en la calle San Pablo número 2 es conocido popularmente como "Cabo Persiana" y fue construido entre 1938 y 1940. Obra de Rafael Arévalo Carrasco y Gabriel Lupiáñez Gely.
En su origen el edificio se nombraba como la casa de alquiler para Manuel Marcos y al tiempo de su construcción se levantó una notable polémica por su lenguaje racionalista, innovador entonces, dentro de la trama de la ciudad histórica y se llegó a decretar su derribo en 1940 por el Ayuntamiento de Sevilla pero el arquitecto municipal, Juan Talavera y Heredia, se opuso al mismo y consiguió que se paralizase.
Construido entre la Guerra Civil y la Posguerra, la imagen de la obra parecía como uno de los buques de la naviera Ybarra, entonces en Sevilla, cuyos barcos llevaban el nombre de conocidos cabos geográficos, como el Cabo de la Buena Esperanza o el Cabo de Hornos y los vecinos terminaron por llamarle "Cabo Persianas" por el llamativo número de ellas que tenían las ventanas.
Es un inmueble exento de planta cuadrangular irregular muy alargada. Ofrece en alzado dos aspectos muy distintos, el de la Plaza de la Magdalena y el de la calle San Pablo, por un lado; y el visible desde las pequeñas calles laterales. Las fachadas a las calles principales muestran una planta baja de comercios y entreplanta retranqueadas, sobre las que vuela el cuerpo del edificio, de tres plantas horadadas por una secuencia de ventanas entre pilares, con los extremos curvos, en las que hay un claro predominio de la composición en franjas horizontales. Las fachadas de las calles secundarias son completamente lisas, con múltiples distribuidas en toda la altura, abriéndose los vanos de luz de la caja de la escalera con ritmo distinto al de otras estancias.
El edificio está destinado a locales, oficinas y viviendas y cuenta con un sótano refugio tal como establecían las ordenanzas militares de la época. Fue rehabilitado por completo en 2016.
Desde un punto de vista histórico patrimonial, la edificación constituye una de las manifestaciones arquitectónicas del Movimiento Moderno en Andalucía y que, junto a otros edificios representativos de la provincia de Sevilla, fueron inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como bienes de catalogación general por Orden de 22 de julio de 2008 de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y goza del nivel de protección establecido para dichos bienes en la Ley 14/2007 de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía, singularmente en los artículos 23, 24, 43, 59 y 109.
En la sevillana calle Arfe podemos ver este impresionante edificio de estilo regionalista, obra del arquitecto sevillano Antonio Arévalo Martínez en 1921.
Espiau y Muñoz también dejo un importante legado en la Avenida de la Constitución. Las viviendas para Manuel García, de 1912-13:
Este edificio que hace esquina entre la calle Adriano y el paseo de Colón lleva el nombre de una empresa que estuvo instalada aquí: Todogoma.
El arquitecto juega con la volumetría en primer lugar. La situación de la esquina hace al arquitecto recurrir a una esquina curvada retranqueada con respecto a la fachada de la calle San Pablo. La galería comercial, afortunadamente intacta aparece igualmente retranqueada.
La fachada a San Pablo se compone de cuatro cuerpos. El primer cuerpo está compuesto por cinco varios cuadrados; el segundo, de cinco vanos con arcos de medio punto formando galería al más puro estilo renacentista típico de la arquitectura sevillana del siglo XVI; en el tercer, la altura de los vanos se reducen, duplicándose. El arquitecto remata la fachada con un mirador en el centro de la misma con una profunda decoración neobarroca. La fachada quedó limpia de parte del ornamento, sin embargo se pueden encontrar elementos como el citado mirador, algún escudo en la fachada retranqueada o la balaustrada que decoran los vanos.
Está técnica será usada por Talavera por ejemplo en el edificio de la calle Amor de Dios, 44 (1927) donde el arquitecto adelanta parte de la fachada a Amor de Dios repitiendo la secuencia de vanos cuadrados y vanos con arcos de medio punto en la segunda planta.
El imponente edificio de la Audiencia Provincial de Sevilla se levanta en el Prado de San Sebastián y en su interior además de las ocho secciones de este órgano también acoge la sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en Sevilla, gran parte de la Fiscalía, la sede del Colegio de Abogados para solicitar letrado de oficio, los calabozos y el Juzgado de Guardia de Detenidos.
El edificio fue inaugurado en los años 70 y cuenta con siete plantas, seis de oficinas judiciales y la última sin uso, ya que en ella se ubican dos viviendas que fueron empleadas en su momento por el representante del Poder Judicial y el fiscal jefe. De hecho, se llegó a realizar un proyecto que incluía su remodelación para utilizar esta planta para el TSJA, pero el plan quedó aparcado. El principal problema es la «falta de espacio», dice la responsable de Justicia del CSIF, Águila Fernández, ya que fue creado para albergar un número menor de funcionarios, jueces y fiscales, que tienen que compartir de despachos hasta de tres en tres. Los calabozos fueron adecentados recientemente, y se dotó de nuevas instalaciones al Colegio de Abogados para la atención al público. Fuentes de la Consejería de Justicia, explicaron que este año se licitará la reforma de los aseos y se adecuarán las oficinas de la Fiscalía.
Junto a la Audiencia está el edificio de los juzgados, de tres plantas. En la actualidad alberga los órganos de Instrucción, al Clínica Forense y los archivos. Este año la Junta abordará las obras para el traslado de los juzgados de Violencia de la Mujer –en la actualidad en la Buhaira–. Estos juzgados vendrán a ocupar el espacio que dejaron libres los juzgados de lo Penal, tras trasladarse a la Buhaira. Recientemente, la Junta también abordó «puntuales obra de adecentamiento, que no remedian en modo alguno las crónicas carencias y deficiencias de unas instalaciones obsoletas e impropias de esta ciudad», destaca el TSJA en su memoria. Además, carece de un acceso adecuado para los detenidos y los juzgados de Instrucción «presentan problemas de seguridad, accesibilidad, archivos, falta de espacios y dependencias de protección de testigos». En este edificio se han producido en más de una ocasión plagas de pulgas, chinches y ratones. Justicia licita este año las obras de los aseos.
El edificio Sevilla I fue uno de los primeros edificios en construirse en la nueva arteria comercial de Sevilla: el eje San Francisco Javier-Luis de Morales. A lo largo de esta avenida se han ido construyendo innumerables edificios de oficinas desde los años 70 hasta principios del siglo XX.
Es uno de los mejores ejemplos del Racionalismo en oficinas en Sevilla. Esta declarado como Bien de interés Cultural por ello. El edificio se compone de dos cuerpos rectangulares, uno sirve como escalera y ascensores mientras que en el otro se dispone los módulos de oficinas. El diseño es puramente racionalista de líneas puras y cristaleras con una geometría simplista, donde prevalece el uso del hormigón.
Sin embargo, todo hay que considerarlo como el conjunto, no solo está el edificio, también se planificó un aparcamiento aledaño, varias zonas ajardinadas junto a la avenida, huyendo así de otro urbanismo imperante como es el caso de Los Remedios. Si bien debemos considerar que en el año de su construcción, 1972, el racionalismo estaba ya en una etapa demasiado avanzada sin arquitectos.
Luis Fernández Gómez y Manuel Trillo de Leyva supieron crear un proyecto contemporáneo y en consonancia con la arquitectura imperante a nivel mundial.
Dirección: calle San Jacinto núm. 29 Teléfono: 954501070 (ext. #205) Patio San Eloy