Estos almacenes se ubicaban en una casa palacio de arquitectura señorial, situada en la calle Francos número 50 y calle Álvarez Quintero, que fue residencia, anteriormente, del gran humanista sevillano Argote de Molina, de ahí también que una famosa calle cercana tome su nombre.
Tal era el valor histórico y artístico del edificio fue el el mismo Aníbal González quien llevó a cabo la restauración de los almacenes en 1919.
Estos almacenes estuvieron en funcionamiento hasta 1965, con la llegada de los grandes almacenes.
Es en 2001 cuando se recupera el edificio para albergar un centro comercial moderno, manteniendo la estructura del edificio, su fachada y escaparates. Por supuesto, cabe decir que no se parece a ningún otro centro comercial de la ciudad. Las tiendas están organizadas en torno a su patio central con columnas de mármol que se ha mantenido del edificio original.
Hay una luz preciosa que entra por las cristaleras y además posee una característica extraña en los centros comerciales, es tremendamente tranquilo, sin bullicio y sin ruido.
De centro comercial moderno a un gimnasio. Si Basilio Camino y su familia o el francés Augusto Peyré Sarrat levantaran la cabeza y vieran qué ocupa hoy en día el histórico y elegante inmueble de la calle Francos que fue el eje de sus vidas, quizás se llevarían las manos a la cabeza pero lo primero que harían, seguramente, sería preguntar qué es un gimnasio. Porque ese es el nuevo negocio que va a empezar a funcionar a partir del próximo lunes (abril de 2022) en el ala izquierda del edificio que desde hace siglos da lustre al ensanchamiento de esa vía, otrora corazón comercial de Sevilla y ahora pasto de restaurantes, franquicias, tiendas de recuerdos para turistas y cada vez menos establecimientos de toda la vida.
Donde los primeros abrieron en 1790, Las Filipinas, y el segundo se fundó en 1936, los Almacenes Peyré, cuyo rótulo aún ilustra el frontispicio de un recinto casi siempre dedicado a la industria textil, se aposentará ahora uno más de los 1.200 locales que la cadena de Países Bajos dedicada al culto del cuerpo tiene repartidos por media Europa.
A tres días del estreno todavía quedan zonas por acondicionar en el interior del nuevo gimnasio, pero a través de los grandes cristaleras arqueadas que dan a la calle Francos ya pueden verse, desde hace algunos días, algunas cintas de correr con el característico color corporativo naranja de la multinacional neerlandesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario