1.-Origen:
La Feria, tal como se entiende hoy, fue creada por iniciativa de dos concejales que solicitaron al Pleno la recuperación de las ferias de Sevilla, una en abril y otra, en septiembre. Lo de recuperar tenía todo el sentido ya que el permiso para celebrar ambas lo otorgó Alfonso X el Sabio, seis años después de que su padre conquistara Sevilla.
Los concejales fueron dos sevillanos de adopción: José María Ibarra (vasco) y Narciso Bonaplata (catalán). El Pleno del Municipio solicitó de la reina Isabel II una Feria anual en abril, dejando la de septiembre para más adelante. Finalmente se aprobaron los días 18, 19 y 20 de abril para no molestar a la feria de Mairena del Alcor, coincidente en el tiempo con la propuesta inicial.
Así nació la primera Feria de los tiempos modernos. Se aprobó por el Ayuntamiento el día 18 de septiembre de 1847 en el Prado de San Sebastián, con 19 casetas y con un éxito tal de público y de negocio que, ya al año siguiente, los encargados de organizar la venta de ganado se dirigían al Municipio para pedirle una mayor presencia de agentes de la autoridad porque "los sevillanos, con sus cantes y bailes, dificultaban la realización de los tratos".
Lo que comenzó como un evento puramente comercial, con el paso de los años el pueblo de Sevilla ha ido haciéndolo suyo hasta llegar en el presenta a considerarse como una de las más singulares expresiones de color y alegría.
2.-Decreto de Isabel II:
La Feria se autorizó el 5 de marzo de 1847 con un decreto de Isabel II. Así, la primera de la historia dio comienzo el domingo 18 de abril de 1847 en el Prado de San Sebastián. Lo curioso es que con tan solo 19 casetas ya supuso todo un éxito desde su aquella primera edición.
3.-Inicios:
La Feria lucía un aspecto campestre, pues los comerciantes arribaban al evento con su ganado. Sin embargo, a medida que la ciudad crecía, fue adquiriendo una atmósfera más urbana. De hecho, en 1859 la Feria de Sevilla ya empezaba a centrarse más en la fiesta que en el mercado.
4.-Desarrollo:
Desde su creación, la feria tuvo un marcado carácter mercantil ganadero y agrícola. Los comerciantes llegaban al evento con su ganado y lo dejaba en distintas zonas según el año: la dehesa de Tablada, la finca de la Isabela o el prado de Santa Justa. La feria-mercado se celebraba en el Prado de San Sebastián
En 1849 se pusieron caminos en el recinto del mercado Al principio la feria mostraba un ambiente campestre, pero con el crecimiento de la ciudad fue adquiriendo un cariz más urbano por parte de sus visitantes. En 1850 se expidieron licencias para decenas de puestos que servirían de tabernas y quioscos de aperitivos. En 1858 la feria ya contaba con 119 casetas desde la calle San Fernando hasta la Enramadilla y desde la puerta de San Fernando hasta la puerta de la Carne había puestos de aperitivos y juguetes.
En 1859 la feria ya destinaba más espacio a la fiesta que al mercado. Durante la segunda mitad del siglo XIX hubo diversas exposiciones y ferias comerciales locales que le restaron exclusividad mercantil a la Feria de Abril. Por ello, a partir de comienzos del siglo xx la feria pasó a centrarse en el festejo. A mediados del siglo xx tuvo más afluencia de ganaderos una exposición con un concurso de ganado selecto. Entre 1947 y 1956 la feria pasó a ser un festejo sin componente mercantil.
Al norte del Prado de San Sebastián se encontraba la puerta de San Fernando de la antigua muralla. En 1859 se engalanó durante el festejo. Fue derribada en 1869.
5.-Real de la Feria:
A lo largo de la historia de la Feria de Abril han salido multitud de teorías sobre porqué se le denomina "real" al recinto donde se celebra. Algunas de ellas, oficialistas que han difundido incluso el Ayuntamiento y que son meras leyendas urbanas.
El espacio donde se celebra cada año esta fiesta mayor de Sevilla, entre Los Remedios y Tablada, tiene tres sectores: la calle del Infierno, los aparcamientos y el real, que está formado por las calles donde se encuentran las casetas y el paseo de caballos. Según el Consistorio, se habría basado en una teoría popular que ahora se asentado como una verdad absoluta de la que beben las guías, s ele llama así por el real (25 céntimos de peseta) que cobraban los cocheros como tarifa para trasladar al personal a la Feria
Hay otra explicación muy divulgada que apunta que al recinto ferial s ele denomina "real" porque tras la petición de sus fundadores, los concejales Ibarra y Bonaplata, la Feria fue autorizada el5 de marzo de 1847 por decreto de la Reina Isabel II.
Para conocer en realidad el porqué del "real" de la Feria hay que acudir al diccionario de la Real Academia Española, que dice que, por un lado, que es el "campamento de un ejército" y por otro, "el campo donde se celebra una feria". Se trata de una palabra que procede del árabe hispánico "rahal" que significa "majada" o "aldea", y ésta a su vez viene del árabe clásico "rahl", que es "punto de acampada"
Cuentan que así se le conocía a los campamentos que asentó el Rey Fernando III durante la reconquista de la ciudad de Sevilla. Terrenos que eran eriales donde instalaban sus tiendas de campaña.
Según la RAE, de ahí viene también la locución verbal "asentar los reales": "Dicho de un ejército: acampar" o "Fijarse o domiciliarse en un lugar" Y es así como la Feria se asentó en el "real" de Los Remedios hace más de 50 años
5.-Primer cartel:
Data del año 1890. La obra era una pieza del pintor García Ramos que donó al Ayuntamiento para el evento. En ella, destacan el color albero y rojo tan típico de Sevilla
6.-Pasarela:
En 1896 se instaló la Pasarela, una estructura de hierro situada al final de la calle San Fernando y que indicaba el comienzo de la avenida de casetas. Para el año 1906 se dispusieron focos eléctricos y estuvo en pie hasta que se desarmase en 1921. Por su aspecto similar y por servir como una puerta de acceso es que se considera la primera portada de la Feria. Para quienes requieran saciar un segundo dato hilvanado de este: la primera portada de gran envergadura al estilo de las actuales se colocó en 1949.
7.-Incendio:
Primer día de Feria de Abril de 1964. Sobre la una de la tarde la gente empezaba a llegar al Real, que aún se montaba en el Prado. Entonces una instalación eléctrica soltó un chispazo en la que se conocía como la caseta de los Lasso. Inmediatamente empezó a arder la lona que lo cubría y el fuego fue saltando hasta que afectó a casi toda una manzana.
El viento no ayudó a los esfuerzos por apagar las llamas y algunas telas volaron hasta la siguiente calle y la anterior. Al final quedaron calcinadas o desmontadas para hacer un cortafuegos. La mayoría en la confluencia con las calles general Primo de Rivera, Infanta Luisa e Infante Carlos
"Esta información podía haber quedado supeditada a una crónica de sucesos" decía ABC de Sevilla del 22 de Abril. Un día después de los hechos, "No hay caso (...) Queda mucho espacio del ferial que que no "sabe" del fuego. Y mucha mujer guapa, y mucha chavalería que canta a todo trapo en medio de la calle. Aquí no ha pasado nada". Contrasta esta tranquilidad del cronista con el balance del fuego: un muerto y decenas de heridos. Bien es cierto que la primera impresión fue muy mala y de ahí probablemente lo benigno de la narración. El mal pareció menos
Más que la crónica de un incendio, el fuego de la Feria de Abril de 1964 es la historia de cómo Sevilla se recuperó en un tiempo récord de la destrucción de gran parte del real. Y con sentido del humor. Se dio en la Feria una especie de carrera por ver quién era el primero que ponía en pie de nuevo su caseta. Ganaron los alemanes "la tozuda disciplina germánica se impone". Les siguió, en el segundo puesto, la peña sevillista y el tercer lugar, La Estrella
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