viernes, 31 de marzo de 2023

CAPILLA DEL ROSARIO (HUMEROS)



 

La actual sede de la Hermandad se levanta en el lugar conocido antiguamente como Resolana del río (o del Arenal), terreno ubicado extramuros entre la ribera del Guadalquivir y las Atarazanas Reales, donde existía una cruz con un templete. Desde el año 1635 el germen de la Hermandad de la Santa Cruz se instala en este humilladero, ya que numerosos fieles se reunían para rezar el Rosario a la caída del sol. Dicha costumbre se afianza años más tarde cuando la corporación se fusiona con la Congregación del Rosario, surgiendo así la Hermandad de la Santa Cruz y Nuestra Señora del Rosario. El 26 de julio de 1699 conceden licencia municipal a la nueva hermandad para realizar obras y edificar una modesta construcción.

Durante la invasión francesa las tropas napoleónicas profanaron la capilla, convirtiéndola en fragua y taller para herrar sus caballos. Por ironía del destino la calle recibiría después un nombre, Dos de Mayo, que es casi un desagravio histórico: la memoria de la resistencia nacional frente a la opresión francesa. En el año 1815 sufre una reedificación y es abierta de nuevo al culto, aunque en 1868 vuelve a quedar clausurada por los propios vaivenes políticos del momento, salvándose la imagen de la Virgen gracias a la diligencia de unos devotos.

El siglo XX no calma los acontecimientos y trae nuevos infortunios a la singular historia del edificio ya que el acuartelamiento de artillería, instalado en las Atarazanas, intentó usurpar esta capilla a la Hermandad, aunque sin éxito. Debido a las construcciones adosadas a sus muros que levantaron los militares hacia 1848 y al Decreto de fusión con la Archicofradía del Santísimo Cristo de las Aguas, en 1977 se acometen una serie de obras de ampliación y reforma bajo la dirección del afamado arquitecto sevillano Don Antonio Delgado Roig, centrándose en la casa de hermandad y acondicionamiento de los espacios para los nuevos titulares. En 1985 la Capilla del Rosario es declarada Monumento Histórico por parte de la Conserjería de Cultura de la Junta de Andalucía, lo que ayuda a precipitar la necesidad de su restauración integral al amenazar ruina y estar protegida por el organismo autonómico. Por estudios de la época parece ser que el derribo del cuartel de la Maestranza de Artillería, a la que estaba unida la primitiva capilla, hizo que la fábrica de ésta se resintiese bastante. Fue entre los años 1989-1992 cuando la Hermandad decide desplazarse a la cercana Parroquia del Sagrario y edificar una nueva capilla, manteniendo únicamente de la estructura primitiva los cuatro pilares sobre los que descansa la pequeña cúpula y la espadaña.

La actual Capilla del Rosario es una construcción abovedada moderna diseñada por los arquitectos del Teatro de la Maestranza Luis Marín y Aurelio del Pozo. La única portada se abre a los pies de la nave principal, y se trata de un gran portalón adintelado. A ambos lados de la puerta de ingreso se pueden ver sendos azulejos realizados por Don Juan Luis Aguado Granell, del Santísimo Cristo de las Aguas (a la izquierda) y de Nuestra Señora del Mayor Dolor (derecha). Detrás de la fachada se levanta una sencilla cubierta piramidal de base octogonal, tejada con la llamada teja árabe vidriada, así como la espadaña original de corte neobarroco con dos arcos y campanas, rematada por una cruz de forja, lo que recuerda al antiguo humilladero que hubo en dicho lugar. A la derecha de la portada se alza la torre, de base cuadrada, constituida en tres cuerpos con pequeños vanos adintelados y un remate con almenas. En la parte inferior de la torre se encuentra un retablo cerámico de Nuestra Señora del Rosario, cuya autoría es la misma de los azulejos mencionados con anterioridad. El lateral que da a la calle Dos de Mayo, y que acoge las dependencias auxiliares, carece de interés arquitectónico artístico alguno.

El interior de la capilla se organiza alrededor de una nave con bóveda de cañón, inscrita en una planta de cruz latina muy sutil, puesto que el crucero es casi un mero trámite. El retablo principal es una perfecta simbiosis entre el antiguo retablo que ya obraba en poder de la Hermandad desde la época de San Bartolomé y una ampliación de corte mesurado para encajar en el nuevo muro del fondo y así enriquecer la capilla mayor. En él destaca la portentosa imagen del Santísimo Cristo de Las Aguas, enmarcado por una arquitectura lignaria con arco de medio punto y dos esbeltas pilastras con decoración vegetal y frutal. A la derecha del mismo está Nuestra Señora del Mayor Dolor y al otro lado del retablo se encuentra San Juan Evangelista. Es digno de mención el Sagrario, obra de Orfebrería Villareal de gran belleza y clasicismo, en cuya puerta se representa el pasaje de Jesús y la samaritana.

En dos sencillas hornacinas, en el muro a los pies de la capilla, se encuentran las otras dos imágenes que procesionan en el misterio; entrando a la derecha se halla María Magdalena, y justo enfrente de ésta se encuentra el Ángel que porta el Cáliz.

La cúpula semiesférica está decorada con cuatro pinturas de caballete que representan a los evangelistas y se disponen en la zona de las pechinas. Del centro de la misma pende una hermosa lámpara de cristal.

Justo antes de llegar al retablo mayor, en el muro del evangelio, se encuentra un retablo barroco en cuyo camarín suele ubicarse María Santísima de Guadalupe, mientras que en la zona que se abre en el muro de la epístola se dispone un pequeño enmarcamiento de estilo barroco para Nuestra Señora del Rosario. Ambos retablos son un depósito del antiguo colegio para huérfanos de funcionarios municipales Hogar de San Fernando, de la sevillana calle Don Fadrique, presentando columnas salomónicas con decoración de motivos vegetales y animales (racimos de uvas y pequeñas aves) así como algunos querubines policromados. Fueron adecentados y adaptados para su nueva ubicación en el interior de la capilla.

 

 

CAPILLA DE MONTSERRAT



 
Construida por el arquitecto del barroco sevillano Leonardo de Figueroa, entre 1.704 y 1.710, la actual Capilla de Montserrat tiene su sede en la calle Cristo del Calvario, frente a la portada principal de la iglesia de Santa María Magdalena. La portada se atribuye a su hijo Matías José de Figueroa. El conjunto fue reformado posteriormente por Diego Antonio Díaz. 

El origen del culto a la Virgen de Montserrat, en Sevilla, se remonta al siglo XVI, momento en el que comerciantes catalanes dedicados al comercio con las Indias que por aquel entonces residían en la ciudad, fundaron la inicial Hermandad. En un primer momento, ocupó la iglesia de san Ildefonso quedando, tras su paso por san Julián y san Pablo, establecida definitivamente en la actual capilla, en 1.939. 
 
Anteriormente, el edificio había sido sede de la extinta Hermandad de Nuestra Señora de la Antigua y Siete Dolores, que la edificó tras adquirir a los dominicos un viejo patio de caballerizas del convento de San Pablo. 

La alta fachada es de ladrillo rojo, pintada en su mayor parte, excepto en la zona que enmarca la portada, sobre la que forma una moldura barroca. Encima de ésta encontramos tres hornacinas con pinturas al fresco fechadas en el siglo XVIII, cuyo estado era lamentable hasta que en 2009 fueran magníficamente restauradas por Antonio Díaz Arnido. La hornacina de la izquierda representa a santa María Magdalena, la de la derecha nos muestra a san Juan Evangelista, en tanto que en la central aparece Nuestra Señora de la Antigua y Siete Dolores, primitiva titular de la capilla, con los monarcas Felipe II y Felipe III arrodillados a sus pies, en actitud devota.
 
A los lados de la portada podemos admirar dos retablos cerámicos que representan a los actuales titulares de la Hermandad: Nuestra Señora de Montserrat y el Santísimo Cristo de la conversión del Buen Ladrón. 

El edificio se compone de una única nave rectangular, cubierta mediante bóveda de cañón con lunetos (pequeñas bóvedas con forma de media luna que atraviesan los costados de una bóveda de cañón con el fin de introducir iluminación natural al interior) típicos del período barroco. El presbiterio, en cambio, presenta una bóveda vaída o de pañuelo.

La capilla está presidida un crucificado con tres clavos, de 192 centímetros de estatura, en el momento de pronunciar la Segunda Palabra, la que dirigió Jesucristo a Dimas (el Buen Ladrón) prometiéndole el Paraíso. Es obra de Juan de Mesa de 1619. Fue restaurado en varias ocasiones: en 1851 por Gabriel de Astorga (entre otras cosas, le colocó ojos de cristal) y en 1928 de nuevo; en 1.968, Francisco Buiza Fernández restauró la corona de espinas y, finalmente, en 1.983, tuvo una nueva intervención a cargo de José Rodríguez Rivero-Carrera.
 
Está escoltado, en los muros laterales, por los dos ladrones, Dimas y Gestas, realizados en 1628 por Pedro Nieto Montañés. La Hermandad disponía de otros dos ladrones, tallados en 1981 por Gabriel Cuadrado Díaz y que dejaron de procesionar en fechas muy recientes. Según me apunta un amable colaborador, ya no pertenecen a la Hermandad, pues fueron enajenados en  2008, encontrándose en la actualidad en la Ermita de san Dimas, en Aracena.

A los pies del Cristo encontramos las imágenes de Nuestra Señora de Montserrat y de san Juan. La imagen de la Virgen de Montserrat, de 164 centímetros, fue tallada por Gaspar de la Cueva en 1607; sin embargo, según parece, no quedó a gusto de la Hermandad, que la envió para que la rehiciera, incluyendo nuevas manos, a un discípulo de Martínez Montañés, que se cree pudiera haber sido un joven Juan de Mesa. A lo largo del tiempo ha sido restaurada por Manuel Gutiérrez-Reyes Cano en 1.899 (a causa de un incendio), por Francisco Buiza Fernández en 1968 y por José Rodríguez Rivero-Carrera en 1991.
 
En el muro izquierdo de la nave, más cercano al altar, podemos contemplar el retablo de Nuestra Señora del Rosario, cuya autoría era dudosa, hasta que recientemente se descubrieron documentos que demostraban que fue tallada por Cristóbal Ramos en 1787, con la curiosidad de que realizó dos obras iguales: una tallada en madera para el culto y otra, realizada en pasta y madera, para salir en procesión.
 
Bajo la tribuna de la iglesia encontramos, sobre una peana, la escultura de san Isaías. Fue tallada por el valenciano Vicente Hernández Couquet, catedrático de escultura de la Real Academia de Nobles Artes y estrenó paso en 1861, procesionando hasta 1893, año en que fue dañada gravemente por un aguacero. Tan solo volvió a salir, de forma excepcional, en 1931. Sin embargo, era tan poca la aceptación que tuvo la imagen entre el público que, con sevillana retranca, se afirmaba que lo que el profeta escribía en el pergamino mientras miraba hacia arriba no era otra cosa que la lista de las solteronas que iba viendo asomadas a los balcones.

CAPILLA DE LOS SIETE DOLORES DE NUESTRA SEÑORA

 

Se encuentra situada en la calle Siete Dolores de Nuestra Señora junto a la cabecera de la Iglesia de San Marcos.

El origen de la capilla data del año 1714, cuando la Hermandad de los Servitas, que compartía sede en la iglesia de San Marcos junto a otras corporaciones, solicita al Provisor del Arzobispado, mediante tributo, la concesión de un corral a la espalda de la iglesia para construir un cuarto donde guardar sus enseres y alhajas.

Aunque debió de hacerse obras de inmediato, la capilla como tal se edificaría hacia el año 1740, y a ello contribuiría de forma decisiva la labor del padre Juan de Lara y Villafranca, capellán de aquella Hermandad desde 1719 

Con planta rectangular, de salón, algo achaflanada a los pies en su lado izquierdo, hacia la mitad de la nave se abre a un espacio cuadrangular antiguamente ocupado por la Capilla Sacramental y hoy por la capilla de Nuestra Señora de la Soledad, al quedar derribado el muro que lo cerraba. Sus muros son de ladrillo y su cubierta se resuelve con tejas con pendiente a dos aguas al exterior.

En el lado derecho se abre la puerta de la capilla, ampliada en 1969 para permitir el acceso de los pasos procesionales. A los pies se levanta el coro, al cual se llega a través de una escalera de caracol, y exteriormente se remata con una espadaña decorada con jarrones de cerámica vidriada.

Interiormente cuenta con un importante retablo realizado en madera dorada con dimensiones de 8,00 x 6,40 metros. Lo preside un amplio camarín donde se aloja el grupo escultórico de la Sexta Angustia de la Virgen María, obra de José de Montes de Oca de hacia 1730, flanqueado por dos calles laterales enmarcadas por columnas salomónicas. El retablo se completaba con el remate de una corona y el despliegue de un pabellón de telas encoladas que caía hacia los lados envolviendo todo el frente, eliminado por su mala conservación a mediados del siglo XX. La ejecución de todo el conjunto debió ser realizado hacia 1740, siendo obra de transición entre el barroco y el rococó. Este retablo fue restaurado en su integridad en el año 1994, para lo cual hubo de ser desmontado y despiezado.

Conviene referir que este grupo de “la Sexta Angustia de María” fue realizada para presidir este retablo, que se completa con las imágenes de San Juan Bautista y de María Magdalena, obras asimismo de Montes de Oca de hacia 1730. Estas últimas imágenes fueron restauradas, la de San Juan por Juan Manuel Miñarro López en 1991, y la de la Magdalena primero por Antonio Joaquín Dubé de Luque en 1967 y posteriormente por Miñarro en 1989.

En la actualidad esta capilla es la sede de la Hermandad de Los Servitas, una Corporación que realiza desde aquí su estación de penitencia hasta la santa iglesia catedral en la tarde del Sábado Santo de la Semana Santa sevillana.

En su interior se da culto, por tanto y entre otras imágenes, a los titulares de esta Corporación, el Santísimo Cristo de la Providencia, Nuestra Señora de los Dolores, y María Santísima de la Soledad. De esta última Dolorosa citada, se muestra un retablo cerámico en la fachada de esta Capilla.

CAPILLA DE LOS MARINEROS




 

Localizada en el barrio de Triana, es la sede de la Hermandad de la Esperanza de Triana.

En 1758 la Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza tomó a tributo una parcela en la que había un par de casas de una capellanía vacante de la Parroquia de Santa Ana que había sido fundada por Sebastián Bernal. En el contrato se comprometieron a invertir en la parcela 10.000 reales en la construcción de su capilla y a pagar un tributo de tres reales anuales. ​ Fue concluida en 1815. En su interior había cuatro retablos. En el retablo mayor se encontraba Jesús flanqueado por San Juan Evangelista y María Magdalena. En el lado de la epístola estaba Nuestra Señora de Guía y una Santa Cruz. También contaba con una Virgen en sus misterios dolorosos y una pequeña escultura de Jesús atado a la columna.

Tras la revolución liberal de 1868 la capilla fue incautada por el Estado. Las imágenes fueron llevadas a la cercana Iglesia de San Jacinto. En 1873 la capilla fue adquirida en subasta pública por los ingleses Francisco Augusto Bevan y Lewen Street Tugwell.​ Fue hecha iglesia anglicana, pasando luego por diversos usos, como teatro, cabaret, cine, almacén de corcho y de carbones. En 1917 fue vendida a Carlos Jorge Welton Niño, que el 8 de octubre de 1940 se la vendió a la Hermandad de la Esperanza de Triana por una cantidad simbólica.

En 1959 comenzaron las obras de reparación con un proyecto de Aurelio Gómez Millán. La bendición tuvo lugar en 1962 y el Viernes Santo de ese año la cofradía terminó su estación penitencial en su nueva sede.

En el año 2010 se iniciaron obras de ampliación, según proyecto arquitectónico de José Ramón Rodríguez Gautier, y gracias a la compra por parte de la hermandad de fincas adyacentes a la capilla. En la reforma integral del templo se incluyen dos nuevos retablos y modernos sistemas de seguridad para las imágenes. Tras las obras, el 29 de abril de 2010, la capilla fue bendecida por Juan José Asensio Pelegrina, arzobispo de Sevilla.

El sacerdote José Sebastián y Bandarán, que recibió la Medalla de Oro de la Hermandad en 1967 y que fue director espiritual de la hermandad,​ fue enterrado en esta capilla en 1987.

El templo consta de tres naves longitudinales y paralelas, aunque al exterior se hace visible una sola crujía. Sobre el pórtico de la capilla se encuentra, en una hornacina, la imagen de la Inmaculada Concepción, obra de Antonio Illanes Rodríguez en 1962, y tallada en barro cocido.

La nave central coincide en sus medidas con las de la primitiva capilla. Se cubre con un artesonado neomudéjar procedente del Colegio Villasís. El retablo mayor es barroco y procede del convento de la Merced de Osuna; se compone de dos cuerpos y tres calles, separadas cada una por estípites y con temas de hojarasca. El retablo mayor fue realizado en torno a 1775.​ En la parte central del retablo se encuentra la Virgen de la Esperanza. En el ático se localiza un relieve de Dios Padre y, en la puerta del sagrario, un Cristo Redentor.

Al lado de la nave del evangelio hay una nave más pequeña donde se encuentra la capilla del Sagrario. En este lugar hay un retablo de ebanistería neobarroca que acoge la imagen del Santísimo Cristo de las Tres Caídas, obra atribuida a Marcos Cabrera fechada en el primer tercio del siglo XVII.

En el lado de la epístola se abre otra nave, en cuyo testero se levanta un nuevo retablo neobarroco con San Juan Evangelista, obra de Luis Álvarez Duarte. Otros dos retablos en esta nave están dedicados a las Ánimas del Purgatorio, con pintura de 1964 debida a José Antonio Rodríguez, y a Jesús de la Humildad y Paciencia, del siglo XVIII.

En el mes de diciembre del 2012 se colocó el azulejo de la Esperanza de Triana, de la década de 1940, en el lado derecho de la capilla. Antes estaban en la Casa de los Artistas en la calle Covadonga. Fue realizado por la Fábrica El Carmen.​ El 31 de mayo de 2013 fue bendecido el nuevo azulejo del Cristo de las Tres Caídas en el lado izquierdo de la fachada de la capilla, con un marco similar al de la Esperanza. El azulejo del Cristo fue realizado por Emilio Sánchez Palacios.

CAPILLA DE LOS LUISES

 

Una capilla con una arquitectura religiosa llena de símbolos, cenefas y figuras diminutas. Detalles que pasan inadvertidos por desconocimiento o falta de interés y que encierran un lenguaje oculto, rico en matices y en cultura. Uno de esos edificios es el que podemos encontrar en plena calle Trajano. más concretamente en la iglesia de los "Los Luises", obra del insigne arquitecto Aníbal González.

Se trata de una arquitectura religiosa simbólica que podemos encontrar, principalmente en su fachada. El edificio tiene una historia apasionante pues está ubicado entre lo que era, antaño, otras construcciones religiosas importantes como la parroquia de San Miguel, en la plaza del Duque; o el viejo convento noviciado de la Orden de Frailes Mínimos de San Francisco de Paula.

En el año 1866 pasa a ser propiedad de la Orden Jesuita, aunque los tiempos eran convulsos en España y paso a manos del gobierno de la I República siendo vendida, de forma incomprensible, a la Sociedad Bíblica de Londres. De esta forma pasó a ser un lugar de encuentro para el protestantismo en la ciudad.

Sería  doña Dolores Armero y Benjumea quién en 1887 compró el templo y lo devolvió al catolicismo reintegrándolo a la Compañía de Jesús con la denominación de "Sagrado Corazón de Jesús" Se produce una expansión cuando se compra una serie de edificios  cercanos para que pasara a ser centro de espiritualidad ignaciana pues estaban bajo el control de la Congregación Mariana de María Inmaculada y San Luis Gonzaga, conocida vulgarmente como "Los Luises" 

Sería en 1917 cuando el jesuita P. Carlos Gálvez realiza el encargo a Aníbal González de este templo para la congregación de "Los Luises", así como, igualmente, una capilla anexa al local, siendo la iglesia del Sagrado Corazón y su otra salida a la calle Trajano.

Precisamente en esta calle hemos de observar y admirar, con detenimiento, la fachada de la Capilla de Los Luises, en sus conocidos ladrillos donde destaca el impresionante labrado que está a la altura de nuestros ojos. Cenefas de aspecto vegetal o figuras diminutas que nos transmite su simbología cristiana.

Destacan cuatro figuras esculpidas: los atributos de los cuatro evangelistas. Primero, el ángel se asocia a Mateo, puesto que su Evangelio empieza con un repaso a la genealogía de Cristo. Segundo, el león, Es el atributo de San Marcos, ya que el Evangelio por él escrito empieza hablando de Juan el Bautista como "la voz que clama en el desierto", estableciendo analogías con el león. Tercero, el toro. Es el atributo de San Lucas. Su evangelio narra el sacrificio que hizo Zacarías a Dios. Finalmente, el águila. Es el símbolo de San Juan, el favorito de la reina Isabel "La Católica", así representa el "pájaro solar". Imagen del fuego, de la altitud, de la profundidad y de la luz, es el "ojo que todo lo ve"

Encontramos también el grabado de los símbolos de la Pasión de Cristo: el gallo, los dados, la columna y los azotes, la corona de espinas, los clavos, el paño de la Verónica, el martillo y las tenazas, la lanza y la esponja, las escaleras o el cáliz. Buena parte de todos estos elementos lo encontramos en la fachada como un  canto a la simbología cristiana.

Y los siete pecados capitales en una especie de caricatura simiesca o demoníaca, deforme y singular: lujuria, ira, soberbia, envidia, avaricia, pereza y gula.


jueves, 30 de marzo de 2023

CAPILLA DE LOS DESAMPARADOS

 

 

En el Patio de los Naranjos de la Colegiata del Divino Salvador, encontramos esta pequeña capilla que por momentos puede pasar desapercibida. Podemos acceder al patio, tanto por la Calle Córdoba  como por la Plaza del Salvador, y allí la encontraremos.

Son dos los autores a los que se les atribuye la construcción de la capilla, para unos historiadores es Matías de Figueroa y para otros es Ambrosio de Figueroa. Donde si hay acuerdo es en la fecha de la construcción de la misma, hablamos de mediados del siglo XVIII en concreto 1756.

La capilla toma el nombre del Cristo de los Desamparados, el cual se encuentra en el retablo principal que hace las veces de altar mayor. También podemos ver la efigie de la Virgen del Prado, que es la titular de la Hermandad de gloria del mismo nombre y que tiene su salida procesional en el mes de Noviembre. Así mismo existe una talla mariana con el nombre de Virgen de los Dolores.

En cuanto a la construcción en sí, hablamos de una capilla de planta rectangular, con cabecera y dos tramos. Posee varias bóvedas elípticas, una de las cuales tiene linterna. Son destacables las yeserías, las pinturas murales y los cuadros.

No es fácil encontrar abierta la capilla, pero si tiene la suerte de poder visitarla no dude en hacerlo.

CAPILLA DE LA PURA Y LIMPIA


 

La capilla se halla emplazada concretamente en la antigua zona del Puerto de Indias, en la calle Almirantazgo, junto al Postigo del Aceite, el cual linda con las Reales Atarazanas de Sevilla.

Ejemplo de las numerosas capillas callejeras dedicadas a la Inmaculada Concepción que se levantaron en su momento, ésta es la única que se conserva en Sevilla junto con la del patio de Banderas y la de las gradas de la catedral.

La Pura y Limpia cuenta con una hermandad del mismo nombre cuya existencia se remonta al siglo XVIII, citándose a Josefa Tamaral, fallecida en 1784, como una de las fundadoras y datando de 1778  el primer libro de actas que se conserva, si bien hay constancia de que ya en 1727 el arzobispo Luis de Salcedo y Azcona concedía cuarenta días de indulgencia a todo aquel que rezase una salve ante la efigie de la Virgen custodiada en el templo.​ En 1757 la hermandad solicitó al cabildo la exención del pago de un tributo anual de 50 reales de vellón por el solar que ocupaba la capilla, el cual era de propiedad municipal, quedando la corporación finalmente exonerada de dicha contribución ese mismo año. Las reglas de la hermandad, aprobadas en 1778 por el provisor del arzobispado y en 1795 por el Real Consejo de Castilla, serían objeto de múltiples reformas con el paso de los años, como en 1826 (por parte del cardenal Francisco Javier Cienfuegos Jovellanos), 1927 y 1969.

A comienzos del siglo XX todavía se oficiaba misa en la capilla a hora temprana (ya desde 1793 se celebraba una novena), para lo cual se disponían bancos en plena calle dadas las reducidas dimensiones del templo. El 9 de mayo de 1954 la talla de la Virgen tuvo el honor de procesionar junto con otras imágenes de la Inmaculada Concepción, mientras que el 13 de junio de 1993 el papa Juan Pablo II se arrodilló de improviso ante la imagen en el campo de la Feria, tras subir el pontífice la escalinata del altar allí erigido con el fin de clausurar el XLV Congreso Eucarístico Internacional. Pocos años después, el 8 de diciembre de 2000, la imagen de la Pura y Limpia fue coronada canónicamente por el cardenal Carlos Amigo Vallej​o  en la Catedral de Sevilla, hecho que ya se había solicitado en 1988.

Actualmente la Hermandad de la Pura y Limpia procesiona la imagen de la Virgen para la celebración de una novena en el Convento de la Encarnación los días previos a la solemnidad de la Inmaculada, oficiando la función principal en la Capilla Real de la catedral.

Emplazada junto al Postigo del Aceite e integrada en un pequeño edificio residencial, la capilla posee una fachada simple con una entrada en arco de medio punto enmarcada por sencillas pilastras unidas entre sí por un arquitrabe compuesto por tres platabandas. En el tímpano figura en azulejos la leyenda «LIMPIA SEA TU PUREZA», mientras que sobre él se dispone una cornisa escalonada en la que se apoya un frontón partido curvo que sirve de marco para la espadaña que corona el conjunto. Ésta alberga, cercado por pilastras y enmarcado por pronunciadas volutas, un vano de medio punto el cual contiene una campana con yugo de madera y mecanismo de toque a motor de volteo continuo y electromartillo. ​ La espadaña se remata a su vez con un frontón clásico moldurado y una cruz en el centro con dos jarrones en los extremos. La puerta de entrada, acristalada con el fin de permitir la visión del interior de la capilla desde la calle, posee una forja con barrotes y, en la zona del arco, florituras en forma de voluta. Esta puerta, la cual reemplaza a la anterior realizada en madera, fue instalada por Antonio Delgado y Roig con motivo de una reforma acometida a mediados del siglo ​XX.

El interior, de planta rectangular con arrimaderos de azulejo y techo en arco de medio punto, contiene tres retablos de estilo barroco tardío con policromía dorada: uno de ellos funge como retablo mayor y los otros dos como retablos marco.

El retablo mayor, valorado en 2000 reales, fue comisionado por la hermandad el 2 de febrero de 1753  al escultor Juan José González, quien en su elaboración siguió la estética de los retablos mayores de la época, creando una copia de los mismos a menor escala. ​ De forma ochavada y encuadrado en la tipología de «retablo público» o «retablo callejero» (uno de los pocos que se conservan), presenta un cuerpo con tres calles, altar, banco y ático. La calle central alberga una hornacina de medio punto la cual cobija la imagen titular y muestra ornamentos del gusto barroco enmarcando bajorrelieves con diferentes símbolos (un sol, una luna, un espejo, etc.), mientras que en las calles de los extremos figuran, en hornacinas de medio punto más pequeñas, imágenes de los santos Domingo de Guzmán y Francisco de Asís a izquierda y derecha respectivamente.

Debido a la forma ochavada del retablo, las calles de los extremos están enfrentadas, mostrando al igual que la calle central una gran profusión de ornamentos de hojarasca y rocalla, lo que aproxima tímidamente esta obra al estilo churrigueresco. La calle central y los laterales del retablo muestran estípites ricamente decorados, rematados por capiteles corintios y apoyados sobre basas de planta cuadrada, mostrando cabezas de serafines sobre las pirámides inferiores y dos bulbos más arriba. El ático, semicircular y de tipo cascarón, contiene un medallón ovalado y cuadrilobulado en el que se reproduce la Coronación de la Virgen en altorrelieve, todo ello circundado por volutas y dos cartelas con marianologías. Por su parte, el banco alberga una diminuta hornacina de medio punto presidida por una cruz papal de plata (anteriormente la presidía una talla de San José). Esta cruz, obra de Orfebrería Ramos,​ contiene una reliquia consistente en un trozo ensangrentado de la sotana que Juan Pablo II llevaba puesta cuando sufrió el atentado de 1981.

Los retablos marco se hallan en los muros laterales y poseen menor tamaño y mayor simpleza ornamental. En ellos se muestran lienzos atribuidos al círculo de Murillo, ​ ambos de grandes dimensiones y cercados por un marco cubierto de rocalla: el de la izquierda muestra a San José siendo coronado por el Niño Jesús, mientras que el de la derecha constituye una copia de un cuadro de Murillo en el que figuran las santas Justa y Rufina, patronas de Sevilla. A los pies de este último lienzo destacaba anteriormente un busto de Juan Pablo II, mientras que cerca de la puerta de entrada, junto a los retablos marco, sobresalen dos lápidas, una dedicada a la oración que el pontífice rezó ante la imagen en 1993 y otra conmemorativa del nombramiento de la Real Maestranza de Caballería como Hermana de Honor.

La imagen, popularmente conocida como Pura y Limpia, se suele considerar de autoría anónima, aunque algunas fuentes la atribuyen a Pedro Roldán y otras a su hija Luisa, existiendo también la posibilidad de que sea obra de Pedro Duque Cornejo. ​ Del mismo modo, se desconoce también la fecha exacta de su ejecución; se la suele considerar erróneamente una obra de mediados del siglo XVIII, citándose en ocasiones como elaborada en 1753, ​ siendo éste en realidad el año de fabricación de su retablo, construido para albergar la talla de la Virgen, cuya existencia queda constatada desde al menos 1727 debido a la concesión de indulgencias en dicho año a quienes rezasen ante la imagen.

La Pura y Limpia mide 80 centímetros de altura y se encuadra en el barroco sevillano. Fiel al estilo impuesto por Martínez Montañés aunque muy evolucionado, presenta un delicado rostro ovalado en el que destacan una boca pequeña de labios finos, nariz puntiaguda y ojos entrecerrados con la vista dirigida al suelo, a imagen y semejanza de La Cieguecita. La melena se halla dividida a ambos lados y los mechones caen sobre los hombros enmarcando el rostro, resaltado por unos pendientes. Los brazos, desplazados levemente al lado izquierdo, están flexionados y las manos juntas en actitud orante.

Del brazo izquierdo cuelga un manto con profusión de pliegues y gran movimiento gracias al vuelo de las telas, lo que dota a su vez a la imagen de un fuerte carácter pictórico. La túnica, decorada con estofados, se ciñe a la cintura con un cíngulo y posee una menor profusión de drapeados que el manto así como una mayor estaticidad, si bien el contrapposto creado por la flexión de la pierna derecha evita que el conjunto caiga en el hieratismo típico de las Inmaculadas de Gregorio Fernández, de las cuales se diferencia además por el tratamiento asimétrico de los ropajes. La Virgen se apoya en un escabel compuesto por una esfera en la que se sustenta una media luna con las puntas hacia abajo, acorde a la interpretación de los antiguos tratadistas. La corona que luce es de orfebrería y está circundada por una aureola con rayos a juego con la ráfaga que se le coloca a la imagen cuando no está en el retablo que la custodia.

Entre junio y septiembre de 2021 se llevó a cabo una restauración por parte de las empresas Gestionarte y Geiser en la capilla y su mobiliario, estando las labores financiadas en un 80% por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. ​ El templo presentaba problemas de humedad, mientras que el retablo mayor tenía deficiencias en la sujeción y un grave deterioro en la hornacina principal, la cual contenía refuerzos metálicos fruto de una restauración anterior. Por su parte, los retablos laterales adolecían de una gran inestabilidad debido a varios orificios así como roturas y rajas en la madera además de desgaste de la policromía y repintes,​ haciéndose necesarias, entre otras, labores de reintegración volumétrica y cromática.

Junto con el templo, dotado de una nueva instalación eléctrica, se procedió también a restaurar la imaginería. La talla de la Virgen se hallaba deteriorada debido a los cambios de temperatura y al grado de humedad derivados de su exposición, detectándose a mayores la presencia de xilófagos. La imagen, cuya última restauración había sido llevada a cabo por José Rodríguez Rivero Carrera hacía veinte años, ​ también presentaba daños en la policromía y una alteración del barniz junto con acumulación de sustancias como hollín. Respecto a las tallas de Santo Domingo de Guzmán y San Francisco de Asís, estas mostraban igualmente un deterioro generalizado además de una policromía posterior en las vestiduras​ (ambas fueron exhibidas en la exposición Glorias, celebrada en los Baños de la Reina Mora del 23 de septiembre al 23 de octubre de 2021) ​ Por su parte, los lienzos apenas requirieron tareas de conservación debido a su reciente restauración mediante un convenio de colaboración suscrito con la Universidad de Sevilla. 

Tras el fin de las labores de reparación, durante las cuales la imagen de la Virgen estuvo retirada del culto y la capilla cerrada, el templo volvió a abrir sus puertas el 22 de octubre  de 2021 con la bendición del oratorio y su imagen titular por parte del arzobispo de Sevilla José Ángel Saiz.  

CAPILLA DE LA PIEDAD

 

Es un edificio de culto católico que se encuentra en la calle Adriano nº 13. Es la sede de la Hermandad del Baratillo. 

El templo fue auspiciado por una cofradía fundada en el siglo XVII en torno a una cruz de hierro que servía de lugar de enterramiento. La construcción del templo comenzó en 1693 y fue finalizado en 1696 por Bernardo de Bustamante.​ Encima de la cúpula se colocó la cruz de hierro.

En 1722 el Ayuntamiento le cedió unos terrenos para su ampliación.​ La ampliación de la capilla tuvo lugar en 1734, siendo maestro de obras Marcos Sancho. Tuvo que ser reformada tras el terremoto de Lisboa de 1755.

La portada de la capilla tenía un arco de medio punto. En el 1900 se modificó la portada, que pasó a ser rectangular.​ En 1963 la portada fue agrandada para sacar los pasos con más facilidad.

El retablo mayor fue realizado por Antonio González de Guzmán en 1728 y fue dorado por Vicente Álvarez entre 1760 y 1762. En él se encuentra la Virgen de la Piedad (Fernández-Andes, 1945) sosteniendo al Cristo de la Misericordia (Ortega Bru, 1951).

En el templo también se encuentran la Virgen de la Caridad en su Soledad (Fernández-Andes, 1931), el Cristo de la Sangre (anónimo, siglo XVI) y San José (anónimo, siglo XVIII).

El Cristo de la Sangre es un crucificado de estilo gótico realizado en el siglo XVI. No es titular de la Hermandad del Baratillo, aunque sí recibe culto. Fue titular de una cofradía fundada en 1731 y se encontraba en un tabernáculo de la antigua calle del Pescado.

En el templo hay un cuadro del siglo XVII que representa a Jesús sostenido por la Virgen.

CAPILLA DE LA DIVINA PASTORA


 

Se encuentra en la calle Amparo en el barrio de Encarnación-Regina. Es la capilla del antiguo Hospital de San Bernardo.

En 1355 una hermandad de sacerdotes que tenía su sede en la iglesia de Santa Catalina la fundó una institución para ancianos sin recursos de la ciudad. Es una de las primeras instituciones para personas mayores de Europa.​ Estaba regido por 30 sacerdotes, de los cuales 4 debían ser de la catedral.​ En 1399 tenían su sede en el Hospital de San Bernardo, cedido por una hermandad de la Iglesia de San Juan de la Palma. Cambiaron sus reglas en 1630, 1736, 1849 y 1878.

Los ancianos debía tener al menos 60 años, ser de Sevilla, ser pobres y ser honrados.​ El hospital se encargaba de su manutención, su asistencia sanitaria y de los eventos fúnebres por sus decesos.​ Entre finales del siglo XVI y comienzos del XVII participó en sus obras Juan de Oviedo.

La Hermandad de la Divina Pastora se fundó en 1703 en la Iglesia de San Gil y se trasladó en 1705 a la  Iglesia de Santa Marina.​ En 1992 se trasladó a esta capilla. Tras esto, la capilla fue restaurada. La restauración finalizó en el año 2000.​

El retablo mayor, de estilo manierista, fue realizado por José Luis Asián Cano en 2001. En él se encuentra la imagen de la Divina Pastora de las Almas, atribuida a Francisco Ruiz Gijón, de entre 1704 y 1705.​ Entre 1991 y 1992 fue restaurada por Juan Manuel Miñarro López.

La hermandad tiene también el primer lienzo de la Divina Pastora de Alonso Miguel de Tovar, de 1703.​ Fue realizado con las indicaciones del fraile capuchino Isidoro de Sevilla. 

CAPILLA VIRGEN DE LA ESTRELLA



 

Es la sede definitiva de la Pontificia, Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Penas, María Santísima de la Estrella, Triunfo del Santo Lignum Crucis, San Francisco de Paula y Santas Justa y Rufina, tras su paso por hasta cuatro emplazamientos anteriores desde su fundación en 1560. Realiza estación de penitencia el Domingo de Ramos.

El actual emplazamiento de la Capilla de la Virgen de la Estrella nació en octubre de 1962, con la adquisición de un solar en la calle San Jacinto número 41, en la que el arquitecto Alfonso Gómez de la Lastra debía desarrollar un proyecto de casa de Hermandad.

El proyecto de la Capilla se decidió en 1973 y fue encargado al arquitecto Antonio Delgado Roig y los altares a Antonio Martín. En su ejecución se aprovechan al máximo las difíciles geometrías del típico solar entre medianeras de un entramado urbano tradicional. Así, los “recovecos” son utilizados para integrar altares. Consta, además, de coro y sacristía, así como un acceso mediante escalera interior a las dependencias de la Hermandad en las zonas altas de la misma.  

Fue bendecida por el cardenal Bueno Monreal el sábado de pasión de 1976, y al día siguiente, Domingo de Ramos, la Hermandad salió por última vez de San Jacinto para entrar en su nueva sede. Se hicieron reformas y ampliaciones de la misma en 1982 y 1988.

La Hermandad de la Estrella es conocida como La Valiente por ser la única cofradía sevillana en cumplir la estación de penitencia el Jueves Santo de 1932.

La Virgen de la Estrella, imagen Dolorosa de candelero de tamaño natural no documentada, ha sido atribuida tradicionalmente al escultor Juan Martínez Montañés, aunque estudios más recientes proponían que la Virgen de la Estrella sería una obra de Luisa Ignacia Roldán (La Roldana) y realizada en el periodo sevillano de la artista, coincidiendo con el momento histórico inmediato a la fusión, en 1674, con la Hermandad de Ntro. Padre Jesús de las Penas. Fue Coronada Canónicamente el 31 de Octubre de 1999.

La imagen de Jesús de las Penas, durante su restauración en 1997, daba a conocer un documento alojado en el interior de la peana donde se mencionaba la autoría de José de Arce, datándola en 1655. La imagen del Beato Juan Pablo II en posición sedente, revestido de pontífice con la sotana blanca, la muceta roja y la estola, fue tallada por José Antonio Navarro Arteaga en 2012.

CONVENTO DE SANTA PAULA


 

El convento de Santa Paula es un monasterio de clausura monástica de monjas de la Orden de San Jerónimo, catalogado como monumento histórico. Se encuentra situado en el centro histórico de la ciudad, a espaldas de la parroquia de San Marcos y muy próximo a otro de los grandes conventos sevillanos, el de Santa Isabel. En el pasado contó con un extenso terreno, ocupado principalmente por su huerta.

La configuración actual del inmueble es compleja, a consecuencia de las diferentes modificaciones y reformas llevadas a cabo a lo largo de su historia. En su interior se combinan construcciones de gran interés arquitectónico con otras muy sencillas de tipo doméstico, que se organizan en torno a amplios espacios vacíos destinados a patios, jardines o compases.

Está declarado BIC, como monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional por decreto de 3 de junio de 1931.

En 1473, el papa Sixto IV concedió la bula fundacional de un monasterio en Sevilla a Ana de Santillán y Guzmán, dama que tras enviudar, había ingresado en la iglesia de San Juan de la Palma. En su retiro concibió la creación de un monumento de clausura para la orden jerónima. En 1475, se bendijo la iglesia, construida en unas casas de la fundadora, en la collación de San Román, a las que se añadieron otras cercanas.

Hacia 1483, Isabel Enríquez, viuda del condestable de Portugal, promovió la edificación de la actual iglesia del convento. En los muros laterales de la cabecera se encuentran los sepulcros de Isabel, de su esposo el condestable y de un hermano de ésta, con sus emblemas heráldicos donde se combinan las armas de los Enríquez y de Portugal.

Posteriores reformas y ampliaciones se sucedieron con particular intensidad en los siglos XVI y XVII. A finales del siglo XX el convento se vio sometido a numerosas obras de restauración y adaptación, entre las que destacan la apertura del museo conventual, el único instalado en una clausura sevillana.

Cuenta con dos entradas desde el exterior, una de ellas abierta a través del compás de los locutorios, que permite llegar a la puerta reglar, las dependencias de las hermanas porteras, el museo conventual y la capilla del Sagrado Corazón. La otra, de acceso a un recoleto compás que lleva hasta la iglesia y otras dependencias de servicio, muestra al exterior una portada de ladrillo que presenta un arco conopial entre baquetones. Entre los dos accesos citados se encuentra la vivienda del capellán.

Mención muy especial merece la portada de esta iglesia, una de las más interesantes que se conservan en la ciudad, finalizada en 1504, en la que se dan la mano el estilo mudéjar con el gótico y en la que aparecen algunos de los primeros elementos decorativos propios del Renacimiento. Fue ejecutada por el escultor Pedro Millán  con la colaboración del ceramista de origen italiano Francisco Niculoso Pisano, y en ella se combinan el ladrillo agramilado con los arcos apuntados, junto con alficez, flameros y medallones.

La iglesia se levantó entre los años 1483 y 1489. Pertenece al conocido tipo "de cajón" (de una sola nave), con cabecera plana y coros alto y bajo a los pies. Su condición de gótico-mudéjar queda fielmente reflejada en sus cubiertas, con bóvedas nervadas profusamente decorada de tracería gótica  en la cabecera, y un magnífico artesonado mudéjar en la nave, obra de Diego López de Arenas, realizado en 1623, con cubierta de par y nudillo.​

El retablo mayor, realizado por José Fernando de Medinilla, en 1730, está presidido por una escultura de Santa Paula. En los laterales del presbiterio se encuentran los sepulcros de Isabel Enríquez y su marido (marqueses de Montemayor), recubiertos de azulejo de cuenca. En el muro izquierdo se levanta el retablo de San Juan Evangelista, realizado por Alonso Cano en 1635, la figura del santo que preside el mismo, fue esculpida por Juan Martínez Ontañés Juan Martínez Montañés en 1637. En el lado del muro derecho se encuentra el retablo de San Juan Bautista, realizado en 1637, por el maestro Felipe de Ribas, la escultura central del retablo, fue esculpida por Montañés en 1638, en el retablo también figuran imágenes de Santa Ana y Santa Isabel, el ático del retablo también corresponde a Felipe de Ribas. Otro retablo existente es el del santo Cristo, obra de Felipe de Ribas y contiene un crucificado que se atribuye a Pedro Millán y el de la Dolorosa ejecutado por Gaspar de Ribas. Es muy destacable el zócalo de azulejos a lo largo de la iglesia fechado en 1616. Por su parte, la sacristía conserva una interesante bóveda esquifada mudéjar, montada sobre trompas.

El coro bajo carece de sillería, cuenta en su lugar con un banco corrido con zócalo realizado por azulejos cerámicos realizados por Hernando de Valladares, entre 1615 y 1616.3

A ambos lados del presbiterio de esta iglesia se encuentran dos obras de grandes dimensiones de 1730 de Domingo Martínez. Se trata de La partida de Santa Paula a Oriente y La muerte de Santa Paula, que fueron reintegradas en septiembre del 2008, tras un proceso de restauración que se prolongó durante dos años.4

Al exterior destaca su esbelta espadaña, una de las más elegantes de la ciudad.

Zona de clausura

La zona de clausura cuenta con dos claustros, uno principal realizado por Diego López Bueno en el siglo XVII, cuando se amplía el convento a consecuencia del auge de la comunidad, haciendo de éste el claustro principal a costa del otro más pequeño, conocido como "patio viejo". Ambos quedan comunicados entre sí mediante una arquería de cuatro vanos sobre columnas pareadas y arcos de medio punto.

El perímetro del monasterio se destina para espacios auxiliares de menor entidad arquitectónica, tales como almacenes, lavaderos, ropería, algunas celdas dispersas, sin olvidar el antiguo noviciado, con estructura diferenciada de casa.

miércoles, 29 de marzo de 2023

CONVENTOS DESACRALIZADOS

                

 

1.-CONVENTO DE SANTA MARÍA DE LOS REYES:

Situado en la calle Santiago, sirvió como cárcel durante la inquisición (siglo XVII), construyéndose posteriormente la Iglesia en 1653, sustituyéndose por la actual entre 1748 y 1757. Constituye un conjunto edificado de valor histórico–arquitectónico construido entre los siglos XVII y XIX en el centro histórico de Sevilla. Interiormente se organiza a través de un claustro con galerías de arquería entorno al cual se situaban las dependencias esenciales del convento y una iglesia con portada a la calle Santiago. 

Abandonado en los años 70 por su estado de deterioro, la Junta de Andalucía lo adquiere en 1986. En 1992 se procedió a una rehabilitación parcial que permitió poner en uso algunas zonas tales como la iglesia, el coro bajo, compás y dependencias anexas.

El compás se utiliza actualmente como gran vestíbulo abierto, la iglesia constituye el principal espacio expositivo y sala ocasional de conferencias, las cuales se celebran habitualmente en el coro bajo. Además, se han comunicado, mediante un grupo de escaleras, la iglesia y el coro bajo con el coro alto.

La consejera de Obras Públicas y Transportes, Concepción Gutiérrez, ha entregado a José Morales Sánchez, por su trabajo 'Jardín oculto', el premio al concurso de ideas para la rehabilitación del antiguo Convento de Santa María de los Reyes y su adecuación como sede del futuro Centro Andaluz de Documentación y Difusión de Arquitectura e Ingeniería Civil de Andalucía. 

 

2.-CONVENTO DE LOS TRINITARIOS DESCALZOS:

El antiguo templo de los Trinitarios Descalzos fue realizado por Juan Sierra en el año 1625, siendo dedicado el mismo por dicha orden a Nuestra Señora de Gracia. Había bellas pinturas de Murillo en su interior, que desaparecieron con la invasión francesa. El templo tiene en su interior unas espléndidas bóvedas con cartones recortados en “ces” y su antigua portada frontón se reproduce en el plano de Olavide de 1771. En 1836, después de la exclaustración, parte del cenobio se convirtió en casa de pisos y fue derribada su vieja fachada.

Posee el edificio una torre que es emblemática de su barrio, con remates que la adornan, obras que recuerdan los pináculos de las antiguas puertas de Sevilla. Aquel lego ruso que levantó este alminar en el siglo XVIII, hizo coronar la bóveda en forma de bulbo, recordando los templos de su lejana patria. Sólo una condición para la obra puso el prior, que ha pasado como leyenda a la Crónica de su Orden: el jeroglífico de las cuatro letras M. J. C. y T., que deberían ser puestas en azulejos en las cuatro caras del campanario.

Muchos estudiosos no supieron interpretarla y pensaron que señalaría las capitulares de un salmo o de un texto evangélico. Las cuatro letras corresponden a las iniciales de las cuatro puertas fundamentales para entrar y salir de la ciudad: Macarena, Jerez, Carmona y Triana. 

Estos accesos estaban orientados hacia los cuatro puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste, por la especial situación del citado templo, por cuyos pies pasaban las calles que conducían a las referidas puertas. Con esta señalización los frailes forasteros, que no conocían el laberinto de las calles de la ciudad, se orientaban para salir de Sevilla.

A finales del siglo XVII, en el primitivo templo del Convento se veneraba una imagen de un Cautivo, actualmente en San Ildefonso, puesto que la orden fue fundada por la Redención de Cautivos. Se piensa que la imagen debió permanecer en el templo hasta la disolución de la orden en España, en 1835, a consecuencia de la desamortización ordenada por Mendizábal.

Los frailes marcharon y el convento fue convertido en casa de vecindad. La iglesia se mantuvo hasta la Revolución de 1868, en la que fue solicitada por el Ayuntamiento para ser ocupada por el Club popular del “Café de Emperadores”, siendo el templo desmantelado.

Su altar mayor pasó a la parroquia de Ntra. Sra. de Gracia en Camas, el altar del Santísimo Cristo de la Redención a la parroquia de Ntra. Sra. de la Oliva, en Salteras y la imagen de la Virgen de Gracia a San Ildefonso. Un cancel pasó a la iglesia del Arahal, el facistol a los claveros de la parroquia del Salvador y las pilas de agua bendita a la parroquia de Ntra. Sra. de las Nieves de La Rinconada. Otros objetos de culto fueron entregados a la parroquia onubense de Cartaya.

El edificio actual fue adquirido por la Hermandad del Santísimo Cristo de Burgos el 2 de Noviembre de 1979, para futura Capilla y actualmente como casa-hermandad. Tras la Función Principal de Instituto, celebrada el 3 de febrero de 1980, se celebra el acto simbólico de iniciación de obras de restauración, a cargo del arquitecto José Manuel Martínez Escribano. Esta primera intervención tuvo diversos contratiempos, las obras quedaron paralizadas en varias ocasiones y en este intervalo de tiempo se produjo un incendio que destruyó parte del coro, lo cual motivó que se detuvieran las obras definitivamente.

Posteriormente, en los años 90, se encarga el estudio del proyecto a los arquitectos Hermanos Arrieta, los cuales elaboran un proyecto diferente. En octubre de 1999 se inaugura la primera fase de la restauración de la Capilla y casa-hermandad, previamente por parte del Ayuntamiento de Sevilla se restauró la torre y las cubiertas, para hacer habitable el edificio.

Todo esto fue posible gracias a la creación de un patronato que sufragó todos los gastos de la restauración, al margen de los presupuestos de la Hermandad. Actualmente, en octubre de 2003, está en estudio la segunda fase del proyecto de restauración, consistente en el afianzamiento de la estructura del coro, la creación de nuevas dependencias en el mismo, así como la apertura del balcón a la calle Descalzos, actualmente tapiado.

La Manzana que ocupaba el convento, estaba situada entre las actuales calles de Alhóndiga, y otras dos en recuerdo a la Orden Trinitaria que lo habitó, Dormitorio al dar a esta calle los aposentos de los religiosos y Descalzos, en alusión a la orden.

 

3.-CONVENTO CASA GRANDE DEL CARMEN:

En la actual calle Baños, fue fundado a finales del siglo XIII por la Orden Tercera de Carmelitas. tuvo un gran esplendor entre los siglos XVI y XVII, albergando grandes piezas de arte y consiguiendo grandes riquezas.

El siglo XIX vio como, tras dos cierres parciales, por la ocupación francesa (1810) y la desamortización de  Mendizábal (1836), al final se cerraba definitivamente con la revolución de 1868.

Posteriormente el edificio albergó un cuartel y posteriormente fue Caja de Reclutas. Actualmente es Conservatorio de Música y pertenece a la Junta de Andalucía. Por el convento pasaron las hermandades de La Quinta Angustia (tres periodos), La Cabeza, La Soledad, Sagrados Clavos y Siete Palabras (dos periodos).

 

4.-CONVENTO CASA GRANDE DE LA MERCED:

La presencia mercedaria en la ciudad de Sevilla fue bastante notoria llegando a tener varias casas: Convento Casa Grande de la Merced (actual Museo de Bellas Artes), San Laureano, Hospital de la Redención de Cautivos que se erigió por catalanes en 1524 y que en 1587 se fusionaría con el Hospital Amor de Dios.

Además tendríamos que contar con el convento de mercedarias de la Asunción, donde destacaría la presencia de Santa Teresa de Jesús. El de la Casa Grande fue fundado en el siglo XIII, siendo restaurado en el siglo XVII por Juan de Oviedo.  Su iglesia tiene planta de cruz con bóveda de medio cañón y crucero con cúpula de medio cañon.

En él se fundo la Hermandad de Pasión, y estuvo residiendo en 1918 la Hermandad del Santo Entierro. Pasión tenía en él capilla propia y en su compás levantó capilla la Hermandad del Museo. El convento fue cerrado en 1836, durante la desamortización de Mendizábal, siendo actualmente el Museo de Bellas Artes.

 

5.-CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE LOS REMEDIOS:

Fundado por los Carmelitas, estaba situado en los aledaños de la Plaza de Cuba, erigiéndose sobre una antigua Ermita en 1575, cerrándose en 1836 tras la revolución de 1868, derribándose el mismo, quedando en pie la Iglesia.

Con trazas de las naves colaterales de José Chamorro (1780 aprox.) tuvo varias reformas entre 1928 y 1929, a cargo de Juan Talavera Heredia.

Acondicionado en 1987 para sala de exposiciones, fue sede del Instituto Hispano Cubano, y actualmente Museo de Carruajes. En sus muros se alojaron las Hermandades de La Esperanza de Triana, a mediados del siglo XVIII y la extinguida de La Entrada en Jerusalén, a mediados del siglo XIX. Fue declarado Monumento Histórico Artístico el 31 de junio de 2003.

Los Carmelitas de este Convento, para evitar tener que vadear el río cuando pasaban a Sevilla, fundaron el convento Carmelita Descalzo, en la actual calle Rioja, del cual destaca la Iglesia del Santo Ángel. 

En la real Parroquia de Santa Ana encontramos la Virgen de la Victoria, procedente del convento de los Remedios, ante la que oraron los marineros de Elcano después de haberle dado la vuelta al mundo. Igualmente en la Real parroquia se encuentra la talla de la Virgen del Carmen, que perteneció a La Hermandad de Ntra. Sra. del Carmen, Santa Madre Teresa de Jesús y Animas Benditas, procedente del Convento de Los Remedios (1957).

 

6.-CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DEL PÓPULO:

Cercano al asentamiento del Puente de Triana y el río, se establecen provisionalmente un grupo de monjes Agustinos Recoletos, procedentes de Castilla, Portugal y Granada, gracias a la cesión por parte de Pedro Antón de la Cerda de un solar de su propiedad, allá por el año 1625, en la margen derecha del río Betis, dedicando su sede a Santa Mónica.

Este proyecto, desde el cual partían monjes misioneros hacia el Extremo Oriente, se convierte en residencia para más de 50 religiosos. Al año de estar allí establecidos, en los meses de enero y febrero de 1926, la ciudad se ve envuelta en unas grandes inundaciones, anegando toda la zona del Arenal, los barrios y casas de vecinos.

En una de esas casas, una familia tenia en la pared un cuadro con dos lamparitas a sus lados, de autor anónimo y representando a Ntra. Sra. del Pópulo, que se venera desde el siglo XI en la iglesia agustina de Roma.

Cuando las aguas ya anegaban el portal de la casa, llegando a mojar la parte inferior del cuadro, la familia lo descolgó, con la particularidad que el mismo quedó flotando en vertical con las lámparas encendidas, saliendo a la ría y con las velas encendidas, situación que se extendió a lo largo de tres días, siendo contemplado este hecho por multitud de vecinos que a su vez, extendían la noticia acercando hasta la ría a multitud de curiosos.

Tras pasar el peligro y recoger el cuadro la familia, deciden que el mismo debe de estar en una capilla o iglesia, echando a suerte entre las de Sevilla y saliendo “por tres veces” la modesta capilla de los Agustinos Recoletos del barrio.

Desde ese momento la devoción y favores a la Virgen son continuos, tanto que las autoridades deciden ceder a los monjes un solar contiguo más amplio para ampliación del convento e iglesia tomando como título Ntra. Sra. del Pópulo y colocándose una cerámica aumentada sobre la puerta principal de entrada la iglesia.

En este convento residieron los monjes desde 1627 hasta su desamortización en 1835, convirtiéndose en cárcel y no quedando en la actualidad más que los muros exteriores, arcos, columnas y alguna verja, siendo actualmente el Mercado de Abastos del barrio del Arenal. Igualmente en la memoria, quedan los nombres de los más de 350 religiosos que descansaron en paz en la cripta. El cuadro aun se conserva, teniendo marcada en su parte inferior la marca que dejó el agua, igualmente también se conserva la cerámica de entrada a la iglesia.

En el actual Mercado del Arenal, entre las calles Pastor y Landero, Arenal, Almansa y Genil, estaba este convento de los Padres Agustinos Descalzos, que lo fundaron en 1626. En él residió la Hermandad de Los Gitanos, el mismo año de su fundación (1753) hasta que la Desamortización obligó a los monjes y a la Hermandad a abandonarlo.


7.-CONVENTO DE SAN AGUSTÍN:

Situado en la actual calle Fray Alonso, se fundó en 1314 y albergó a una de las Hermandades con más devoción, la del Cristo de San Agustín, considerada la más antigua de Sevilla. El convento también acogió durante los siglos XVI y XVII a la extinguida hermandad de Las Virtudes.

Entre otras actividades, los monjes se dedicaron a la crianza de ganado de lidia, perdiendo sus posesiones y ganado en las desamortizaciones de los siglos XVIII y XIX.

Tras la desamortización, La Hermandad paso a la vecina parroquia de San Roque, perdiendo a su Titular en el incendio de 1936. El edificio fue almacén y actualmente es propiedad del Ayuntamiento, aunque no se le da utilidad, estando muy deteriorado y clausurado.


8.-MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE LAS CUEVAS:

En los terrenos donde se ubicaban los antiguos hornos alfareros almohades de la Cartuja cuenta la leyenda que sobre el año 1248, apareció una imagen de la Virgen María, construyéndose una Ermita en su honor regentada por la Orden Franciscana.

Esta Ermita ganó en devoción y en el año 1400, pasa a ser Monasterio de la Cartuja, fundado por don Gonzalo de Mena, Arzobispo de Sevilla, estableciéndose en él a finales del siglo XV la Orden de San Bruno.

El Monasterio sufrió el saqueo de la invasión francesa en 1810, que estableció en él su cuartel General, utilizando su Iglesia como cuadra y en 1835, con la desamortización y consecuente exclaustración, los monjes cartujos fueron expulsados.

Conocido como el Monasterio de Santa María de las Cuevas, fue adquirido por Guillermo Pickman, que estableció la famosa fábrica de loza de La Cartuja de Sevilla, hacia 1841.

El paso de los siglos y las diferentes restauraciones, abandonos y remodelaciones, convirtieron el recinto en un cúmulo de tendencias artísticas, contando con obras mudéjares (claustro), góticas (iglesia y sala capitular), así como la rica colección de cerámicas que produjo la Fábrica de Pickman. De los 10 hornos que se construyeron aún se conservan 5, además de varias chimeneas. Como fábrica funcionó hasta 1982.

El hoy conocido como Monasterio de Santa María de las Cuevas, en la Isla de la cartuja, recuperó su esplendor con la Expo 92 de Sevilla, siendo restaurado y rehabilitado para convertirse hoy en día en la sede del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), Sala de Exposiciones y Museo de Arte Contemporáneo, bajo el patronato de la Junta de Andalucía.

9.-MONASTERIO DE SAN JERÓNIMO:

En 1413, el religioso fray Diego Martínez procedente del Monasterio de Guadalupe, funda El monasterio de San Jerónimo en los terrenos de Buenavista de Sevilla, siendo en 1414 cuando se adquieren los terrenos. En 1450 se concluyen las obras de la iglesia, de estilo gótico flamígero.

La comunidad Jerónima en Sevilla fue tomando relevancia, fundándose en 1431 el monasterio jerónimo de San Isidro del Campo y en 1475 se funda el convento de Santa Paula de la Cruz, uno de los primeros de madres jerónimas y donde quedarían confiados muchos de los archivos del monasterio.

Cuando en 1503 doña Catalina de Ribera funda el Hospital de las Cinco Llagas se concede a los priores de los monasterios de Santa María de las Cuevas, San Jerónimo de Buenavista y San Isidoro del Campo la custodia de dicho Hospital. Su privilegiada situación, hizo que el Monasterio fuera utilizado como morada por nobles y reyes durante los tiempos de epidemias, caso de los Reyes Católicos, Carlos I o Felipe II.

Este último, además, encargó a los frailes la impresión de la Bula de la Santa Cruzada para las Indias, por lo que en el Monasterio de San Jerónimo se instala una imprenta en su interior. A finales del XVII, el monasterio sufre el declive de la ciudad, además de verse afectado por las inundaciones de 1626.  A comienzos del siglo XIX con su situación extramuros y contando con sólo 12 religiosos, trasladaron los bienes a los conventos de Santa Paula y San Buenaventura, agravado con el decreto de extinción del clero regular y la incautación de fincas en 1809. Los males crecieron hasta tal punto que entre 1815 y 1820 se produce un saqueo con incendio incluido que dejó al Monasterio en una ruina tal, que aunque en 1823 se les devolvió a los jerónimos sus conventos, no pudieron utilizar la iglesia de San Jerónimo, llegándose a la extinción de la orden en 1835, llevándose las escasas pertenencias al Monasterio de Santa Paula.

El convento, ya desacralizado se transforma en lazareto y también en colegio, pasando en 1843 a ser fábrica de cristales y posteriormente hasta cebadero para cerdos. En 1964 se declara el monumento de San Jerónimo de Buenavista monumento histórico- artístico, siendo comprado por el Ayuntamiento en 1984. 

 

10.-CONVENTO DE SANTA CLARA:

Antiguo convento que se ha convertido en un centro cultural.
En 1998 fue abandonado por las Clarisas franciscanas. Es el primer convento de esta orden que fue fundado en Sevilla y dedicado a Santa Clara de Asís.
En 1289 fue fundado oficialmente con la generosa donación del rey Sancho el Bravo, otorgando unos terrenos a la orden. Dichos terrenos habían pertenecido anteriormente al Infante Don Fadrique, que murió algunos años antes. Aún se conserva su torre llamada Don Fadrique en su honor.

En el siglo XIX fue el único convento que no fue ocupado por las tropas francesas durante la revolución, dio la bienvenida a la comunidad del monasterio de San Clemente que sí se vio obligada a huir a causa de la invasión.

Fue declarado monumento nacional en 1970 y en 1998 las últimas monjas se traslada al convento de Santa María de Jesús y el convento pasó a ser propiedad del arzobispado.
Muchas obras fueron transferidas a otros conventos y Santa Clara fue sometido a una primera restauración que terminó en 2011. Esta primera fase ha descubierto murales de gran interés y el edificio se convirtió en un centro cultural.

La entrada principal del convento fue colocada originalmente en la calle Santa Clara, donde a través de un paso estrecho se puede llegar en frente de la iglesia. Esta consistía en una nave cubierta con un artesonado de madera, un coro alto y bajo y un presbiterio poligonal que es cubierto con una nervadura gótica de piedra.

El retablo mayor es una preciosa obra que se remonta a el 1621, pero fue reconstruido más veces a lo largo de los siglos, lo que llevó a cambios de sus representaciones religiosas. Su forma se adapta a la forma poligonal del ábside.
Como todos los retablos de las iglesias sevillanas, la articulación de las decoraciones arquitectónicas es la más compleja, de hecho, están posicionadas hornacinas, columnas y estatuas. Todos los elementos que forman el retablo representan los aspectos de la vida de Santa Clara y otras escenas de la tradición cristiana.

Los retablos laterales forman un conjunto único de decoraciones y siempre están estructurados con columnas y representaciones cristianas.

Al coro se accede a través de dos puertas. Sus paredes están decoradas con detalles de yeso y pinturas barrocas.

El claustro principal fue la organización de la antigua clausura.
El claustro es obra renacentista organizada con galerías porticadas que abarcan dos pisos soportados por columnas de mármol y arcos elevados en la planta baja y arcos rebajados en la planta alta.
Las paredes están decoradas con azulejos preciosos y de alta calidad.
En el centro del claustro se encuentra una fuente y una notable variedad de vegetación. De este patio se puede admirar la espadaña de la iglesia.
Las habitaciones que dan a este espacio central estaban destinados a dar servicio al convento y por la parte baja se accedió a los dormitorios que hoy se han transformado en un espacio de exposición.
En algunas de las habitaciones de la planta baja existen antiguas pinturas murales que han sido restaurados y consolidados.

CONVENTO DESAPARECIDOS

Los Conventos de la calle Sierpes | Sevillanadas, Sevilla en Estampas
Convento de San Acacio     

 1.-MONASTERIO DE SANTO DOMINGO:

La zona que hoy conocemos como La Calzada, comenzó a renovarse a partir del siglo XVII en torno al Monasterio de Santo Domingo, filial de Santo Domingo de Silos, que persistió hasta la exclaustración de frailes de 1835 quedado el templo como parroquia de San Benito.

 

2.-CASA GRANDE DE SAN FRANCISCO: 

Desde su fundación (año 1268?), hasta su derribo en 1840 durante la regencia de María Cristina y siendo gobernador el general Espartero, o sea, durante, casi seis siglos, ha sido uno de los  principales centros tanto religioso como artístico de Sevilla.

Pese a su importancia, no existe  una detallada descripción del mismo. Para su estudio, solo existen varias someras descripciones en el archivo franciscano de Ntra. Sra. de Loreto en Espartinas; algunas alusiones en el Abad Gordillo, Ortíz de Zúñiga y Matute. Después la descripción que del mismo hace Félix González de León en el siglo XIX.

Después de su derribo y ya en el siglo XX, el librito, muy condensado de la profesora del Arte, doña María José del Castillo Utrilla, a partir de aquí lo que queda es labor de investigación en los distintos archivos.

Estaba situado en la Plaza Nueva, pero con unas dimensiones bastantes más grandes pues su perímetro era, comenzando por la fachada de la plaza de San Francisco, Albareda, Carlos Cañal, Zaragoza y Joaquín Guichot.

En este perímetro se encontraban todas las dependencias de los franciscanos: la iglesia, de grandes dimensiones; claustro grande, claustro chico, claustrillos y patios, con sus fuentes y jardines correspondientes; sala de profundis y sala capitular, biblioteca, noviciado, cocinas, cuadras, pajares, dos cementerios, hospedería de indias, hospital de San José de la Venerable, Orden Tercera y además una serie de capillas de hermandades y asociaciones que estaban situadas alrededor de los claustros y en la portería.

Independientemente de las riadas y de los grandes incendios que sufrió el convento en 1527, 1658 y 1716, de los que se pudo sobreponer perfectamente, las mayores desgracias las padeció en la primera mitad del siglo XIX. En 1810 entraron las tropas francesas en Sevilla. Se apoderaron de él y lo incendiaron nuevamente. Luego en 1835, con la desamortización de Mendizábal, suprimieron las órdenes religiosas y fueron exclaustrados los franciscanos. por último, su demolición en 1840, a pesar de que muchos sevillanos cultos y piadosos se opusieron frontalmente al gobierno, para la conservación de este gran monasterio lleno de religiosidad, tradiciones y arte. Pero sus esfuerzos no obtuvieron resultados positivos. Finalmente, el convento fue demolido y sus bienes fueron dispersos, perdiéndose la gran parte.

3.-CONVENTO DE SAN PABLO:

Hacia 1255 se tiene ya noticia histórica de la existencia del Convento de San Pablo, de la Orden de Santo Domingo de Guzmám o de Predicadores. Fundado por Fernando III el Santo para los religiosos dominicos que asistieron a su ejército en la conquista de Sevilla, se estableció en terrenos del Museo de Bellas Artes de la ciudad.

Fundado el Convento en 1249, la iglesia fue edificada en los años inmediatos, y habría que pensar en una hermosa fábrica mudéjar a la sala de San Gil, Santa Marina o Santa Ana. Consta que en 1350 fue prácticamente destruida por un incendio, reedificándose por el rey Pedro I el Cruel. Del esplendor del convento y de las riquezas de su iglesia dan fe los principales historiadores de la época.

Este Convento de dominicos de San Pablo, "convento más principal de Andalucía", era la sede residencial del Padre Provincial  de la Orden de Predicadores, así como un renombrado centro de estudios teológicos y casa de noviciado.

Al convertirse Sevilla en la metrópolis del Nuevo Mundo, el noviciado de San Pablo llegó a ser el centro principal donde se formaban y consagraban a Cristo los fieles dominicos, que tan relevante papel desempeñaron en la evangelización del continente americano. 

Tras el derribo en 1811 por los franceses, del antiguo templo de la Magdalena. La iglesia se trasladó a la Iglesia del Convento de San Pablo el mismo año, aunque en 1815 volvió a ser templo conventual. En 1838 se instala la parroquia de modo definitivo, al abandonarlo los dominicos  con ocasión de la desamortización.

Por consiguiente la actual iglesia Parroquial de Santa María Magdalerna fue anteriormente templo conventual de San Pablo, si bien no el primitivo medieval, que se hundió hacia 1690, sino el segundo construido a finales del siglo XVI  y principios del XVII.

 

4.-CONVENTO DE REGINA ANGELORUM:

En el siglo XVI se funda por las monjas dominicas, pasando a ser residencia de Frailes Predicadores en 1553. Debió ocupar parte del antiguo Mercado de la Encarnación y la actual Calle Regina hasta la calle Jerónimo Hernández.

Entre 1549 y 1810 en él se estableció la extinguida Hermandad del Santo Crucifijo e Inmaculada Concepción de María formada por hermanos del estamento nobiliar y que hacía estación de penitencia a la Catedral la tarde del Jueves Santo. 

En la década de 1610, el prior del convento dominico de Regina Angelorum se pronunció públicamente contra la implantación de un dogma sobre la "concepción inmaculada" de María que por entonces se estaba gestando en Roma. Esto generó una controversia teológica entre los dominicos por un lado y jesuitas y franciscanos por otro (estos como defensores a ultranza del dogma) que indignó la tradicional vertiente mariana de los sevillanos y hubo hasta desórdenes públicos, aunque a su vez en él se estableció una de las primeras hermandades con la advocación del Rosario de Sevilla (1589).

Parte de la azulejería cerámica de este convento se conserva en el Museo de Bellas Artes  y en el Museo de la Hispanic Society of America. La verja que aparece en la Puerta del Principe de la Plaza de Toros de la Maestranza, es obra de Pedro Roldán, realizada para la capilla de los caballeros Maestrantes del convento de Regina Angelorum y trasladada por la Real Corporación a este lugar, una vez desaparecido dicho convento.

 

5.-CONVENTO DE LA CONCEPCIÓN DE SAN JUAN DE LA PALMA:

Fundado, en el siglo XV, por las Concepcionistas Franciscanas en la actual Plaza de Menjíbar, cuando se llamaba plaza de las Monjas. En él residió la Hermandad de San Buenaventura en el año 1841. Desapareció con la revolución de 1868.

 

6.-CONVENTO DE SAN DIEGO:

Situado en el Prado de San Sebastián, era regentado por los Padres Franciscanos, siendo en este convento donde surge una primera exaltación a la Pureza original de María, designándose la fecha del 23 de enero de 1615 para procesionar por las calles. Para ello, se contrató con el escultor flamenco Hermann Guilmann la talla de una Inmaculada Concepción, que sería bendecida el 25 de enero por el arzobispo D. Pedro de Castro, la cual se encuentra actualmente en la real Iglesia de San Antonio Abad, siendo conocida popularmente como del Alma Mía.

En 1784 y debido al peligro que suponía para el Convento las crecidas del Guadalquivir, el mismo fue trasladado a la calle San Luis, al que había sido noviciado jesuita, llevando en procesión tanto la Inmaculada, como al Patriarca San José y San Diego, así momo las reliquias del Beato Juan de Prado. Posteriormente, al restablecerse la Compañía de Jesús, los franciscanos se acomodaron en la Casa principal del Mayorazgo de los Marqueses de la Granja, en la calle Imperial, hasta que en 1819, tras convenio con la Hermandad del Silencio, se trasladan a la Casa Hospital de San Antonio Abad.
 
 
7.-CONVENTO HOSPITAL DEL ESPÍRITU SANTO (TRIANA)
 
No se sabe con certeza la situación exacta de este convento que estaba regido por los monjes del Espíritu Santo, siendo a su vez Hospital. En él se fundó la Hermandad de los Gitanos en 1753 y durante varios períodos, albergó a la Hermandad de la Esperanza de Triana.
Según fuentes consultadas, podría haber estado físicamente en la manzana entre las calles Betis y Troya, actual colegio Cristo Rey, aunque otras fuentes lo sitúan en la calle Pureza y Luis de Cuadra. Como recuerdo de su fundación y en los actos de conmemoración del CCL Aniversario Fundacional de la Hermandad de los Gitanos, la Corporación colocó una placa conmemorativa en el año 2003.
 
 
8.-CONVENTO DE SANTA MARÍA DE LA VICTORIA:
 
En el barrio de Triana se levantaba el Convento de Santa María de la Victoria, fundado por la comunidad masculina de religiosos Mínimos de San Francisco de Paula. Aunque no está muy clara su ubicación, posiblemente estuviera en lo que hoy es el Grupo Escolar José María del Campo en la Calle Pagés del Corro.


9.-CONVENTO DE SAN ACACIO:

Situado en la esquina de la calle Sierpes con Pedro Caravaca, fue fundado por los Padres Agustinos en 1633. Tras la Desamortización de Mendizábal, el edificio albergó a la Academia de las Tres Nobles Artes para convertirse en la sede Central de Correos y hoy en día, sede del Circulo de Labradores, de cuyo edificio original sólo queda el claustro barroco que rodea el Patio. En su iglesia residió de 1697 a 1703 la Hermandad del Gran Poder, que colocó en el 2001 una placa conmemorativa. Destacaba de este convento la Librería, cuyos fondos pasaron tras su desaparición a la Biblioteca Pública de Sevilla, fundada en 1769 en el hoy desaparecido colegio de San Acacio.

 

10.-CONVENTO DEL DULCE NOMBRE DE JESÚS:

Del siglo XVI, estaba situado entre las actuales calle Baños y Jesús de la Vera Cruz, en él residían las Monjas Agustinas, desapareciendo como tal en 1868. Adquirido para sede de la Hermandad del Amor, ésta lo abandona en 1905, recuperándose como convento dominico hasta finales de los años 30, siendo cedida a la Hermandad de la Vera Cruz por la familia Ponce de León en 1942.

La iglesia es barroca con tres naves y arcos sobre columnas toscanas. Actualmente se están restaurando los baños árabes, yacimiento arqueológico considerado dentro de su grupo como uno de los más importantes de Andalucía y de los mejores conservados.

Durante las obras en San Vicente, se estableció en la capilla la Hermandad de las Siete Palabras, aunque realizando la Salida procesional desde la Iglesia del Hospital de la Misericordia.

Ha sufrido varias transformaciones, siendo una de las principales en el año 1975, llevada a cabo por Alfonso Jiménez. Anexos a la capilla se encuentran unos baños árabes, que están siendo recuperados. 

 

11.-CONVENTO DE MONTE-SIÓN

Situado en la calle Feria, se funda a mediados del siglo XVI, siendo colegio dominico. Sufrió la invasión francesa y posteriormente la desamortización de Mendizábal, que obligó a su abandono por parte de los dominicos. En 1885 acogió a las Monjas del Convento de las Dueñas. Desde principios del siglo XX es el Archivo de Protocolos, conservando aún parte de la iglesia clásica y su espadaña renacentista, en ruinas.

BARES: PATIO SAN ELOY (LAS COLUMNAS)

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