La actual sede de la Hermandad se levanta en el lugar conocido antiguamente como Resolana del río (o del Arenal), terreno ubicado extramuros entre la ribera del Guadalquivir y las Atarazanas Reales, donde existía una cruz con un templete. Desde el año 1635 el germen de la Hermandad de la Santa Cruz se instala en este humilladero, ya que numerosos fieles se reunían para rezar el Rosario a la caída del sol. Dicha costumbre se afianza años más tarde cuando la corporación se fusiona con la Congregación del Rosario, surgiendo así la Hermandad de la Santa Cruz y Nuestra Señora del Rosario. El 26 de julio de 1699 conceden licencia municipal a la nueva hermandad para realizar obras y edificar una modesta construcción.
Durante la invasión francesa las tropas napoleónicas profanaron la capilla, convirtiéndola en fragua y taller para herrar sus caballos. Por ironía del destino la calle recibiría después un nombre, Dos de Mayo, que es casi un desagravio histórico: la memoria de la resistencia nacional frente a la opresión francesa. En el año 1815 sufre una reedificación y es abierta de nuevo al culto, aunque en 1868 vuelve a quedar clausurada por los propios vaivenes políticos del momento, salvándose la imagen de la Virgen gracias a la diligencia de unos devotos.
El siglo XX no calma los acontecimientos y trae nuevos infortunios a la singular historia del edificio ya que el acuartelamiento de artillería, instalado en las Atarazanas, intentó usurpar esta capilla a la Hermandad, aunque sin éxito. Debido a las construcciones adosadas a sus muros que levantaron los militares hacia 1848 y al Decreto de fusión con la Archicofradía del Santísimo Cristo de las Aguas, en 1977 se acometen una serie de obras de ampliación y reforma bajo la dirección del afamado arquitecto sevillano Don Antonio Delgado Roig, centrándose en la casa de hermandad y acondicionamiento de los espacios para los nuevos titulares. En 1985 la Capilla del Rosario es declarada Monumento Histórico por parte de la Conserjería de Cultura de la Junta de Andalucía, lo que ayuda a precipitar la necesidad de su restauración integral al amenazar ruina y estar protegida por el organismo autonómico. Por estudios de la época parece ser que el derribo del cuartel de la Maestranza de Artillería, a la que estaba unida la primitiva capilla, hizo que la fábrica de ésta se resintiese bastante. Fue entre los años 1989-1992 cuando la Hermandad decide desplazarse a la cercana Parroquia del Sagrario y edificar una nueva capilla, manteniendo únicamente de la estructura primitiva los cuatro pilares sobre los que descansa la pequeña cúpula y la espadaña.
La actual Capilla del Rosario es una construcción abovedada moderna diseñada por los arquitectos del Teatro de la Maestranza Luis Marín y Aurelio del Pozo. La única portada se abre a los pies de la nave principal, y se trata de un gran portalón adintelado. A ambos lados de la puerta de ingreso se pueden ver sendos azulejos realizados por Don Juan Luis Aguado Granell, del Santísimo Cristo de las Aguas (a la izquierda) y de Nuestra Señora del Mayor Dolor (derecha). Detrás de la fachada se levanta una sencilla cubierta piramidal de base octogonal, tejada con la llamada teja árabe vidriada, así como la espadaña original de corte neobarroco con dos arcos y campanas, rematada por una cruz de forja, lo que recuerda al antiguo humilladero que hubo en dicho lugar. A la derecha de la portada se alza la torre, de base cuadrada, constituida en tres cuerpos con pequeños vanos adintelados y un remate con almenas. En la parte inferior de la torre se encuentra un retablo cerámico de Nuestra Señora del Rosario, cuya autoría es la misma de los azulejos mencionados con anterioridad. El lateral que da a la calle Dos de Mayo, y que acoge las dependencias auxiliares, carece de interés arquitectónico artístico alguno.
El interior de la capilla se organiza alrededor de una nave con bóveda de cañón, inscrita en una planta de cruz latina muy sutil, puesto que el crucero es casi un mero trámite. El retablo principal es una perfecta simbiosis entre el antiguo retablo que ya obraba en poder de la Hermandad desde la época de San Bartolomé y una ampliación de corte mesurado para encajar en el nuevo muro del fondo y así enriquecer la capilla mayor. En él destaca la portentosa imagen del Santísimo Cristo de Las Aguas, enmarcado por una arquitectura lignaria con arco de medio punto y dos esbeltas pilastras con decoración vegetal y frutal. A la derecha del mismo está Nuestra Señora del Mayor Dolor y al otro lado del retablo se encuentra San Juan Evangelista. Es digno de mención el Sagrario, obra de Orfebrería Villareal de gran belleza y clasicismo, en cuya puerta se representa el pasaje de Jesús y la samaritana.
En dos sencillas hornacinas, en el muro a los pies de la capilla, se encuentran las otras dos imágenes que procesionan en el misterio; entrando a la derecha se halla María Magdalena, y justo enfrente de ésta se encuentra el Ángel que porta el Cáliz.
La cúpula semiesférica está decorada con cuatro pinturas de caballete que representan a los evangelistas y se disponen en la zona de las pechinas. Del centro de la misma pende una hermosa lámpara de cristal.
Justo antes de llegar al retablo mayor, en el muro del evangelio, se encuentra un retablo barroco en cuyo camarín suele ubicarse María Santísima de Guadalupe, mientras que en la zona que se abre en el muro de la epístola se dispone un pequeño enmarcamiento de estilo barroco para Nuestra Señora del Rosario. Ambos retablos son un depósito del antiguo colegio para huérfanos de funcionarios municipales Hogar de San Fernando, de la sevillana calle Don Fadrique, presentando columnas salomónicas con decoración de motivos vegetales y animales (racimos de uvas y pequeñas aves) así como algunos querubines policromados. Fueron adecentados y adaptados para su nueva ubicación en el interior de la capilla.
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