lunes, 22 de enero de 2024

PABELLONES EXPO 29: PABELLÓN DE ESTADOS UNIDOS


                                       


El 7 de mayo de 1924, el Secretario de Estado remite un informe a las Cámaras de representantes de los Estados Unidos, acompañado de una recomendación del presidente Calvin Cooling, para que fuera aprobada la participación en el certamen sevillano. Entre los argumentos presentados primaba la oportunidad de estrechar lazos con Iberoamérica, demostrar las ventajas de la educación americana así como el fomento de la comercialización de varios productos en España, como los hidrocarburos y sus derivados, maquinaria agrícola y materiales de construcción entre otros. La propuesta no encontró ninguna oposición siendo aprobada por ambas cámaras. En el mes de febrero de 1925 es aprobada la asignación presupuestaria por un total de 700.000 dólares.

Los terrenos escogidos, por la Delegación americana para erigir su pabellón, fueron en un principio los de la Venta de Eritaña, pero la Comisión Permanente no pudo aceptar esta petición ya que dichos terrenos eran de propiedad privada. Por lo que el 28 de julio de 1925, se le concede la parcela elegida, esta vez en los Jardines de San Telmo, de 7.500 metros cuadrados de superficie , en la confluencia del Paseo de las Delicias y la Avenida de María Luisa, para construir sus instalaciones, las condiciones de la concesión de estos terrenos fueron especiales. Resolviéndose el tema de la propiedad privada con un acuerdo por el cual el Ayuntamiento concede a los EE.UU. los terrenos por 75 años desde el 31 de diciembre de 1930 siendo optativo para el Ayuntamiento su recuperación mediante el abono de 200.934 dólares, coste de las edificaciones, o la ampliación de la cesión por otros 75 años. De esta forma se elude la compra del terreno, pero se indemniza al gobierno americano por los gastos de las instalaciones. Hay que resaltar que esta cláusula de compra no existía en el resto de pabellones permanentes extranjeros que se edificaron.

Se realiza un concurso restringido entre cinco reconocidos arquitectos a los que se les solicita que las edificaciones reuniesen un estilo que ello denominan "misiones españolas" en tributo al legado e influencia española en las artes y costumbres norteamericanas. Fue elegido el proyecto presentado por William Templeton Jonhson. El proyecto presentado constaba de tres edificaciones: una permanente para ser utilizada como consulado una vez terminado el Certamen, y otras dos provisionales. La construcción de los tres pabellones le fue adjudicada a una empresa neoyorquina, que en febrero de 1928 inician los trabajos bajo la dirección de un arquitecto y cuatro ingenieros que coordina los trabajos de las empresas españolas subcontratadas, siendo éstas las que, en definitiva, realizan los trabajos de edificación.

El edificio principal con una superficie total construida de 1.000 metros cuadrados se articula sobre planta hexagonal con fachadas a la Avenida María Luisa y Paseo de las Delicias, de dos plantas de altura y en el centro un patio rodeado de pórticos cubiertos. El sistema constructivo es el convencional de la época, muros de fábrica de ladrillo, entramado unidireccional, cubierta con tejas, mortero en los paramentos y solería hidráulica, carpintería de madera, destacando las vigas decoradas de los salones en caoba

Para este edificio se diseñan dos fachadas principales, una hacia el Paseo de las Delicias y otra para el acceso desde la Avda,. de María Luisa. En ambas se inspira en el estilo renacentista, en la primera la portada está claramente inspirada en detalles ornamentales de una de sus últimas obras  tomando elementos como la utilización de pequeños arcos que encierran una concha, en la moldura el arco de la puerta principal, o la ventana del remate claramente inspirada en las existentes en la fachada del Hospital de la Santa Cruz de Toledo. Para la portada de la Avda, de María Luisa, la composición la divide en dos zonas: la inferior hasta el balcón, la resuelve con claros elementos platerescos, eligiendo como motivo la concha, con algún detalle barroco en las pilastras. Sin embargo, para la parte superior, la remata con un frontón partido de formas ondulantes, con jarrones, en el que se inscribe el balcón de forma semicircular, enmarcado por cenefa y terminado en una cornisa ondulada.

Para las fachadas de los pabellones provisionales se inspiran en el plateresco español, inscribiendo la decoración en la zona superior de las mismas, dejando el resto limpias de ornamentación. Se realizan por completo en maderas revestidas y con un claro objetivo  exhibicionista.

Las empresas privadas se vieron obligadas a situar sus stands en las galerías comerciales, ya que los contenidos expuestos eran todos estatales que se distribuyeron de la siguiente manera: en el edificio permanente se expusieron obras del National Museum of Fine Arts así como una biblioteca con libros sobre la historia de América y otros temas generales, una exposición de los departamentos de Estado, Hacienda Marina, Correos, Aeronáutica, etc... También había un mapa con  las rutas seguidas por los conquistadores españoles en el sur del país, así como una exhibición de la Comisión de Bellas Artes y de la Oficina de Edificios y parques Públicos de Washington.

Otra de las muestras que se realizaban en este edificio fueron los adelantos tecnológicos norteamericanos, en él se podían apreciar instalaciones de fontanería en cobre, calefacción centralizada regulada por estancias individuales, un refrigerador eléctrico, una lavadora mecánica y así hasta cincuenta y cuatro aplicaciones distintas de la electricidad.

En uno de los pabellones provisionales, se instaló el cinematógrafo. Era un salón de cine con capacidad para 350 personas, en el que se proyectaban una selección de doscientas películas de entre mil, a razón de mas de seis diarias, sobre temática económica, historia militar del país, confección de un periódico, una intervención quirúrgicas o la fabricación de automóviles.

En el otro pabellón provisional se instalaron las exposiciones de: Agricultura, Interior y Comercio, un mapa luminoso con las líneas de vapores de todo el mundo, demostración de acuñación de monedas, estampación de sellos y billetes, reproducción en miniatura del Gran Cañón del Colorado, etc...

Se instaló una potente emisora ortogonal que comunicó a Sevilla con el resto del mundo, así como un centro musical de la Víctor Talking Machine con potentes altavoces en el exterior del edificio que permitía escuchar música a gran distancia. También fue muy nombrado por la prensa, por su curiosidad, la instalación de un rayo de luz que lanzado sobre la entrada de la Exposición permitía contar el número de peatones que pasaban.

Fue la primera de las "semana" en homenaje a los estados participantes, celebrándose del 25 al 31 de mayo. A juzgar por las informaciones de la prensa, el Pabellón de Estados Unidos fue uno de los que mas atrajeron al gran público, ya que entre otras actividades organizó conciertos de la banda militar de Pershing y la proyección de películas y la emisión de música por los potentes altavoces.

Una vez concluida la Muestra, se desmontó el pabellón provisional de exhibiciones, cediéndose mas tarde el pabellón del cinematógrafo al ayuntamiento, que lo convirtió en el teatro infantil Juan de la Cueva, que tuvo una actividad irregular en los años posteriores a la muestra. Fue una creación municipal y del canónigo Antonio Mañes Jerez, quien ejerció como director del mismo. Su creación se fecha el 30 de enero de 1937. Fue el primer espacio de la ciudad creado para acoger representaciones dirigidas  al público infantil. Permaneció en pie hasta la década de los sesenta del pasado siglo que fue derribado.















Por tanto solo queda de aquella muestra el edifico del gobierno en el que se alojaba desde la finalización del certamen el consulado de aquel país, hasta 1986, que se convirtió en agencia consular y desde el año 2004 en sede de la Colección Madariaga de Arte Contemporáneo, cedido por el ayuntamiento mediante convenio.

Es de resaltar la magnífica conservación del edificio durante el tiempo que fue ocupado como legación diplomática estadounidense, que ha hecho posible llegue hasta nuestros días este legado de la Exposición.

Fuente: Juan José Cabrero Nieves

Pab. de Estados Unidos

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GRAFFITIS: FLAMENCO

Plaza de la Gavidia, cerramiento de edificio