martes, 23 de enero de 2024

PABELLONES EXPO 29: PABELLÓN DE ARGENTINA







Desde los primeros contactos mantenidos entre el representante de España en Buenos Aires y el Gobierno Argentino en 1911, la postura del ejecutivo fue siempre favorable. No hemos de olvidar la importante colonia española en aquel país, así como que las relaciones económicas y culturales entre las dos naciones eran fluidas, corroborado por el hecho de que la primera legación diplomática que España envía al Nuevo Mundo la establece en la capital Argentina, con la que se evidencia los magníficos vínculos existentes y la importancia concedida por España al Estado Argentino. 

Con la llegada al poder del presidente Hipólito Irigoyen (1916-1922 y 1922-1930) y su carácter nacionalista y pro-hispánico creó un ambiente propicio para la concurrencia al Magno Certamen, apoyado por la opinión pública, la prensa y un gran número de particulares que querían participar en la muestra.

El 20 de junio de 1925, el Comité Ejecutivo da a conocer el propósito en firme de la participación argentina, concediéndole el Ayuntamiento Hispalense, el 31 de marzo del año siguiente, una parcela de 5.636,62 metros cuadrados en los terrenos conocidos por "El Naranjal de Bella Flor", que formaba parte de los antiguamente conocidos como "Los Ejidos", en lo que se llamaría Avda. de las Delicias. La entrega se hace de forma solemne en presencia de S.M. el Rey Alfonso XIII el 7 de abril de 1926, escriturándose ante el notario D. Diego Angulo Laguna el 11 de junio de 1927.

El Presidente Alvear designa, en 1925, al Ministro de Agricultura para que forme el Comité encargado de ejecución de la representación argentina, en el mes de diciembre de ese año, es aprobado por dicho comité el proyecto del pabellón diseñado por el arquitecto y Presidente de la Comisión de Bellas Artes, D. Martín San Noel

Noel, entusiasta defensor de la unidad de España con la América Hispana y gran pan-hispanista, diseñó un magnífico edificio que fundamentalmente se compone de un cuerpo central de dos plantas con patio, dos alas laterales que se acoplan como capillas barrocas añadidas, con brillante ornamentación mestiza y torreón trasero de cinco plantas, todo ello rodeado de jardines.

La volumetría del pabellón rompe los cánones de la simetría, levantándose torres y cúpulas sin ninguna relación aparente. La libre expresión de volúmenes tiene relación con la arquitectura mudéjar, romántica y modelos americanos. A lo largo del pabellón se reparten motivos ornamentales altoperuano del siglo XVII y XVIII. En la portada principal se encuentra un  escudo nacional, emblema de la Argentina ilustrada, civilizada y decimonónica. Alrededor del escudo, motivos decorativos derivados de la flora indígena.

El edificio de la derecha, lo constituye una pieza cuadrada con una cúpula ochavada en la que se albergaba la exposición industrial con hermosos frescos pintados en el interior. El edificio de la izquierda, utiliza el estilo neobarroco de la Pampa, alojándose en el mismo un anfiteatro de 200 plazas, para conferencia y exhibiciones cinematográficas descriptivas del país.

En la fachada posterior se sitúa la torres y una portada cuyo modelo fue tomado de la ciudad peruana de Arequipa y se instalan la zona residencial y el "grill-room" para expender carnes argentinas. La construcción se realiza con el sistema convencional, destacando la magnífica utilización de la madera en columnas y artesonados, así como  la azulejería en cúpulas, pavimentos y paños ilustrativos de las artes, música, paisajes, etc. Los grandes lienzos de paredes se enriquecen con pinturas de tonos amarillentos con puntos rojos, azules y negros, sobre todo contando para estas labores decorativas con el pintor Gustavo Bacarisas y del ceramista Montalván para el patio central, y de los americanos Alfredo Guido, Rodolfo Franco y Alfredo Gramejo para la ornamentación general, reuniendo una mezcolanza de barroco con elementos indígenas incaicos y colchaquies.

             



Del tercer pabellón comercial, las obras se iniciaron en la primera quincena del mes de febrero de 1929. Su estilo era "Neo-renacimiento" español con caracteres coloniales. Su superficie fue de 200 metros cuadrados y  su construcción fue debido  al gran número de expositores industriales que no tenían cabida en el edificio principal, a pesar de la amplitud de éste, con exhibición entre otros de maquinarias de café a presión y una exposición de la General Motors Argentina. Teniendo constancia de la existencia del mismo por la prensa local. Se desconoce su emplazamiento exacto, aunque por la fotografía aérea, parece deducirse que pudiera estar ubicado próximo al torreón del pabellón en la fachada trasera.

El 30 de enero de 1935, el edificio pasó al Estado Español por cesión de Argentina, que lo destinó  a diversos usos, como almacén o dependencias de la Organización Femenina. En 1949, el catedrático D. Vicente Genovés Amores, tras innumerables gestiones consigue la creación del segundo instituto de la ciudad, después del de San Isidoro y primero femenino, en las instalaciones del Pabellón de Argentina, conociéndose desde entonces como Instituto Murillo; desde 1957 también fue utilizado el vecino Pabellón de Guatemala como anexo al mencionado Instituto.

Después de cuarenta años de uso como centro docente, las transformaciones internas sufridas son innumerables, alterando considerablemente su primera composición. 

Desde 1994, es sede de la escuela Superior de Arte Dramático y Danza, después de una profunda actuación en el edificio.

Fuente: Juan José Cabrero Nieves

Pab. de Argentina

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GRAFFITIS: FLAMENCO

Plaza de la Gavidia, cerramiento de edificio