En la planta alta se conservan en sus salas importantes pinturas que datan
de los siglos XVI al XIX, si bien la más importante, Piedad de Úbeda de
Sebastián del Piombo de 1539, no se halla aquí ya que está depositada en
préstamo en el Museo del Prado. Se exhibía en la Sala del Torreón.
En la sala situada en el ala izquierda del Torreón se puede observar su techo con los frescos realizados por el pintor Francisco Pacheco entre 1603 y 1604 que realzan la apoteosis de Hércules. Es una obra muy bien documentada como explica Vicente Lleó en el libro que lleva por título el nombre del palacio sevillano. Este gran temple sobre lienzo aparece en su tratado “Arte de la pintura” y lo terminó de pintar en 1604. En cuanto a la técnica de la obra hay mucha inspiración tomada del italiano Vasari. El tema fue seguramente sugerido al maestro y suegro de Velázquez por Francisco de Medina, preceptor del III Duque de Alcalá, propietario entonces de la Casa de Pilatos, para que fuese moralizante. Hércules, el único mortal que ascendió al Olimpo, se representa en el panel central. Junto con los paneles laterales viene a hacer referencia a las virtudes precisas para alcanzar la inmortalidad y los vicios que se debían evitar en ese camino a la gloria.
Y en la sala que sigue a la del Torreón hay una pequeñita pintura sobre
cobre de la serie de Tauromaquia de Francisco de Goya, en la que se ve el
arrastre de un toro; también conserva un bodegón de Giuseppe Recco (en el
comedor), así como una tabla que representa a la Magdalena pintada en el
siglo xvi (sala que
antecede al archivo); en el archivo se encuentran tres obras del pintor Lucas
Jordán.
La Casa de Pilatos, muy rica en pintura napolitana del siglo XVII, conserva dos composiciones, hasta ahora inéditas, que documentan un momento particular de la pintura italiana del setecientos en pleno clima Rococó. Se trata de dos tablas con fondo de oro que representan dos episodios tomados de la Eneida de Virgilio: "Eneas y Acates cazando una pareja de ciervos" y "Eneas y Dido cazan un ciervo bajo la mirada de Juno". Atribuidas a Fedele Fischetti, pintor napolitano de la segunda mitad del mil setecientos.
Se trata de deliciosas composiciones ejecutadas con una estudiada disposición sobre un trasfondo marítimo o campestre y como sobre la escena de un teatro al aire libre o al interior de una noble casa napolitana de pescadores y lavanderas, de pastores y campesinos, de refinadas damas y elegantes “caballeros” generalmente “en dimensiones reducidas” y siempre de formas agradables. No es improbable, visto el tema que representan de escenas de caza, que estas dos tablas, decoraran originariamente una silla de mano o una carroza de las que usaba la nobleza napolitana para ir de caza, sillas de mano y carrozas que eran realizadas casi “en serie” y para las cuales se solicitaba su decoración con paneles que reprodujeran este tipo de escenas.
Destacan, a su vez, obras de Zurbarán (Marqués de Cogolludo); El Greco (La Sagrada Familia de Santa Ana, El Bautismo de Cristo), Goya (el arrastre del toro o las mulillas), Ribera (La mujer barbuda), …
En cuanto a las esculturas se trata de un conjunto bien datado y extraordinariamente bien conservado: una colección de esculturas que en su mayoría son antiguas, reunidas en Nápoles entre 1558-1559 y 1571 y colocadas en la Casa de Pilatos entre 1568 y 1571, sin muchas alteraciones posteriores. Explícitamente para su establecimiento y presentación adecuadas se modificó y amplió el edificio. Es decir, hubo un proyecto claro de un concepto de integración de las esculturas en el marco arquitectónico [...]. Nos permite formarnos una idea de la sintonía entre arquitectura y escultura de una colección renacentista, una idea del conjunto y de su contexto, que en otros casos de colecciones contemporánea de ésta, o bien se han perdido o sólo han quedado para la posteridad en dibujos de la época”.
En la colección están representados todos los géneros de la escultura antigua: relieves históricos y mitológicos, y retratos tanto reales como ideales. No menos interés tiene esta colección para estudiar las concepciones que de la restauración del mundo antiguo se tenía en el Renacimiento, pues casi todas ellas tienen elementos modernos integrados con las piezas arqueológicas de la antigüedad. Esto es especialmente claro en la serie de retratos del patio y del cenador en los que los bustos son casi todos de diferente época que las cabezas. La serie de emperadores del patio está concebida como un programa ideológico que pretende reivindicar la continuidad histórica existente entre Roma, desde Rómulo, hasta la fundación del imperio carolino.
Es muy probable que casi todos los bustos "modernos" sean obra del escultor Giuliano Menichini a quien el I Duque de Alcalá encargó tanto en Nápoles como en Sevilla, la restauración de su colección, entendida ésta como un acto de "piedad" que además de reparar la usura del tiempo, había de crear series homogéneas que dieran simetría y orden a la exhibición de la colección.
En la galería baja hay veinticuatro bustos entre emperadores romanos y españoles y otros personajes relevantes (Mario, Marco Agripa, Valerio, Trajano, Tiberio, Vitelio, Lucio Vero, Antonio Pío, Marco Tulio Cicerón, Carlos V, Turita, Aníbal, Scipión el Africano, Calígula, Máximo, Tito, Quirino, Rómulo, Filipo, Adriano, Marco Aurelio, Vespasiano, Máximo y Marco Aurelio; procedentes de las ruinas de Itálica). Y las esculturas de Afrodita, Ceres; Hygiera, Pallas,..
Como la mayoría de estos centenarios edificios también posee una capilla, de estilo gótico con decoración mudéjar plagada de antigüedades y numerosos manuscritos.
A través de todo el edificio se puede sentir lo influenciado que estuvo su
hacedor y gran admirador que fue de otros estilos por sus yeserías y
bajorrelieves representativos de hechos de la antigüedad mezclado con una
preciosa azulejería. La
azulejería es uno de los elementos más destacados de la Casa de Pilatos, que
proceden en su mayor parte de los talleres de los hermanos Diego y Juan Polido
Está considerado como el mejor edificio nobiliario andaluz
constituyendo un ejemplo de la arquitectura sevillana del siglo xvi.
En la actualidad es residencia permanente de los duques de Medinaceli
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