Últimamente se ha aireado el tema de la Fuente de la Plaza de Doña Elvira, llamada así a la que está instalada en el centro de la coqueta plaza de ese nombre en el barrio de Santa Cruz. En realidad se trata de dos fuentes con ese apelativo e idénticas características y la misma ubicación.
La primitiva se puso ahí en 1924. Deteriorada con el tiempo fue retirada en 1993 para ser restaurada. En su lugar se hizo una copia de aquélla y se colocó en el mismo sitio. Esta réplica fue destrozada en el año 2000 y ha sido restaurada a su vez y recolocada en la plaza. Nosotros ahora no nos referimos a este duplicado
¿Qué pasó entre tanto con la fuente primera de
Doña Elvira? Que fue restaurada por la Gerencia de Urbanismo en 1993 y
cedida a la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía, que la
había pedido «para reubicarla en el patio del antiguo convento (del
Carmen), su lugar original». Aquí ha estado casi
olvidada a la espera de colocarla en el patio del convento transformado
ahora en Conservatorio Superior de Música. Nadie daba razón de su
paradero hasta que apareció por encanto.
Si hasta el presente ha sido un poco rocambolesca la suerte de esta pila venimos nosotros a plantear nueva cuestión volviendo a los orígenes de esta fuente, procedencia que no está bien indicada en el convento de la Casa Grande del Carmen, ahora Conservatorio de Música, sino en el convento de Los Remedios, ese cenobio del Carmen Descalzo, a la vera del Guadalquivir que ha dado nombre a la nueva gran urbanización de Los Remedios.
Desde la movilización de esta fuente para su restauración se está diciendo que dicha pieza es originaria del antiguo convento Casa Grande del Carmen, pero sin ninguna base histórica y documental, como tampoco la hubo para atribuirla al otro convento carmelitano de San Alberto. Sin embargo sí existe fundamento real para relacionarla desde el principio con la antigua ermita de carmelitas descalzos de los Remedios.
Por si este argumento no fuera ya fehaciente por sí, queda otra razón de evidencia plástica, y es que la citada fuente ostenta repetido cuatro veces en su basamento el escudo propio de los carmelitas descalzos: el monte con las tres estrellas rematadas por la cruz. Ese escudo reiterado en mármol es como la firma del Carmelo Teresiano oriundo de los Remedios.
Ahora, restaurada ya la fuente puede ser colocada si se quiere en el patio del Nuevo Conservatorio de Música, pero no se pretenda justificar ese gesto por un motivo de memoria histórica, porque históricamente la llamada Fuente de Doña Elvira nunca figuró en la antigua Casa Grande del Carmen de Sevilla
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