Se trata de
un puente de hormigón inaugurado en 1931. 
Se localiza entre el Puente de Triana y el Puente de
los Remedios. Cruza el río desde el Paseo de las Delicias hasta alcanzar la
otra orilla, en la plaza de Cuba, prolongándose por la avenida de la República
Argentina, uniendo así el centro de la ciudad con el barrio de los
Remedios.   
El primer puente de la ciudad fue el Puente de Barcas,
que se sustituyó en 1852 por el actual Puente de Triana, llamado oficialmente
de Isabel II. El 15 de marzo de 1880 se inauguró un puente para ferrocarriles
llamado de Alfonso XII. Con el fin de solucionar el problema del agua, en 1882
el Ayuntamiento de Sevilla dio una concesión de 99 años a la empresa inglesa The
Seville Water Works Company Limited para abastecer de agua a los
sevillanos. Entre las infraestructuras que creó esta compañía estuvo un
acueducto sobre el Guadalquivir a la altura de la plaza de Chapina que fue
inaugurado el 23 de abril de 1898. Esta estructura permitía también el paso
peatonal y era conocida como Pasadera o Pasarela del Agua. 
En 1857 Sevilla tenía 112.529 habitantes censados y en
1910 alcanzó los 158.287 habitantes. De esos vecinos, 30 000 vivían en la
orilla occidental del río, donde estaba el barrio de Triana, y la ciudad solo
tenía tres puentes. En 1917 el ingeniero Antonio Ibarra Miró, de la Jefatura
Provincial de Obras Públicas de Sevilla, realizó un estudio para elegir su
emplazamiento. Se tomó la decisión de hacerlo frente al edificio del Salón
Cristina, cerca del Palacio de San Telmo, porque al sur del centro se situarían
muchas construcciones de la Exposición Iberoamericana de 1929 y se pensaba que
la orilla opuesta podría ser urbanizada en el futuro. En dicho estudio también
se planteaba una carretera que discurriría por la actual avenida República
Argentina y que se prolongaba hasta la barriada de La Pañoleta, en Camas. Esa
carretera sería la base de una ruta hacia Coria del Río, Huelva y Extremadura. 
La Jefatura de Obras Públicas de Sevilla convocó un
concurso público al que se presentó la empresa francesa Schneider y Cía, con un
puente con tramos metálicos que costaría 11 millones de pesetas, y la empresa
española Compañía de Construcciones Hidráulicas y Civiles, con un puente que
costaba 8 millones. Esta última estaba dirigida por el ingeniero José Eugenio
Ribera. La Dirección General de Obras Públicas eligió el proyecto de Ribera. La
Dirección General disminuyó el ancho del puente de los 20 a los 15 metros y
eliminó muchos adornos que, de colocarse, deberían haber sido costeados por el
Ayuntamiento. El presupuesto del puente, tras esto, pasó a ser de 5.821.318 pesetas.
La disposición estructural de los arcos laterales
había sido empleada por el ingeniero francés Paul Séjourné en sus arcos de
sillería de Luxemburgo y Toulouse. Ese tipo de arcos en el puente ya habían
sido usados por Ribera en 1909 en el Puente de la Reina Victoria sobre el río
Manzanares. Las ventajas de este tipo de arco condujeron a que se considerase
un arco estándar para puentes-arco de hormigón armado para carreteras en 1924. 
El tramo central levadizo fue proyectado y montado por
la empresa barcelonesa La Maquinista Terrestre y Marítima. El puente sería
levadizo para favorecer el acceso de los barcos a los muelles del Arena. 
Antes de su construcción, Alfonso XIII dijo que le
preocupaba que el puente tapase la vista de la Torre del Oro desde el sur de la
ciudad. Tras este comentario la rasante del puente se rebajó tres metros. Esto
fue posible porque el Ministerio de Fomento realizaba en ese momento la corta
de la Vega de Triana en el Guadalquivir, y esto implicaba que el brazo de río
que pasaba por Sevilla quedaría como una dársena no sujeta a las crecidas del
río. 
Ribera había diseñado el puente en 1920, en una etapa
más propensa a las "fantasías modernistas", cuando colaboraba con los
arquitectos Gustavo y Roberto Fernández Balbuena. No obstante, cuando iban a
comenzar las obras, estos mismos arquitectos consideraban que ese diseño estaba
pasado de moda y el puente fue ejecutado con unas líneas mucho más sencillas.
En 1920 se buscaba disimular que se trataba de un puente de hormigón, pero
cuando el puente se inauguró en 1931 el propio Ribera dijo: 
La hermosura
de un puente de obtenerse por la silueta de sus formas y por las proporciones de
sus elementos. Sus paramentos de hormigón no deben ocultarse [...] Estamos en
una era de la sinceridad constructiva.
Para la construcción Ribera contó con la ayuda de los
ingenieros Eduardo Torroja, José Entrecanales y Manuel Távora Barrera. Este
último había demostrado su pericia en obras de hormigón armado con el cargadero
de las minas de Cala realizado para el Puerto de Sevilla en San Juan de
Aznalfarache. 
El 13 de agosto de 1931, tras realizarse una prueba de
carga, quedó abierto al paso peatonal. 
Para el funcionamiento del puente levadizo debía
disponerse de un personal fijo encargado de las maniobras del puente y del
mantenimiento de la maquinaria. El presupuesto anual del puente para su
mantenimiento en 1958 fue de 370.000 pesetas. El pavimento en la zona
levadiza era de madera y su parte superior debía renovarse cada 5 o 6 años. La
última sustitución tuvo lugar en 1963. Costó 1.100.000 pesetas y fue
realizada por Juan Bocanegra Castro.
La idea de convertir el puente en fijo ya se planteó
en 1959. En octubre de 1959
responsables del puerto y los de carreteras del Estado llegaron a un acuerdo
para que el puente quedase bajado permanentemente. No obstante, en mayo de 1960
el Ministerio obligó a que fuera levadizo de 2 a 6 de la madrugada. En noviembre
de 1961 el Estado mandó cesar la elevación nocturna porque era necesario
reparar el mecanismo. Tras seis meses de reparaciones se apreció que había muy
pocos barcos que remontasen el río más allá de ese punto, con la excepción de
barcos cargados de hielo y pescado.
En 1962 la Jefatura de Obras de Sevilla pidió a la
Jefatura de Puentes de Madrid un proyecto para sustituir el tramo móvil del
puente por uno fijo, y para dotar al puente de una plataforma nueva de 18
metros (una calzada de 4 carriles y 14 metros con dos acerados de 2 metros). El proyecto fue realizado por el ingeniero
José Antonio Puyal Lezcano. En noviembre de 1963 se adjudicó la obra a la
empresa Agromán. 
La dirección de las obras fue encargda al autor del
proyecto, que colaboró con Francisco Guerrero Martín Romero. Además, la empresa
Agromán puso en la jefatura de las obras a Rafael Romero Martínez. Las obras
comenzaron en febrero de 1964. Las pruebas de carga, estática y dinámica de la
obra finalizada tuvieron lugar el 26 de marzo de 1965. Se abrió al público días
después de estas pruebas. En los años 60 el puente forma parte de la carretera
SE-600, que comunicaba Sevilla con San Juan de Aznalfarache. En 1984 esta
carretera, y el puente, pasaron a manos de la Junta de Andalucía. La Consejería
de Obras Públicas y Transportes renovó las barandillas y las farolas en 1992, antes de la Exposición Universal de ese
año. 
El 27 de abril de 1994 la Junta de Andalucía cedió la
titularidad del puente al Ayuntamiento de Sevilla. 
En 2006 se llevó a cabo una rehabilitación del puente,
con un presupuesto de 1,5 millones de euros. Estas obras terminarían a finales
de 2007. 
Actualmente el puente posee cuatro carriles, dos en
cada sentido, así como una acera por cada lado, existiendo en una de ellas un
carril para bicicletas. 

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