Se encuentra situada en el interior del célebre barrio de Santa Cruz. Comunica la calle Argote de Molina con la calle Abades. Es ésta una calle de muy corto recorrido y de trazado ligeramente curvo, que cuenta con las características habituales de las vías interiores de esta zona de la ciudad, donde en tiempos pasados estuvo asentada la judería.
Por ello, pueden reconocerse en ella la estrechez de sus tramos, la alineación irregular de sus muros, propia de las calles del barrio, o las diminutas aceras con que cuenta por falta de espacio.
De uso predominantemente residencial, esta calle se encuentra flanqueada a ambos lados por edificios de poca altura que en gran modo responden a la arquitectura tradicional sevillana, visible tanto en sus proporciones como en sus texturas y colores. Apartada de los típicos recorridos turísticos y comerciales de otras calles cercanas de este mismo barrio, su imagen presenta un aspecto en general algo intimista y sosegado.
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