Está situada en la entrada principal del Archivo General de Indias, para ser mas exacto en el pequeño jardín que hay situado frente a él y diseñado por Juan José Villagrán en 1928, en la actual Avenida de la Constitución.
Curiosamente esta fuente octogonal y los elementos faunísticos que la rodean, todo en piedra y mármol, fueron adquiridos a un anticuario (*) y en mitad de los años ochenta del pasado siglo fueron restaurado por Jaime Gil Arévalo.
Es de destacar que no han escapado del gamberrismo que hay en Sevilla que habitualmente atacan y pintarrajean monumentos pues de la presente fuente han desaparecido cuatro animales marinos que habían en la pileta que hacían como de segundo surtidores, hoy están solo las salidas de los mismos (**)
Como ven el tema central son unos delfines enlazados, algunos dicen que en este diseño se inspiraron en Orfebrería Triana para los basamentos del pasopalio de la Esperanza de Triana.
Alrededor de la fuente se apreciaban unos
perros de los que solo quedan los pedestales que los sostenían.
(*) Chiclana recuperará en unos meses parte de su patrimonio histórico, que en estos momentos se encuentra en uno de los lugares más visitados de Sevilla. La fuente situada frente al Archivo General de Indias, en pleno centro de la ciudad, es un conjunto escultórico de sobra conocido por los sevillanos y conforma una estampa asociada durante décadas a la capital andaluza.
Sin embargo, aunque muchos lo desconocían hasta hace muy poco, esta fuente tiene su origen en Chiclana, concretamente en el patio del Palacio del Conde de las Cinco Torres. La conocida popularmente como Casa de los Tenorio albergaba esta fuente hace un siglo… hasta que fue trasladada a Sevilla.
El Ayuntamiento hispalense la compró en abril de 1928 tras una gestión con la casa de antigüedades de Francisco Piñares. Sevilla vivía en aquellos años una reconversión importante ante la llegada de la exposición iberoamericana de 1929. En aquellos años el proyecto de reurbanización incluyó la construcción de la Plaza de España –la mayor obra de Aníbal González, el arquitecto más importante de aquellos años y probablemente de la historia de la ciudad–, la plaza de las palomas o el pabellón de las artes, entre otras.
(**)(19-07-2015) Las obras de restauración de la fuente y las esculturas situadas en el jardín frente al Archivo de Indias ya han culminado, lo que ha permitido «recuperar el aspecto de este conjunto escultórico», informó ayer el Ayuntamiento en un comunicado. La actuación está valorada en 10.430 euros.
El conjunto presentaba «importante pérdidas» de algunos elementos, como cuatro delfines, que se alzaban sobre dados en la alberca de la fuente y que funcionaban como surtidores. También se habían perdido dos perros de mármol blanco dispuestos sobre pedestales alrededor de la fuente y las dos parejas de leones que rodeaban el elemento principal del conjunto, aunque se mantenían, tenían mutiladas parte de la cola.
Con esta actuación, el conjunto ha recuperado todas las piezas desaparecidas. Los cuatro delfines y los dos perros se encontraban en los almacenes de parques y jardines, donde se depositaron a finales de los años 70 «con el fin de salvaguardarlas del creciente vandalismo» de la época, según el consistorio. Aunque algunas de las piezas presentaban fisuras y fragmentaciones, éstas han sido consolidadas para poder devolverlas a la fuente.
Junto a las actuaciones de reparación escultórica, el Ayuntamiento también ha realizado un «profundo» tratamiento de limpieza de todo el conjunto, ya que se acumulaba suciedad, polvo y residuos adheridos en la superficie tanto de la fuente central como de los pedestales y esculturas que la rodean. Además, se han eliminado las costras negras, pinturas y arañazos.
La actuación municipal también ha tenido en cuenta los principios de conservación preventiva, por lo que se ha aplicado una serie de tratamientos de protección, como hidrofugantes, hidrorrepelentes para evitar el efecto de agentes ambientales sobre el conjunto escultóricos. Además, se le ha dotado de un protector antigraffiti para salvaguardar el conjunto de posibles actos vandálicos.
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