La política urbanística afrancesada decidió, en 1810, abrir una plaza en el lugar que ocupaba la derribada Parroquia de la Magdalena. En 1817 se comienza la reconstrucción de la iglesia -que en 1842 se volvió a "redestruir"- por lo que la nueva plaza no se concretó hasta 1844, en que se inaugura el proyecto del arquitecto J. Manuel Caballero, contemplando en su centro una fuente. En su construcción se utilizaron elementos pertenecientes a una de las que colocaron en la Alameda de Hércules, en el siglo XVI, relacionada probablemente con las de Diego de Pesquera y Juan Bautista Vázquez. La fuente, tal y como la conocemos hoy día, consta de un mar poligonal, de cuyo centro arranca un vástago de dos cuerpos escalonados de manera decreciente, en forma de octógono, que se adorna con veneras,
La fecha antes mencionada de 1844, coronas borbónicas y el emblema del NO&DO entre coronas de laurel, así como por un fuste cilíndrico decorado con figuras mitológicas masculinas acuáticas. Este fuste, junto con la taza cilíndrica gallonada y con las cuatro carátulas-surtidores, son los que se relacionan con la fuente primitiva sevillana que se encontraba en la Alameda.
El mar -como hemos dicho- pertenecía a otra fuente, que se encontraba frente a la capilla del Hospital de la Misericordia, atribuyéndosele a ésta una procedencia italiana renacentista. Despiezada, estuvo en los almacenes municipales hasta que se decidió colocar los nuevos elementos.
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