Foronda, más de cien años de historia de los mantones y mantillas más internacionales de Sevilla.
Caminar
por la calle Sierpes, cuando la ausencia de prisas nos permite recrearnos en lo
que sucede a nuestro alrededor, invita a detener la vista en
Uno de los escaparates más emblemáticos de la vía y querer quedarse a vivir para siempre en él. Figuras decorativas y detalles de joyas se convierten en actores secundarios de una película en la que los protagonistas son los espectaculares bordados y flecos de los mantones que acaparan todas las miradas cuando el viandante, sin prisa alguna, posa sus ojos en el escaparate de Foronda.
Ubicado
en la calle Sierpes, número 33, este establecimiento es todo un referente en
Sevilla y sus mantones, auténticas obras de arte, tienen fama mundial. Los han lucido reinas y princesas, se han convertido en tesoros que se
heredan de abuelas a nietas y son el complemento perfecto para el traje de
flamenca o el look de invitada. Con 102 años de tradición avalan a
Foronda, una empresa familiar que parece tener el secreto de sobrevivir con
éxito al paso de los años y cuya historia va mucho más allá de ingresos,
números y ventas. Ahora, con la tercera generación al frente del negocio, con Juan y José Foronda, los responsables de
que estos mantones y mantillas sigan siendo un referente en Sevilla y un icono
internacional.
Aunque no solo mantones y mantillas encontramos entre sus vitrinas. Como rezaba un popular anuncio de juguetes a finales de los 90, si existe, está en Foronda. Al menos así lo descubre el sevillano, que siempre que ha necesitado un objeto o una joyita un poco más especial, ha preguntado a la matriarca del clan y le ha soltado eso de ve a Foronda, que allí lo tienen seguro. Porque en el establecimiento tienen de todo, siempre artesanal y siempre con una historia detrás.
Lleva más de 100
años y los pilares siguen siendo los mismos: tradición, buenos productos,
artesanía y familia. Foronda es una empresa familiar en muchos sentidos. La
familiaridad es uno de los secretos del éxito de Foronda, porque no hay nada
como lograr que un establecimiento se convierta en ese hogar al que siempre
volver para sentirse en casa. Pero ese sentimiento que despierta Foronda en el
sevillano y también en el extranjero, por qué no, no es algo arbitrario, es
fruto de muchos años de esfuerzo y dedicación que comenzaron en 192 con el abuelo de Juan y José, procedente
de la Rioja que tiene que emigrar y viene a parar a Sevilla. Aquí empieza a
trabajar en Los Caminos y al poco entra como aprendiz en Peyré, donde aprende
el oficio y se convierte en un apasionado del textil y la artesanía. En 1923
abre su primer negocio en el Barrio de Santa Cruz y la proximidad a la
Exposición Iberoamericana 1929 hace que exponga sus mantones en un pabellón.
A mediados de
los años 50, la segunda generación se hace cargo del negocio y empieza
una época de expansión del negocio. En esa década se abre el taller de Argote
de Molina, que todavía sigue ahí y que ostenta el título de Establecimiento
Emblemático de Sevilla. Un poco después abre la tienda de la calle Sierpes, que
también cuenta con el mismo reconocimiento. Ambos establecimientos despiertan
mucha curiosidad, hasta han venido productoras a rodar, incluso han aparecido
en un spot de turismo de Andalucía.
Ahora, en un contexto
completamente diferente, Foronda sigue siendo un referente, no solo en la
ciudad, sino también en el mundo

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