miércoles, 31 de enero de 2024

MONUMENTO: CASA CONSISTORIAL (II)



























Colección de arte
El tríptico de la Mendicidad es una obra de arte sacro de comienzos del siglo xvi proveniente del hospital de San Hermenegildo, fundado por el cardenal Cervantes en 1455. El hospital de San Hermenegildo fue cerrado en 1837 y el tríptico fue llevado al Hospital de las Cinco Llagas. Posteriormente, fue llevado al asilo de San Fernando, que era propiedad del Ayuntamiento. Tras esto, fue llevado a la sala capitular alta de la casa consistorial. En 2014 fue restaurado y trasladado a la sala capitular baja. Es una obra del gótico tardío que muestra la Virgen María con el Niño Jesús en el centro, a San Miguel Arcángel a la izquierda y a San Bartolomé Apóstol a la derecha.

La Virgen de las Cerezas es un cuadro de la Virgen María con el Niño Jesús. Es una copia de hacia 1551 de una obra de Jan Gosaert de 1535. El cuadro fue donado por Manuel Martínez de Anderica al antiguo Museo Arqueológico Municipal en 1891.​

La casa consistorial alberga varios cuadros del siglo xvii de autor anónimo: Cristo Crucificado, la Piedad, Inmaculada Concepción Niña, San Gregorio, San Agustín, San Ambrosio, Fernando III el Santo (de hacia 1630), San Miguel Arcángel y dos cuadros con la Cabeza de San Juan Bautista.

En 1653 Juan de Valdés Leal realizó cuatro cuadros para la iglesia del convento de Santa Clara de Carmona: El obispo de Asís entregando la palma a santa Clara, La profesión de santa Clara, El milagro de santa Inés, La procesión de santa Clara y la retirada de los sarracenos y La muerte de santa Clara. En 1910 los cuatro cuadros fueron adquiridos por Jorge Bonsor, que dividió los cuadros en trozos más pequeños. 

El cuadro de la procesión y la retirada fue dividido en dos, con cada cuadro representando una escena. Los dos cuadros, La procesión de santa Clara y La retirada de los sarracenos, fueron expuestos en el pabellón de Arte Antiguo de la Exposición Iberoamericana de 1929. Posteriormente, fueron adquiridos por el hispanista estadounidense Archer Huntington, que los donó al Ayuntamiento de Sevilla el 3 de abril de 1929. El 10 de septiembre de 1930 fueron depositados en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. En 1983 se situaron en la sala capitular alta de la casa consistorial.

Otra obra del siglo xvii es el retrato de Martínez Montañés (Francisco Varela, 1616), que se encontraba en la biblioteca pública del convento de San Acacio, que en el siglo xviii estaba regentada por el Ayuntamiento. La biblioteca fue cerrada en el siglo xix y el cuadro fue llevado a la casa consistorial.​ La casa consistorial también tiene un cuadro de la Inmaculada Concepción realizado por Lucas Valdés de entre finales del siglo xvii y principios del siglo xviii.​

Entre los cuadros del siglo xviii se encuentran la Vista de Sevilla (anónimo, 1726)​ y un cuadro con las Santas Justa y Rufina (Juan de Espinal, 1760).​ El consistorio también tiene un cuadro de Santa Justa y otro de Santa Rufina, realizados por Salvador Gutiérrez de la Vega en el siglo xix.​

En 1898 los hijos del duque de Montpensier donaron al Ayuntamiento de Sevilla 51 cuadros con retratos de españoles ilustres. Muchos son de pintores sevillanos del siglo xix.​

En lo que respecta a retratos de reyes y reinas, el Ayuntamiento tiene numerosos cuadros pintados por: Juan de Espinal,​ Joaquín Domínguez Bécquer, Juan Carreño de Miranda, Luis de la Cruz, José María Romero López,​ Manuel Cabral Bejarano, Gonzalo Bilbao. George Scott. Rafael Cidoncha, Juan Valdés, 

La casa consistorial también alberga dos bustos de bronce: el del delegado municipal Alberto Jiménez Becerril y el de su esposa, Ascensión García Ortiz, asesinados por la banda terrorista ETA en 1998. Los dos bustos fueron realizados por Miguel García Delgado en 2007.

En la plaza de San Francisco el edificio tiene tres plantas. La planta alta es más baja que las otras dos y fue construida en el siglo xix. El conjunto se encuentra sobre un pequeño podio. La fachada tiene sus elementos distribuidos con pilastras en la planta baja y columnas en la primera planta.​ La zona con relieves tiene motivos grutescos, medallones con bustos masculinos y femeninos, la cruz de san Andrés con el toisón de oro y las columnas de Hércules con el lema Plus Ultra. Sobre la ventana que hay en la planta superior del apeadero hay un relieve con el escudo de Sevilla, en el que aparece san Fernando en su trono flanqueado por san Isidoro y san Leandro.​ Uno de los medallones representa a Julio César y bajo el mismo aparece un letrero que dice S. P. Q. HIS., que significa   (Senado y Pueblo de Sevilla, en latín).​ Esto es una versión local del S.P.Q.R. romano. A ambos lados de la puerta de la fachada este hay dos ventanas que tienen en su parte superior dos escudos con el símbolo NO&DO.

El arquillo está flanqueado por dos hornacinas con estatuas de Hércules y Julio César.​ Según la tradición local, la ciudad fue fundada por Hércules y fue amurallada por Julio César.​ Como el arquillo daba acceso al convento de San Francisco, el arquillo tiene simbología religiosa: la parte superior está flanqueada por sendos escudos con las Cinco Llagas de Jesucristo y cordones franciscanos y sobre la clave del arco hay un medallón con la Virgen María entre dos ángeles.​

La puerta este del edificio tiene como relieves el escudo imperial en un lado y el escudo de Sevilla en el otro. Del mismo modo, en la parte de abajo tiene dos cartelas donde está escrito en latín todo el Salmo 15 de la Biblia.​ La puerta del apeadero tiene relieves que muestran, en la parte superior, a dos soldados con las columnas de Hércules y, en la zona intermedia, dos inscripciones de pasajes de la Biblia en latín: Ezequiel 45:9 en un lado y Sabiduría 6:6 en el otro.​

La fachada principal, que da a la plaza Nueva, es de estilo neoclásico.​

En la fachada oriental, la que mira hacia la Plaza de San Francisco, presenta una cruz, que a lo largo del tiempo ha sido cambiada varias veces. Nada tiene que ver con el último auto de Fe ocurrido en 1781, que muchos creen sin fundamento, de hecho existen pruebas de la existencia de una cruz, en dicho lugar, antes de dicha fecha. En el grabado de 1668 de Louis Meunier, parece que hay una cruz adosada a la pared, junto a la puerta del apeadero del ayuntamiento, aunque no está muy claro; sin embargo existen dos pruebas claras de que la cruz ya existía con anterioridad al auto de fe; en el grabado de Pedro Tortorello “procesión del Corpus” realizado en 1738, se puede apreciar una cruz sobre peana junto a la fachada, 43 años antes del último Auto de Fe, y en una de las obras de la serie realizada por Domingo Martínez “Gran Mascarada” realizada en 1748, festejo patrocinado por la Real Fábrica de Tabacos para celebrar la subida al trono de Fernando IV, se aprecia perfectamente una cruz en el rincón de la fachada del ayuntamiento, 33 años antes del último Auto de Fe. Lo más probable es que conmemore un carnero o fosa común de la peste de 1649.

El apeadero está decorado con elementos góticos y renacentistas platerescos. Las bóvedas están divididas en dos sectores: uno con símbolos propios de Carlos I; el águila bicéfala, el toisón de oro, las columnas con el Plus Ultra y la corona imperial; y otro con símbolos propios de san Fernando; el escudo de Castilla y León y la corona real. También tiene la siguiente inscripción:

Aquí daremos a todos sus derechos sin discriminación alguna, aquí por eso, de la justicia, en cuya casa estamos, pide la entrada tú que solicitas justicia sin ningún miedo, pues los padres de la patria hacen valer fácilmente la justicia, pero está advertido para soportar una cruel repulsa tú quien quiera que seas, si solicitas algo injusto de la ciudad.

La sala capitular baja fue el lugar de reunión del cabildo municipal entre el siglo xvi y 2007. Sobre la puerta de entrada hay un relieve con el escudo de Sevilla y la inscripción Sconcilii Nobilissime Civitatis Hispalensis.

La sala está cubierta por una bóveda y cada uno de los muros tiene un testero con relieves. La bóveda tiene 36 casetones con todos los reyes y reinas de España.​

En el testero del muro delantero hay un relieve de Cristo crucificado en el Calvario, flanqueado por la Virgen María y San Juan Evangelista. A la derecha hay un ángel con una cartela con las palabras que le dijo el ángel del Señor a Abraham en el sacrificio de su hijo y a la izquierda está Abraham con una espada y su hijo de rodillas junto a unos troncos atados. A ambos lados del conjunto hay dos cartelas con el símbolo NO8DO.​ En el testero que hay enfrente se encuentran figuras alegóricas de las siete virtudes: las tres teologales (Fe, Esperanza y Caridad) y las cuatro cardinales (Justicia, Prudencia, Fortaleza y Templanza).​ En el testero del muro este hay símbolos de Carlos I: el escudo imperial flanqueado por Hércules y Julio César, las columnas con el lema Plus Ultra y la cruz de San Andrés con el toisón de oro. En el testero del muro oeste hay símbolos que hacen referencia a la Reconquista y a san Fernando: el escudo de Sevilla, dos jinetes derrotando a sus enemigos, un castillo y un grupo de prisioneros moros.​

La sala tiene un friso con relieves y medallones con bustos, donde están retratados Carlos I, Isabel de Portugal y Hércules. Bajo este friso hay una moldura con tres inscripciones en latín, que en español dicen: "Todos los hombres que consultan de cosas dudosas deben estar vacíos de odio, ira, amistad y misericordia, donde estas cosas ofuscan no fácilmente el ánimo procura lo verdadero" (Salustio); "No te dejes arrastrar al mal por la muchedumbre. En las causas no respondas porque así responden otros, falseando la justicia" (Éxodo 23:2); y "Oídlos y juzgad lo que es verdadero, sea él ciudadano, sea él peregrino, ninguna distinción habrá de personas; así escucharéis al pequeño y al grande, y no atenderéis ninguneando a la persona".​

Junto a la sala capitular baja hay otra sala, construida para ser sede de un juzgado y que, en el siglo xx, pasó a ser usada como alcaldía.​

El antecabildo es una estancia que da acceso a la sala capitular baja y a la escalera del siglo xvi, por la que se accede a la primera planta. La escalera es de tres tramos. El primer tramo está cubierto por una cúpula baja con querubines y serpientes. Los otros dos tramos están cubiertos por una cúpula alta que está decorada con personajes de la mitología clásica,​ lo que era propio del Renacimiento. Bajo la cúpula hay cuatro esquinas con forma de venera.​

El resto de las estancias y la escalera principal, en el centro del edificio, fueron realizadas en el siglo xix.

La escalera termina en el vestíbulo de la primera planta. Esta sala está cubierta por una bóveda decorada con rosetas y tiene dos puertas. La puerta de la izquierda tiene un friso con niños y guirnaldas de flores. La puerta de la derecha da acceso a la antigua biblioteca, que es una habitación rectangular situada sobre el apeadero. Por la biblioteca se accede a la sala capitular alta, que se encuentra sobre la sala capitular baja.​

La sala capitular alta tiene bancos de piedra en los muros laterales. Está cubierta por un artesonado de madera dorada con casetones octogonales. En el centro de la parte inferior de cada lado hay un escudo de la ciudad de Sevilla y en los cuatro ángulos hay escudos de Castilla y León.​ En el centro de la parte superior está el escudo de Felipe II.​ Es donde se reúne el consejo de gobierno municipal.

La sala del archivo es una estancia rectangular. En cada una de las dos paredes más amplias del rectángulo hay dos parejas de columnas. En la pared este hay unos pilares con hornacinas. En el centro hay una pilastra decorada con relieves grutescos.​

El salón Colón está decorado con retratos reales de la dinastía de los borbones. Es el salón de plenos desde 2007.

El antiguo comedor de gala es una habitación rectangular que alberga la colección de retratos donada por los sucesores del duque de Montpensier. Esta estancia da acceso al balcón de la plaza Nueva.

martes, 30 de enero de 2024

MONUMENTOS: CASA CONSISTORIAL (I)


 

Es un edificio del siglo xvi. Es el primero de estilo plateresco realizado en España. Es la sede del Ayuntamiento de Sevilla. 

En la Edad Media se construyó junto a un lienzo de muralla el corral de los Olmos. Este se encontraba junto a la fachada este de la catedral y la fachada principal del palacio arzobispal, en el entorno de la actual plaza Virgen de los Reyes. El corral de los Olmos albergaba el cabildo municipal y el cabildo catedralicio, que era el propietario de todo el conjunto.​ El cabildo municipal era de estilo mudéjar y se realizaron obras en el mismo en 1437, dirigidas por el maestro de obras del Alcázar, Hamete, y por el maestro albañil Abraham.​ A comienzos del siglo xvi los maestros de obras Francisco Jiménez y Bartolomé Díaz hicieron una portada mudéjar.

A comienzos del siglo xvi el cabildo municipal decidió la construcción de una nueva sede. La ciudad había experimentado un gran crecimiento económico debido a que en 1503 se había instalado en ella la Casa de Contratación de Indias. En marzo de 1526 tuvo lugar en la urbe la boda del emperador Carlos I de España V del Sacro Imperio Romano Germánico con su prima Isabel de Portugal. 

Se decidió que la nueva sede fuese en la plaza de San Francisco, donde ya se encontraba la Real Audiencia. Entonces, esta plaza era un lugar para el comercio. Cerca de aquel lugar estaba la alcaicería de la Seda. El nombre de la plaza se debía a que en el lado oeste estaban la entrada del compás y la cabecera de la iglesia del convento de San Francisco, que era la casa grande de la orden en Sevilla.​ Las obras empezaron en el último trimestre de 1526.

Las obras comenzaron bajo la dirección del maestro mayor Diego de Riaño. En enero de 1527 empezaron a llegar cargamentos de piedras de Utrera que habían sido contratadas con los canteros Juan y Francisco García.​ En marzo de 1527 el herrero Juan Doncel proporcionó a Diego de Riaño herramientas para los canteros de la obra. Entre los primeros trabajadores figura como aparejador Arnao. En la obra participaron canteros de Sevilla, las Vascongadas y Francia.​ A lo largo de 1528 fue llegando más piedra de Utrera y de El Puerto de Santa María. Las obras fueron paralizadas el 24 de diciembre de 1529 por falta de fondos.

Las obras se reanudaron en 1532. Riaño viajó a El Puerto de Santa María para encargar más cargamentos de piedra. En agosto, empezó la realización de los relieves el entallador Nicolás de León, que ya había colaborado con el maestro mayor en la construcción de las capillas de los Alabastros de la catedral de Santa María de la Sede de Sevilla. En 1533 Riaño fue a buscar más artistas para los relieves a Plasencia, donde estaba construyendo la catedral de Santa María de la Asunción el cantero Pedro de Mayda. En abril de 1533 llegaron para esta labor los entalladores Diego Guillén Ferrant y Jacques Gonçalo Herrandes.​ La construcción de las bóvedas comenzó en diciembre de 1533.​ En 1534 Roque Balduque  realizó el escudo de la ciudad que hay en el muro oeste de la sala capitular baja.

En 1534 Diego de Riaño se trasladó a Valladolid para las obras de la colegiata de Santa María la Mayor, falleciendo en esa ciudad el día 30 de noviembre. El entonces aparejador, Juan Sánchez, pasó a ser el maestro mayor, aunque con el mismo proyecto diseñado por Riaño. A mediados de 1535, Sánchez dirigió una ampliación de la casa consistorial.

La ampliación tuvo lugar en unas casas anejas adquiridas a Constanza Hernández que ya habían sido usadas como almacén durante la construcción del ayuntamiento.​ Las casas fueron derribadas en octubre de 1535 y posteriormente se comenzó con la construcción del Juzgado de Fieles Ejecutores.​ En esta obra trabajaron los canteros Pedro de Riaño y Juan Lorenzo y el entallador Diego Guillén.​ Los frisos fueron realizados por varios entalladores, entre los que estaban Toribio de Liébana y Juan Nogués. Las bóvedas de este sector fueron labradas entre finales de 1538 y mediados de 1539.​ En el muro que hace frontera con la avenida y en el arco que daba acceso al compás del convento intervinieron los entalladores Toribio de Liébana, Juan de Landeras, Diego de Lara y Gonzalo del Castillo.​

Finalizada la planta baja, se realizó el primer piso en 1540. La construcción de la escalera finalizó hacia 1545. En la decoración de la escalera participó Roque Balduque.

El cuerpo alto de la casa consistorial fue construido entre 1550 y 1561. Las obras estuvieron dirigidas por Juan Sánchez, aunque a partir de 1558 colaboró con él Hernán Ruiz el Joven.​ Posteriormente, se colocó un techado de madera en la parte superior, que quedó finalizado en 1562 con la techumbre de la zona del archivo. Posteriormente se retiraron los andamios y se taparon con ladrillos los hoyos donde estos habían sido colocados. En 1563 comenzó la construcción de una doble galería porticada con pilares en la fachada que daba a la plaza de San Francisco para que pudieran contemplarse desde allí los espectáculos que se realizaban en ella. Aquella obra fue diseñada y dirigida por Hernán Ruiz el Joven y participaron en su construcción Juan Cabello, Francisco Rodríguez, Francisco de Becerril y Luis de Ofis.​ La galería quedó terminada en agosto de 1564. En 1570 el carpintero Rodrigo Infante realizó el aljarfe, las puertas y las ventanas de la contaduría.

A comienzos de la década de 1570 se construyó la capilla del cabildo, realizada por el maestro mayor Benvenuto Tortello en la aneja casa grande de San Francisco.

A finales de 1573 quedó concluida la sala capitular alta, con la colocación de un artesonado dorado por el pintor Miguel Vallés y con la instalación de vidrieras y rejas en las ventanas.

El final de la aneja casa grande de San Francisco comenzó con la invasión francesa de la ciudad. Aunque iba en contra de las capitulaciones de la rendición, en febrero de 1810 las tropas francesas ocuparon este convento y lo convirtieron en un cuartel. Muchos de sus cuadros de arte sacro fueron expoliados por el mariscal Soult y llevados a Francia donde, posteriormente, se dispersaron por otros museos y colecciones. En abril de 1810 los franceses decretaron la intención de crear en la zona nuevas calles y una plaza. En noviembre del mismo año el edificio fue destruido por un incendio, salvándose del mismo la iglesia y las tapias.​ El proyecto urbanístico no se llevó a cabo ya que, tras la retirada de los franceses, los franciscanos volvieron al edificio y empezaron su reparación. En 1821, durante el Trienio Liberal, el Ayuntamiento propuso la creación de la plaza y tomar una parte del convento para ampliar las casas capitulares.​ El convento fue exclaustrado y desamortizado en 1835. En parte del mismo se instaló el cuartel del Primer Batallón de la Guardia Nacional.​ En 1840 la Junta Popular de Gobierno tomó la decisión de demolerlo y, en 1843, el convento ya figuraba como derruido.​

En 1850 el Estado cedió al Ayuntamiento la propiedad del terreno donde había estado el convento de San Francisco y del desamortizado convento de San Buenaventura.​ Del convento de San Francisco se conservó el arquillo y la capilla de San Onofre y del convento de San Buenaventura se derribó el cenobio. Las capillas del lado del evangelio de la iglesia de San Buenaventura se derribaron para hacer la calle Bilbao.​

La construcción de la plaza Nueva fue realizada por el arquitecto municipal Balbino Marrón y Ranero a partir de 1852.​ En 1856 habían finalizado las construcciones de las zonas norte, sur y oeste de la plaza.​

En 1857 el Ayuntamiento expropió las casas anejas que tenía el edificio en la plaza de San Francisco para ampliar la casa consistorial y que toda la manzana fuese de propiedad municipal. En 1857 la ciudad iba a ser visitada por Isabel II y todavía no habían empezado las obras en aquella parte, por lo que el arquitecto municipal Balbino Marrón y Ranero y el profesor de escenografía Salvador Montesinos realizaron un trampantojo gigante que pusieron en esa zona para mostrar como quedaría terminado.​

Las obras de la casa consistorial comenzaron en marzo de 1858.​ Balbino Marrón realizó una fachada neoclásica para la plaza Nueva.​ El interior del edificio fue reformado entre los años 50 y 60 con planos de Balbino Marrón.​

En 1866 el Ayuntamiento estimó que la galería realizada por Hernán Ruiz el Joven en el siglo xvi se encontraba en ruinas y encargó su demolición. En 1867 José Amador de los Ríos protestó contra esto en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y su director, Federico Madrazo, realizó una queja formal ante el Ayuntamiento que no fue atendida. Demetrio de los Ríos​ construyó en su lugar una ampliación de la casa consistorial, continuando la fachada plateresca del siglo xvi que daba a la plaza de San Francisco con un estilo neoplateresco.​ Los relieves fueron realizados entre finales del siglo xix y el siglo xx.​La fachada de la plaza Nueva fue finalizada en 1867.

En 1863 el arquitecto José de la Coba diseñó una escalera para la zona central del edificio. En 1867 Manuel Galiano realizó otro proyecto para la escalera central. Finalmente, Demetrio de los Ríos presentó otro proyecto para la escalera central en 1869, que fue el que se llevó a cabo.

En 2007 el techo de la sala capitular baja, del siglo xvi, fue restaurado y la sede de los plenos se trasladó al salón Colón, de 1870.​ Tras esto, el salón Colón quedó como la nueva sala de plenos del Ayuntamiento de Sevilla.

En 1890 la Academia de Bellas Artes de Sevilla consideró positiva la idea de colocar una reja frente a la zona del siglo xvi de la casa consistorial. Francisco Aurelio Álvarez Millán diseñó una reja neorrenacentista en 1891, aunque la Academia la consideró demasiado simple y le añadió elementos decorativos similares a los de la reja de la capilla de la Visitación de la catedral de Sevilla. La reja fue realizada por la fundición Santa Matilde y fue colocada en 1914. No obstante, la reja impedía que el monumento se apreciase adecuadamente, por lo que Andrés Parladé, conde de Aguiar, presidente de la Comisión de Monumentos, la retiró en 1919.​

La fachada construida por Balbino Marrón y Demetrio de los Ríos de la plaza de San Francisco fue esculpida por varios autores en un estilo neoplateresco: Pedro Domínguez López entre 1897 y 1900, José Ordóñez Rodríguez entre 1914 y 1915 y entre 1928 y 1929​ y Manuel Echegoyán entre 1955 y 1974.​

En 1928 se realizó la reforma de la estancia del antiguo Juzgado de Fieles Ejecutores para que fuese la sede de la alcaldía. El proyecto fue realizado por Antonio Arévalo y aprobado por la Comisión de Monumentos, presidida por Carlos Cañal. En esta obra se transformó la puerta que había junto al arquillo en una ventana, colocando piedra labrada en la parte inferior y una reja con una vidriera en la parte superior. Además, se hizo una puerta en la parte sur de la estancia para dar acceso a la alcaldía desde el arquillo.

MONUMENTOS: LA GIRALDA (II)
















La construcción de la Giralda se basó en el alminar de la Mezquita Kutubia de Marrakech, también construido en el siglo xii, considerado con sus setenta y nueve metros de altura, una obra maestra del arte magrebí. Otra gran muestra de arquitectura muy similar la constituye, la gran Torre Hasan de Rabat preveía una altura de sesenta metros, pero las obras se interrumpieron cuando llegaba a los 44 metros. En ambos precedentes se encuentran los elementos decorativos de los almohades, reproducidos en la Giralda, con arcos ciegos, lacerías y relieves que se inspiran en los que realizaban los selyúcidas en esa misma época en la región de Asia Menor.

El cuerpo principal es de planta cuadrada, en el que la cara oeste mira al patio de los Naranjos, la este a la plaza de la Virgen de los Reyes, la norte a la calle Placentines y la sur a la plaza del Triunfo. 

El remate superior de depurado estilo renacentista fue llevado a cabo por Hernán Ruiz II, entre 1558 y 1568, en el que se distinguen las siguientes partes, decoradas con relieves:

-En primer lugar se encuentra el cuerpo de campanas con la misma superficie cuadrada que la parte inferior. Fue levantado entre 1560 y 1562 y está rematado con la llamada terraza de las azucenas, por las cuatro jarras de azucenas colocadas originalmente en 1751 y rehechas en bronce por el orfebre Fernando Marmolejo Camargo durante la restauración de 1981. En la base de este cuerpo hay 16 cabezas de león, cuatro por cada frente.​ Sobre cada uno de los 16 óculos, cuatro por cada frente, se encuentra la cabeza de un querubín.​ En cada frente hay un frontón de triple inflexión hay una cabeza de varón que representa a cada uno de los cuatro profetas mayores respectivamente: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel.

-Por encima se encuentra el cuerpo del reloj, cuyo diseño fue encargado a fray José Cordero en 1765.

-Cuerpo de las estrellas o del pozo, terminado en todos sus lados por arcos de medio punto, en cuyo friso figura una inscripción bíblica que recorre las cuatro caras de la torre y dice "TURRIS (E) - FORTISSIMA (S) - NOMEN DNI (O)- PROVERB (N). 18" (cuya traducción al castellano es "La torre más fuerte es el Nombre del Señor"), colgando en su interior la campana más antigua de la torre, la de San Miguel de las Victorias, que da las horas del reloj. En cada frente hay un arco y en cada una de las dos enjutas de cada arco hay cabezas de varones que deben representar a los profetas menores: Zacarías, Malaquías, Oseas, Amós, Abdías, Jonías, Miqueas y Sofonías.

-Cuerpo de las carambolas o redondo, el primero de carácter circular, y llamado así por los remates pétreos en forma esférica.

-El penacho, que acaba en una cúpula

-Esfera de bronce sobre la que se asienta la escultura de la veleta, es conocida con el nombre de la tinaja, tiene 1,45 metros de diámetro.

-La veleta que representa la victoria de la Fe cristiana, conocida como Giraldillo, fue realizada entre 1566 y 1568, terminándose de colocar el 13 de agosto de este año. La estatua fue fundida en bronce por Bartolomé Morel. 

El primitivo alminar mide 50,85 m de altura y presenta una planta cuadrada de 13,5 m de lado. El cuerpo de campanas, sobre la misma planta que el alminar, llega hasta los 60,45 m de altura. Sobre él, se sitúa la terraza de las azucenas, que llega hasta los 65,30 m, donde comienza el cuerpo del reloj, de planta cuadrada y 6,8 m de lado, que se eleva hasta los 74,40 m. Encima, el cuerpo de las carambolas, de 4,5 m de diámetro en planta, llega hasta los 81,00 m, y remata la torre el penacho, que llega hasta los 87,00 m. Contando con la estatua del Giraldillo, la altura total es de 94,69 m sobre el nivel del suelo.

La figura del Giraldillo mide 3,5 metros de altura, siete y medio contando el pedestal, y pesa 1300 kg. El lábaro que señala la dirección del viento pesa 180 kg, y la palma, de dos metros, 91 kg. La torre de la Giralda tiene 35 rampas​ lo suficientemente anchas como para permitir que el encargado de convocar a la población a la oración pudiera subir por ellas montado a caballo, aunque en ningún momento se ha podido constatar documentalmente que se usara para ello, y un tramo final de 17 escalones para acceder al nivel de campanas que es la zona actualmente visitable de la misma.

Las obras de Hernán Ruiz finalizaron en 1565 tras siete años de trabajos. Los tres años sucesivos se emplearon en labores ornamentales. El diseño de Hernán Ruiz incluía unas jarras. El 28 de febrero de 1568 el fundidor Bartolomé Morel se comprometió a realizar estas jarras, de hierro y bronce.​

La intención original de estas jarras era introducir unas luminarias, es decir, unas mechas que se encendieran en los días señalados del año, ya fuere por motivos religiosos, victorias militares o entronaciones. Bartolomé Morel tardó tres meses en hacerlas, y en junio acudió Antón Pérez  para dorarlas, aplicándoles además barniz y aceite de linaza.​

En 1751 fue cuando se introdujeron las azucenas en las jarras.​ El autor de estas azucenas fue Basilio Cortés, que además doró las azucenas y la bola sobre la que se asienta el Giraldillo, llamada entonces "la tinaja".​

Las azucenas han sido símbolo de pureza y virginidad desde la Edad Media.​ El escudo de la archidiócesis sevillana durante la época medieval eran dos torres flanqueando una jarra de azucenas.​ Después de 1568, se cambió el escudo de la archidiócesis por uno que mostraba la Giralda flanqueada por dos jarras de azucenas. ​La Giralda cuenta con un total de 24 campanas, de las que 18 son de volteo y 6 de badajo; hay que añadir la campana del reloj en un piso superior, haciendo un total de 25 campanas. Se trata, pues, de la catedral de España con un mayor número de campanas, sin tener en cuenta los carillones.​ Las campanas, que se encontraban en un estado de conservación pobre, fueron restauradas en 1998, acometiéndose diversas actuaciones: se fundieron seis nuevas, se soldaron diez y se reafinaron cuatro, entre otras actuaciones de mejora.​ 

Desde su construcción la Giralda ha sido utilizada para bastantes usos que se exponen a continuación:

1.-Elemento de llamada religiosa. La utilización como elemento de aviso o llamada religiosa ha sido la primordial desde su construcción, primero para los musulmanes a través del almuédano que invitaba a la oración varias veces al día y después para los cristianos, con la utilización de las campanas.

2.-Vivienda. Las cámaras del interior sirvieron en su momento como vivienda para el alcaide de la torre y los campaneros. En una de estas habitaciones nació la monja Bárbara de Santo Domingo, conocida como Hija de la Giralda, que se hizo célebre por sus visiones místicas.

3.-Granero. Según queda recogida en acta del Cabildo catedralicio de 29 de octubre de 1567, por la que se adjudica el grano almacenado dentro de la torre.

4.-Rogativas. La Giralda fue utilizada en 1626 como elemento de estación a lo más alto de la torre, para rogar el cese de las lluvias que duraban ya cuarenta días.

5.-Veleta. A partir de 1356, cuando cayeron los elementos decorativos que entonces existían por efecto de un terremoto, se sustituyeron por un campanario rematado por una veleta.

6.-Reloj. En el año 1400 se colocó un reloj​ en presencia del rey Enrique III. Fue el primer reloj de torre que hubo en España.​ En 1766 se colocó un nuevo reloj, que se conserva en el interior. Este último fue realizado entre 1757 y 1764 por un fraile del Convento de San Francisco llamado José Cordero.

7.-Atalaya. En diversos momentos fue utilizada como atalaya de vigía para la defensa de la ciudad.

8.-Pararrayos. Los primeros pararrayos se colocaron a partir de 1884, en que una chispa eléctrica destrozó los antepechos de los balcones.

9.-Luminaria. La Giralda se utilizaba como elemento de iluminación de la ciudad para la celebración de determinados acontecimientos tanto de carácter religioso, elección de un papa, canonización de un santo o la entrada de un nuevo arzobispo en la ciudad; en otras ocasiones eran celebraciones de carácter civil, como matrimonio de un rey, o nacimiento de un príncipe; y también en algunos casos por haber conseguido alguna victoria militar. Para este fin, Hernán Ruiz II dispuso la colocación de 144 puntos de luces, sobre una serie de recipientes de bronce y piedra, colocados en los cuerpos renacentistas, de diez modelos diferentes.​ Para el alumbrado se utilizaban las cuatro jarras existentes en el cuerpo de campanas, pero en 1751 se colocaron azucenas de bronce en estas, cambiando su función original.

Las torres de la iglesia de San Pedro de Carmona,​ la iglesia de Nuestra Señora de la Oliva de Lebrija, la torre de la iglesia de Santa María de Écija, la iglesia de Nuestra Señora de la Granada de Moguer y la basílica de la Purísima Concepción de Elorrio están inspiradas en la Giralda

En Badajoz, existe un edificio que es una réplica de este monumento.​ En Arbós también hay un edificio que es una réplica de la Giralda.​

MONUMENTOS: LA GIRALDA (I)
















Giralda es el nombre que recibe la torre campanario de la Catedral de Santa María de la Sede de Sevilla. La parte inferior de la torre corresponde al alminar de la antigua mezquita  de la ciudad, de finales del siglo xii, en la época almohade, mientras que la parte superior es una construcción sobrepuesta en el siglo xvi, en época cristiana, para albergar las campanas. En su cúspide se halla la estatua de bronce que representa el Triunfo de la Fe y que tiene función de veleta, el Giraldillo.​ Mide 94,69 m metros de altura.

El 29 de diciembre de 1928 la catedral, incluida la Giralda, fue declarada Monumento Nacional.​ En 1987 la catedral, con su torre, fueron considerados Patrimonio de la Humanidad.

Durante el periodo almohade, Abu Yaacub Yúsuf, que gobernó entre 1163 y 1184, y Abu Yúsuf al-Mansur, que gobernó entre 1184 y 1199, pusieron la capital de Al-Ándalus en Isbiliya (Sevilla).​ Esto trajo a la ciudad una actualización de sus infraestructuras procediéndose a la construcción de algunas grandes edificaciones.

La primera mezquita mayor, construida en el 829 y situada donde actualmente está la iglesia del Salvador, se quedó pequeña.​ En 1172 se inició la construcción de una nueva, encargándose de ello el jefe de los arquitectos, Ahmad Ben Baso y los arquitectos constructores de Marrakech y Fez. En 1176 se paralizó la construcción por la marcha a África del califa, cuando solo faltaba por instalar la solería y las vidrieras. Con posterioridad, el 14 de abril de 1182, Abu Yaacub Yúsuf pronunció la primera iutba  en la mezquita.​

El 26 de mayo de 1184 Abu Yaacub Yúsuf mandó construir el alminar cuando llegó a Sevilla de paso para su campaña contra Santarém. También mandó construir una muralla que quedaría unida al alminar. Sin embargo, las obras no empezaron en aquel momento.​

Salió el califa el 7 de junio, hacia Badajoz, para luego dirigirse al oeste para sitiar la población de Santarém a la que llegó el 27 de junio. Esta ciudad estaba defendida por Alfonso I de Portugal. El asedio duró hasta julio de 1184 y el 29 de julio resultó muerto en combate.​ El nuevo califa, Abu Yúsuf al-Mansur (conocido entre sus súbditos como Muminin) fue proclamado el 10 de agosto de 1184, en el Alcázar de Sevilla.

La construcción del alminar debió comenzar en otoño de 1184.​ El que inició su construcción fue Ahmad Ben Baso. En la excavación para la cimentación encontró un manantial que fue cegado con piedras y cal, creando una superficie plana sobre la que situar los cimientos.​ Sondeos realizados en 1987 parecen evidenciar que los cimientos alcanzaron un máximo de cerca de nueve metros de profundidad, con una base cuadrada de 17,50 metros de lado.

Las piedras que se emplearon, llamadas tayud al adi, fueron extraídas del muro del palacio del Alcázar de Ibn Abbad. Los muros de este palacio tenían características defensivas. Las piedras fueron bajadas sin necesidad de escaleras, ya que a estos muros se ascendía por una cuesta apta para caballos.​

En la década de 1990 se descubrieron siete aras romanas embutidas en la primera hilada de pavimentación. En la esquina suroriental, una de las aras, datada en la segunda mitad del siglo ii d. C.,​ conserva un epígrafe dedicado a un "difusor oleario" llamado M. Iulius Hermesianus, procedente de Astigi, donde han aparecido otras inscripciones referentes a la misma persona.​

Las obras se paralizaron entre 1184 y 1185,​ cuando fue destituido Ibn Said, el almojarife encargado del registro de los gastos, hasta que llegó para sustituirle Abu Bakr entre 1188 y 1189. Entonces se reanudaron las obras, a cargo del alarife Alí al-Gumari (también conocido como Alí de Gomara), con ladrillo.​ La torre está realizada de este material a partir de los dos metros del suelo.​ Las obras continuaron de forma intermitente a causa de los frecuentes viajes que el alarife hacía a Marrakech.​

El 19 de julio de 1195 Abu Yaacub al-Mansur derrotó a Alfonso VIII de Castilla enla batalla de Alarcos. Al regresar ordenó la realización de unas grandes esferas de bronce dorado para ser colocadas en la parte superior del alminar. También encargó que estas se situaran sobre una marqaba con una columna grande de hierro cuya base se cimentaba en el alminar. Un cronista del siglo xiv, Ibn Abi Zar, nos dice que estas esferas fueron realizadas por Abul Layz al-Sigilli, que en su dorado se gastaron 100.000 dinares de oro y que, dadas las enormes dimensiones de la bola mayor, no entró por la puerta de los Almuédanos, sino arrancando algo de mármol de la parte inferior.​ Fueron colocadas el 10 de marzo de 1198 en presencia de Abu Yúsuf al-Mansur.​ Estas cuatro bolas o manzanas doradas ensartadas en un vástago vertical reciben el nombre de yâmûr en la cultura árabe y se ha utilizado, aunque no siempre, para coronar mezquitas.​

El esquema del alminar deriva del modelo de la mezquita de Córdoba. El primer cuerpo tenía 50,51 m de alto y una planta cuadrada de 13,61 m de ancho. El segundo cuerpo medía 14,39 m de alto y su planta era cuadrada de 6,83 m de ancho. Sobre el segundo cuerpo había una cúpula y sobre esta el yâmûr.​ La altura total de la torre era de 82 metros.​

El transcurso de las obras se conoce con detalle gracias a las crónicas de Ibn Sahib al-Salá.

En 1248, el rey castellano-leonés, Fernando III, conquistó la ciudad de Sevilla y la mezquita fue consagrada como templo cristiano. Algo habitual cuando los cristianos conquistaban poblaciones musulmanes era añadir campanas a los alminares, así como retirar el yâmûr para colocar una cruz y, bajo ella, una veleta, aunque este yâmûr no se retiró.

No obstante, el 24 de agosto de 1356 se produjo un terremoto que trajo consigo el derrumbamiento de las cuatro bolas.​ No existe demasiada información sobre el aspecto de la torre entre este acontecimiento y el siglo xv.​ Al parecer, esta estructura fue sustituida por una espadaña con una campana y, en algún momento posterior, la torre se coronó con una cruz.​

En 2008 la investigadora Begoña Alonso Ruiz descubrió el plano más antiguo que se conserva de la catedral de Sevilla, en el monasterio de Bidaurreta,​ El documento está datado entre 1480 y 1498 y es posible que sea una copia del plano original, que debió dibujarse entre 1433 y 1439. En este plano no figura ni el antiguo minarete ni el antiguo patio de las abluciones, que finalmente sí se mantuvieron.

A mediados del siglo xvi, el canónigo Francisco Pacheco diseñó un programa iconográfico con murales para decorar la Giralda. Los frescos fueron realizados por el pintor Luis de Vargas entre 1553 y 1558. Gracias al cuadro de las Santas Justa y Rufina realizado por Miguel de Esquivel en 1620​ se sabe que en la fachada norte, debajo del primer balcón, estaba la Anunciación. A la izquierda y a la derecha de este balcón, en dos superficies de estuco que aún existen, estaban las imágenes de San Isidoro y San Leandro a un lado y las Santas Justa y Rufina al otro. Encima de este balcón, había una pintura de Cristo Crucificado con la Virgen María y San Juan Evangelista. A los lados de los demás balcones había otras pinturas de santos.​ En 2018, durante la restauración, se demostró que, en el siglo xvi, la Giralda estaba pintada con un color rojizo.​ Las pinturas murales de Luis de Vargas estaban muy deterioradas a finales del siglo xix y se perdieron, junto con restos de su color rojizo, en la restauración realizada entre 1881 y 1883 por Adolfo Fernández Casanova.

El 6 de junio de 1556 falleció el maestro mayor de la catedral, Martín Gaiza, y el cabildo convocó un concurso para escoger a su sustituto, al que se presentaron los maestros mayores de las principales ciudades andaluzas: Hernán Ruiz, Andrés de Vandelvira, Francsico del Castillo, Juan de Orea, Luis Machuca y Pedro de Campo. También se presentó Miguel Gainza, que había sido aparejador en la catedral desde 1542. El 14 de diciembre de 1557 fue escogido Hernán Ruiz. Al parecer, llegó de Córdoba con un proyecto definitivo de cómo debería renovarse la torre y contaba incluso con una maqueta de escala 1:50.​ En su diseño, Hernán Ruiz añadió un completo cuerpo de campanas. Las obras empezaron en abril, ya que constan el inicio de los pagos realizados de ladrillo y yeso.​ Las obras fueron especialmente lentas los primeros años, aunque hubo mayores adelantos a partir de 1562.​

En 1565, las obras de edificación ya estaban acabadas.

En la semana del 10 al 16 de diciembre de 1565 se pagaron 10 ducados a Luis de Vargas, su criado y un oficial flamenco que habían pintado en la torre cinco días. En 1566 se realizaron grandes cuadros para la fachada norte. Concluidas las pinturas de la torre, se procedió a realizarse la estatua que la coronaría, que hace la función de veleta. La obra, una alegoría de la Fe, fue realizada por Bartolomé Morel y colocada el 13 de agosto de 1568.​ Originalmente, la palabra "Giralda" hacía referencia a esta escultura y como tal aparece mencionada en El viaje entretenido (1603) de Agustín de Rojas Villandraudo o en El Quijote (1605) de Miguel de Cervantes, que residió en la ciudad desde 1588. La propia palabra "Giralda" es definida por la RAE como una veleta con forma humana o animal.​ Al final esa denominación se aplicó al conjunto de toda la torre y la escultura pasó a ser conocida como Giraldillo.

lunes, 29 de enero de 2024

MONUMENTOS: TORRE ABD EL AZIZ


 











Es una torre almohade  de forma hexagonal. Era uno de los vértices de la muralla de la ciudad, que enlazaba con las murallas de los palacios de esa zona, como el cercano Real Alcázar. Se le ha llamado también Torre del Homenaje, pero no por ser la torre central de una gran fortaleza, sino por una leyenda que dice que ese fue el primer lugar donde ondeó el pendón castellano tras la conquista de la ciudad en 1248.

Su nombre procede del emir Abd al-Aziz ibn Musa que residió en Ishbiliya (Sevilla) del 714 al 719.​ Esta torre se ubica en la actual esquina que conforma la avenida de la Constitución con la calle Santo Tomás.

La muralla conectaba esta torre con la Torre de la Plata y con el Postigo del Carbón, continuando hacia el oeste hasta la Torre del Oro. 

Puede, por tanto, que ambas torres (la de Abdelaziz y la del Oro), sean de la misma época (del siglo xiii). No obstante, en los años 2000 y 2001 se realizaron dos excavaciones, la del Patio de la Montería y la del Príncipe, a través de las que se supo que la torre de Abdelaziz formó parte del proceso de ampliación militar y defensiva que sufrió el Alcázar de Sevilla, por lo que, se cree, debió construirse a mediados del siglo xii.

MONUMENTOS: TORRE DE LA PLATA



Es una torre octogonal del siglo xii, situada en la calle Santander, que se unía por un paño de la muralla de la ciudad (parte del cual fue derribado en 1821​) a la Torre del Oro. En tiempos de Fernando III la torre adoptó el nombre de la Torre de la Victoria y en época de  Alfonso X, era también conocida como torre de los Azacanes. Fue construida por los almohades.

En el siglo XVI, la función defensiva de la muralla se había perdido y, por consiguiente, ésta sirvió de soporte a casas, comercios y almacenes. Este hecho hizo que la Torre fuera perdiendo importancia en la ciudad.​

Se trata de una torre de planta octogonal de lados irregulares en la cual se sabía de la existencia de dos dependencias: una situada en planta baja, sobre la que se situaba una planta principal con salida a la cubierta superior, cerrada por un antepecho almenado. No obstante, las obras de restauración han descubierto un espacio inferior que servía de aljibe para la recogida de aguas.

El acceso a la cámara superior se haría por una escalera central, similar a la de la Torre Blanca (zona de la Macarena), pero se perdió en reformas posteriores al siglo xvi, momento en que se vacía el interior en la zona baja para construir un aljibe.

La planta inferior se cubre con una bóveda de crucería de un gótico primitivo, dispuesta en ocho elementos que soportan otras tantas nervaduras y que arrancan de unas sencillas pilastras con unas no menos simples impostas y vienen a unirse todas en una clave de forma poligonal

Presenta un leve recrecimiento durante el periodo cristiano, que se puede apreciar a simple vista. En el siglo xviii, fue parcialmente ocultada por la construcción de una serie de viviendas según el proyecto del arquitecto italiano Vermondo Resta. ​ Fue restaurada parcialmente en 1992.​ Se encuentra en un pésimo estado siendo la vegetación la que inunda grandes partes del espacio.

En la actualidad un muro de nuestra época divide un patio adyacente con un aparcamiento, sobre el que en el siglo xvii se situó el Corral de las Herrerías. Hay voluntad para acondicionar este terreno como jardines.

MONUMENTOS: TORRE DE DON FADRIQUE

 


Es una torre militar que se encontraba situada en el patio del convento de Santa Clara, dentro del área que circundaban las antiguas murallas de la ciudad intramuros. Su construcción fue ordenada por el infante don Fadrique, hermano de Alfonso X el Sabio e hijo de Fernando III el Santo, dentro del conjunto en el que se encontraba su residencia en Sevilla.

Actualmente, está considerada como BIC perteneciente al Tesoro Artístico Nacional mediante decreto de 3 de junio de 1931. Se trata de un edificio de planta cuadrada de 7,75 metros de lado, de estilo gótico, que cuenta con tres cuerpos y azotea almenada bajo la cual, en los ángulos, sobresalen unas pequeñas gárgolas. En su primer cuerpo realizado con sillares de piedra, se abren unas sencillas saeteras. En el segundo, construido con ladrillos, presenta unas ventanas románicas, que son bastante inusuales en esta zona de España; y en el tercero y último, también construido en ladrillo, presenta ventanales góticos.

Tanto la puerta de entrada como las ventanas del segundo piso son demedio punto, mientras que las ventanas del piso superior son arcos apuntados de tracería polilobulada y columnillas, con mayores dimensiones que las de la planta inferior. El último piso cuenta, en su coronación, con una serie de almenas.

Sobre la puerta de entrada, se conserva una placa de la época de construcción con caracteres latinos y en latín que dice: "Esta torre es fábrica del magnífico Fadrique, podrá llamarse alabanza del arte y del artífice su Beatriz madre le fue grata esta prole del rey Fernando, experimentado y amigo de las leyes. Si deseas saber la era y los años, ahora mil doscientos y cincuenta y dos (1252) ya existía la torre serena y amena llena de riquezas".

La construcción se encuentra en perfectas condiciones y es propiedad del Ayuntamiento de Sevilla, encontrándose protegida por la declaración genérica del decreto de 22 de abril de 1949,y la Ley 16/1985 sobre el patrimonio histórico-español. Actualmente está considerada como BIC. La Junta de Andalucía la incluyó en el reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de Andalucía.

En septiembre de 2014, se da orden, por parte del Ayuntamiento, para que se acometan obras de limpieza y restauración para añadirla a la visita del entorno, Convento de Santa Clara. Dicha restauración se dio por finalizada tras la presentación de la misma el 14 de marzo de 2015.

Según cuenta la leyenda, que en poco se parece a la realidad de los hechos, el rey Fernando III de Castilla, que había enviudado con casi 50 años de edad de su primera esposa Beatriz de Suabia, contrajo nuevo matrimonio con Juana de Danmartín, con la finalidad de acercarse  políticamente a Francia. La diferencia de edad entre el rey y su nueva esposa, era cercana a los 30 años, pues ella tenia 17.

Poco después el rey inicio la campaña para la conquista de Córdoba y Sevilla, tras lo cual, se instalaron en el Alcázar de Sevilla. Falleció el rey cuatro años después, quedando la viuda en Sevilla, sin más compañía que la de sus doncellas

Un día visitó el Alcázar el infante Fadrique, hijo de Fernando III y Beatriz de Suabia, y por tanto hijastro de Juana aunque sus edades eran de 27 y 25 años respectivamente. Don Fadrique que nunca había vivido en Sevilla, acudió a presentar sus respectos a doña Juana. Desde ese día, salieron juntos a cazar junto al río Guadalquivir en varias ocasiones, y a pesar de las críticas, estas salidas continuaron  produciéndose.

Con la llegada del invierno, la caza a la orilla del río resultaba difícil por lo que Fadrique mandó construir una torre para que la reina viuda pudiese cazar teniendo cerca un fuego aunque las explicaciones que dio a quienes le preguntaban era que dicha torre, era para la defensa de la ciudad ante posibles incursiones musulmanas. Para los que entendían de estrategia militar esta explicación no era nada convincente, ya que la torre, se encontraba en el interior de las murallas

El rey Alfonso X para evitar las murmuraciones de la corte, decidió trasladarla a Toledo, pero la nobleza de Sevilla y el pueblo se unieron a una guerra contra los amantes, ya que era inadmisible que una reina viuda se volviera a casar ni que tuviera amores secretos.

Desde entonces, cuando la reina salía junto al infante del Alcázar para dirigirse a la torre, se cerraban todas las puertas y ventanas de las casas antes de que llegara a su altura la reina. El 24 de junio, santo de la reina, se enviaron más de 200 invitaciones desde el Alcázar, pero ni uno sólo de los invitados acudió al banquete. Fue este día cuando la reina ordenó recoger todas sus cosas y las de sus hijos para volver a Francia.

La reina embarcó en una Falúa en el embarcadero real, y mientras surcaba el río camino al Atlántico, dirigió una última mirada con los ojos llenos de lágrimas a la torre, que durante 3 años había sido su nido de amor. Con un pañuelo hizo una señal en dirección a la Torre dónde don Fadrique le hacía una señal de adiós con la mano.

El rey Alfonso X de Castilla, hijo de Fernando III y hermano del Infante, autorizó el proceso contra éste obligado por la nobleza y el clero. Don Fadrique fue sentenciado a muerte por haber ofendido el decoro real al tener relaciones ilícitas con la viuda del rey, tras lo cual, fue ejecutado en Burgos. Desde entonces la Torre de don Fadrique no volvió a ser utilizada.

La realidad es que el infante Don Fadrique murió por orden del rey Alfonso X, acusado de intrigar contra el soberano; como expone la documentación de la época, de manos del propio Alfonso X, "el rey mandó afogar a don Fadrique", pena generalmente usada para actos de traición, el ahogamiento en agua. La actitud del infante no fue nueva, traicionando a su hermano en varias ocasiones, solo que esta vez, en 1277, el rey no decidió perdonarle. Según M. González Jiménez, la idea del infante podría definirse como un movimiento para destronar a Alfonso X en favor de su joven hijo Sancho (posteriormente Sancho IV) y él posicionarse a modo de tutor de su sobrino, controlando así el poder.

La torre se entendería como una estructura militar, función que podría ratificarse por las continuas intrigas palaciegas contra su hermano el rey Alfonso X, y su similitud con torres militares ubicadas en Italia donde D. Fadrique residió; algunos investigadores también han apuntado a un pabellón de caza.

BARES: PATIO SAN ELOY (LAS COLUMNAS)

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