La plaza de la Escuela de Cristo de Sevilla es un pequeño espacio urbano abierto que se encuentra situado en el interior de una de las manzanas del barrio de Santa Cruz.
Situada entre la calle Mateos Gago y la calle Ximénez de Enciso, su acceso desde el exterior está a través de un pequeño callejón sin salida, y generalmente cerrado al final, que parte de la última de las calles citadas.
Se llega también a ella desde el interior de la iglesia de Santa Cruz, a través de la sacristía que tiene su acceso en el crucero derecho del templo. Desde él, unos pasillos distribuyen a las distintas dependencias de la iglesia y la Casa de Hermandad, abriéndose hasta uno de los costados de esta plaza.
Es ésta una plaza que por sus características de privacidad y por sus reducidas dimensiones, más bien parece un patio interior de manzana. De planta rectangular, su pavimento se presenta empedrado y con pequeños alcorques alrededor, donde viven algunos verdes naranjos que sombrean el espacio.
Uno de sus frentes menores está presidido por parte de una de las altas fachadas del oratorio de la Escuela de Cristo de la Natividad, erigido en el año 1793 según se indica en una placa exterior, y que abre a esta plaza una bella y sencilla portada de tintes manieristas.
Esta portada, esbelta y acabada con un acertado tratamiento cromático a tres colores, consta de un alto hueco acabado en arco de medio punto que aparece enmarcado entre pilastras que soportan un sobrio entablamento. Sobre él se crea un frontón recto y roto en el centro para presentar el símbolo de la cruz, cobijado a su vez por un frontón triangular completo que corona la composición. Ésta se complementa con dos sencillos pináculos a eje con las pilastras, asentados sobre recrecidos de pilastra y acabados con pequeñas esferas.
Justo en el frente opuesto a este se abre la puerta que comunica
directamente con el pasillo que distribuye a las distintas dependencias
interiores de la iglesia de Santa Cruz. Junto a ella puede verse un
valioso retablo cerámico del Santísimo Cristo de las Misericordias , quizás el único existente en la ciudad de este Cristo a todo color, que data del año 1922.
A la derecha de este retablo cerámico existe una pequeña cruz de forja alzada sobre una esbelta columna de mármol blanco que se aloja en una especie de hornacina que se crea en ese rincón de la plaza.
La sola visión de este rincón evoca otros tiempos, pues a los irregulares paramentos blancos de sus paredes y al desigual empedrado de su pavimento se une la imagen de unos simples huecos de ventana con rejas a cada lado de la cruz y una serie de humildes macetas donde crecen, entre otras plantas "de sombra" las verdes y finas cintas y las clásicas pilistras.
El cuadro representa una escena sobre la Adoración de los pastores, copia de un cuadro del siglo XVII existente en la catedral de Puebla de los Ángeles, en México, según se explica en la cerámica inferior); y en él se retrata al obispo Juan de Palafox y Mendoza (1600-1659), cofundador de las Escuelas de Cristo, representado como el pastor joven que aparece en un segundo plano, de pie, apoyado sobre su cayado, en actitud de recogimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario