domingo, 28 de enero de 2024

MONUMENTOS: TORRE DEL ORO



Es una torre albarrana situada en el margen oriental del río Guadalquivir. Su origen es una construcción almohade de entre 1220 y 1221​, aunque el segundo cuerpo fue construido por Pedro I a mediados del siglo xiv y el tercer cuerpo fue construido en 1760.​ El primer cuerpo mide 15,20 metros de diámetro y el conjunto tiene 36,75 metros de altura.

Fue declarada monumento histórico-artístico  en 1931.​ Fue restaurada por última vez en 2005.​ Desde 1944 alberga el Museo Naval de Sevilla, dependiente de la Armada.​

Se sitúa en el Paseo de Colón en el casco histórico de la ciudad hispalense, en el barrio del Arenal, muy cercana a la plaza de toros de la Maestranza, la Torre de la Plata o las Atarazanas  y en la orilla de enfrente se encuentra el Barrio de Triana.

El libro de comienzos del siglo xiv titulado Rawd al-Oirtas, da como fecha de su construcción el año 617 de la Hégira, que en el calendario gregoriano sería entre el 8 de marzo de 1220 y el 24 de febrero de 1221.​

Según Teodoro Falcón, los almohades  construyeron una coracha que iba desde el ángulo exterior más meridional del Alcázar hasta el río, terminando en la torre. Es mencionada en fuentes musulmanas como Bury al-Dahab,​ que significa Torre del Oro.

Se ha argumentado diversas razones para su nombre. Tras la restauración de 2005 el nombre se ha atribuido a una apariencia dorada dada por una mezcla de mortero de cal y paja prensada que la recubría.​

La cimentación de la torre consiste en una losa de hormigón de cal con un espesor de unos 5 m. (desde la cota +3m. a la cota -2m.). Dicha cimentación se apoya sobre un terreno blando, pues es una zona aluvial muy cercana al propio río por lo que en su cimentación se añadió madera de pino para darle mayor consistencia. Además de estos 5 metros de cimentación iniciales, en 1760 tras las obras de restauración efectuadas por los desperfectos que ocasionó el terremoto de Lisboa, se macizó como cimentación la planta baja de la torre, lo que supone un aumento de 6 metros. Por ello, actualmente la Torre del Oro cuenta con unos 11 metros de cimentación.​

En 1248, para tomar la ciudad, los barcos castellanos debieron romper el puente de barcas que unía la orilla de Sevilla y la de Triana.

La flota castellana mandada por el almirante Ramón de Bonifaz, que en dos ocasiones, los documentos de la época lo definen como un "ome de Burgos" y "un burgalés de Burgos", rompió el puente en 1248 remontando el río,​ mientras las tropas de Fernando III de Castilla sitiaban la ciudad. Este pasaje histórico protagonizado por marinos asturianos y cántabros al servicio de la marina castellana quedó inmortalizado en los escudos de Avilés, Santander, Laredo, Santoña, Comillas y fue posteriormente incorporado al escudo de Cantabria. En ellos se representa la Torre del Oro y un barco junto a las cadenas rotas. Los estudios arqueológicos e históricos actuales han demostrado que jamás existió una cadena que la uniera a una segunda torre al otro lado de la orilla del rio; de hecho la actual calle Fortaleza, en Triana, recibe ese nombre a partir del siglo xix, anteriormente conocida como Limones, lo que deja claro que es una leyenda sin fundamento. Las cadenas eran las que mantenía unidas las naves que formaban el puente de barcas, que unía la ciudad con la orilla de Triana.

En «Primera Crónica General. Estoria de España que mandó componer Alfonso el Sabio» se menciona la Torre del Oro por este nombre en dos ocasiones: en un amplio elogio a la ciudad y cuando se habla de la toma de Sevilla de 1248.​ En un diploma original del 29 de diciembre de 1253 Alfonso X otorgó a Nicolás "de la Torre del Oro" un horno en la calle de Francos, por lo que es posible que a esa persona se le hubiese encargado custodiar la torre. También hay constancia, por una carta de Alfonso X al clero parroquial del 5 de noviembre de 1271, de que en la torre había una capilla en la que se celebraba todos los años la festividad de San Ildefonso, patrón del rey.

La primera representación de la torre está en un sello del Cabildo de Sevilla de entre el siglo xiii y xiv. El original se encuentra en el Instituto Valencia de Don Juan de Madrid. Como el sello está incompleto, no puede verse el segundo cuerpo de la torre.​

El profesor de arqueología Fernando Amores Carredano ha considerado los merlones de la terraza del primer cuerpo y todo el segundo cuerpo como construcciones del periodo de Pedro I, en la segunda mitad del siglo xiv. El segundo cuerpo sería, según este académico, una construcción de estilo mudéjar.

El historiador medieval Pedro López de Ayala escribió que, en esta torre, el rey Pedro I de Castilla  guardaba tesoros en monedas de oro y plata.​

Dada la proximidad de la torre al muelle de la Aduana se ha dicho que se llamaba así porque en ella se almacenaba el oro que venía de América,​ pero es falso ya que el oro se guardaba en una estancia de la Casa de la Contratación (Sala del Tesoro)​ y era procesado en la Casa de la Moneda.​

A principios del siglo xv sirvió de prisión para personajes de la nobleza.

La Torre del Oro quedó afectada por e terremoto de Carmona del 5 de abril de 1504. El 17 de octubre de 1504 Fernando el Católico escribió desde Medina del Campo al Concejo de Sevilla solicitando que se reparasen los daños. El 12 de julio de 1505 la reina Juana escribió desde Segovia a Juan de Silva diciéndole que la Torre del Oro de Sevilla estaba mal reparada y a punto de derrumbarse. Hubo nuevos terremotos en 1522 y 1531. Hacia 1535 Peraza informa que la torre estaba rodeada por un grueso cinturón de hierro para que no se terminase de abrir. Este cinturón de hierro debió ser colocado en 1504, pero tuvo que ser sustituido porque consta que en octubre de 1538 se pagó al herrero francés Juan Abel por otro.

En 1597 la Real Audiencia hizo prisioneros al alcalde de justicia, Sebastián de Carvajal, y a los 24 jurados del cabildo en la Torre del Oro y en la Puerta de Triana por haber sacado de la cárcel a una presa para azotarla. Finalmente, se les puso en libertad con una multa.​

Fue dañada por un fuerte temporal de viento el 28 de abril de 1680, siendo reparada con un coste de más de 1.000 reales por el maestro mayor de la ciudad, Acisclo Burgueño.​

El 9 de octubre de 1680 un terremoto que dañó la torre y se colocó en el segundo cuerpo una abrazadera de hierro.

El terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755 agravó el estado de deterioro de la torre, cuya cimentación había sido dañada además por riadas previas. Gracias al conde de Mejorada, caballero veinticuatro y procurador mayor, reconocieron la torre las siguientes personas: Pedro de San Martín, maestro mayor de obras de la ciudad; Ignacio Moreno, maestro mayor del Real Alcázar; y Francisco Sánchez de Aragón, maestro mayor de la Real Audiencia. El presupuesto de la restauración fue presentado el 8 de marzo de 1756 por Ignacio Moreno y Francisco Sánchez de Aragón y era de más de 55.000 reales de vellón. Sánchez de Aragón, por su parte, presentó el 14 de septiembre de 1757 dos alternativas: derribar la torre por completo o dejar solo el primer cuerpo.

En 1758 el rey encargó que supervisase la torre también Sebastián Van de Borcht, que acababa de terminar la construcción de la Real Fábrica de Tabacos.​

Finalmente, las obras de restauración de la torre empezaron el 17 de marzo de 1760. Se rellenó la planta baja. Como se cegaron las ventanas del segundo cuerpo, hubo que construir la linterna arquitectónica con ventanas de ojos de buey. Esta tenía una cúpula de azulejos dorados. La linterna y su cúpula fueron construidas entre el 14 de junio y el 27 de julio de ese año. En agosto se abrieron seis grandes vanos en la torre y se les colocaron balcones de hierro.​

En el siglo xix también se sucedieron las inundaciones. En la fachada oeste de la torre se conservan tres azulejos que recuerdan hasta donde llegó el agua en tres de esas riadas: del 21 de enero de 1856, del 8 de diciembre de 1876 y del 10 de marzo de 1892​

En 1809 la torre fue restaurada con fondos de la Caja del Real Alcázar.​ En 1815 la torre pasó a ser usada por la Compañía de Navegación del Guadalquivir.​ En 1821, siendo alcalde de la ciudad el conde de Montelirios, el Ayuntamiento alquiló la torre a la Corona por 150 duros anuales.​

Se llevaron a cabo otras reparaciones de menor importancia entre 1822 y 1827 dirigidas por Tomás Escacena.​ En 1822 se establecieron en este lugar las oficinas de la capitanía del puerto y el fielato del muelle.​

Manuel María Morales abrió, el 3 de marzo de 1825, unos arcos en la muralla que se levantaba desde el Alcázar a la Torre del Oro para mejorar el tránsito. Amador de los Ríos indica que el derribo de la muralla a la que estaba unida la torre tuvo lugar en 1821, pero lo cierto es que tuvo lugar en 1830 siendo alcalde José Manuel Arjona.​ En la década de 1850 se iniciaron reparaciones menores en la torre, supervisadas por Juan Manuel Caballero, que terminaron el 14 de mayo de 1860.​

La Real Casa y Patrimonio encargó el 9 de marzo de 1866 al teniente alcaide del Alcázar que vendiese la torre. Sin embargo, el 17 de marzo del mismo año una orden de Isabel II suspendió la venta.​ El 7 de enero de 1870 la Marina se hizo con el usufructo de la torre, para dedicarla a comandancia y capitanía del puerto.​

En 1871 se pensó en derribar la torre. Demetrio de los Ríos, miembro de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos, se opuso.​ La Real Academia de Bellas Artes San Fernando de Madrid dirigió un documento al ministro de Hacienda el 17 de mayo de 1871 para que no se vendiese ni derribase la torre, que finalmente se preservó. La Academia de San Fernando dirigió otro documento al ministro de Fomento el 27 de junio de 1871 para que se declarase la torre monumento nacional, lo que no tuvo lugar hasta el 5 de junio de 1931.​ Entre 1887 y 1888 se instaló un pararrayos.​

En 1891 la Comandancia de Marina quiso restaurar la torre y consultó a la Comisión de Monumentos de Sevilla y a la Academia de San Fernando al respecto.​ Las obras de restauración comenzaron el 20 de septiembre de 1899 y terminaron el 20 de marzo de 1900. Fueron supervisadas por el ingeniero naval Carlos Halcón y Gutiérrez de Acuña.​ El miembro de la Comisión de Monumentos José Gestoso tuvo que asesorar a Halcón, que ignoraba algunas de sus recomendaciones y con el que discrepaba con frecuencia. José Gestoso llegó a presentar su dimisión a la Comisión pero sus compañeros de esta le disuadieron de marcharse.​ Gestoso logró rescatar de los escombros de esta restauración un capitel original que se conserva en el Museo Arqueológico de Sevilla, ​

En 1899 consta que en una de las plantas estaba la Junta de Obras del Puerto y que en otra estaba la capitanía del puerto.​ En 1935 el coronel de ingenieros de la Armada José Emilio Díez Hidalgo realizó un proyecto de rehabilitación del edificio.​

El 5 de junio de 1936 la Gaceta de Marina publicó la disposición para instalar en la torre de un Museo Marítimo. Esto no pudo ser acometido entonces a causa de la Guerra Civil. Entre 1942 y 1944 se llevó a cabo la rehabilitación de la torre. El museo abrió sus puertas el 24 de junio de 1944. Su primer director fue el capitán de corbeta Julio Guillén Tato. En el inventario de 1947 figura que en el museo se exponían 143 objetos, en 1982 eran 418 y en 1992 eran 425.​

En 1992 se llevaron a cabo obras de restauración en la torre, que consistieron sobre todo en la reposición de merlones y en la impermeabilización de las terrazas.​

El 13 de agosto de 1992, en el contexto de la Exposición Universal de Sevilla, se hermanó la Torre del Oro con la Torre de Belem de Lisboa..​En 2005 fue nuevamente restaurada.​

En 2021 la empresa pública española Correos emitió un sello donde se conmemoraban los 800 años de la Torre del Oro. El sello muestra la torre engalanada con banderas el 10 de agosto de 2019 con motivo de la conmemoración del quinto centenario de la partida de Sevilla de la expedición de Magallanes-Elcano, que dio la primera vuelta al mundo.​

Diversos autores mencionan, en sus obras, a la Torre del Oro: Juan de la Cueva, Cervantes, Lope de Vega, Luis Vélez de Guevara, Salvador Rueda, Duque de Rivas, Gerardo Diego, et... En pinturas de Juan de Espinal, Pacheco, .., grabados, xilografías, maquetas, portadas de libros, etc...




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GRAFFITIS: FLAMENCO

Plaza de la Gavidia, cerramiento de edificio