Se
ubica en la calle Santiago, concretamente en su nº 27. Este es un
edificio histórico, hoy convertido en apartamentos, lo que le ha
permitido esquivar la piqueta y especulación.
A mediados del siglo XVII
Don Gaspar de Guzmán y el Conde Duque de Olivares, cuyo título da nombre
a este espacio deciden levantar esta construcción para dar cabida a las
familias de sus sirvientes, personal doméstico y criados que se fueran
retirando o que sus condiciones físicas no les permitieran seguir
sirviendo.
Este Corral ha llegado a acoger a más de 4.000 personas
viviendo, se convirtió en uno de los mayores, sino en el mayor, de la
ciudad hispalense. Aunque Las Cruces de Mayo se celebraban con total
dedicación como en todos los patios de la ciudad, no suponía su
principal fiesta, siendo esta la visita del Santísimo Sacramento con
motivo de la Procesión Eucarística por el barrio de Santa Catalina, que
acercaba al Santo Viatico a los enfermos e impedidos.
Está catalogado
Patrimonio Histórico Cultural. El Corral del Conde conserva intacto el
encanto de la época, y mantiene los elementos propios de los corrales de
vecinos: un patio central empedrado, galerías de madera, un lavadero,
un horno de pan y una capilla. Es un lugar tranquilo y silencioso en el
que la vegetación se adueña del entorno propiciando un clima de relax y
descanso. Muchos de los vecinos, entre ellos artistas y estudiantes de
todo el mundo, alquilan estos apartamentos.
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